Retrasos, falta de información y buses insuficientes: la Valedora pide a la Xunta que vigile a las empresas concesionarias

Beatriz Muñoz

Santiago de Compostela —

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Denuncias sobre retrasos, servicios insuficientes y mal coordinados, autobuses en mal estado, incumplimientos de la norma que obliga a tener hojas de reclamación en los vehículos, horarios poco accesibles. Son algunos de los temas que han motivado en los últimos meses quejas de viajeros del servicio de transporte público por carretera que depende de la Xunta. Las rutas las cubren empresas privadas que tienen las concesiones y a las que el Gobierno gallego debe controlar para corroborar que cumplen las condiciones prometidas. Pero, a juicio de la Valedora do Pobo, el Gobierno gallego no cumple esta función con el celo que debiera: en varias resoluciones recientes le pide que aumente la vigilancia sobre varias líneas de las que se ocupa la empresa Monbus y una de Arriva.

Uno de los casos deriva de una queja insistente entre los vecinos de la comarca de O Barbanza, que recurrieron a la Valedora porque, pese a las reuniones con la Xunta después de protestar a principios de 2023, consideraban que los problemas persistían. Los incumplimientos eran falta de puntualidad, eliminación sin previo aviso de algunos servicios, marquesinas en las que no había horarios o en las que estos eran difíciles de interpretar, frecuencias escasas y horarios mal coordinados que obligaban a destinar en torno a dos horas para ir desde algunas parroquias al hospital de Ribeira o al de Santiago.

La Valedora admite varias de las respuestas de la Xunta sobre las medidas adoptadas en la zona para mejorar el transporte por autobús, pero para otras pone objeciones. El Gobierno gallego señala que le ha pedido a la empresa (Monbus) que cumpla con los horarios previstos. “Sin embargo, es preciso recordar que la Administración tiene la obligación de la inspección y evaluación del servicio público y, en este sentido, la puntualidad es un elemento esencial a la hora de que el transporte público pueda atender a las demandas de las personas usuarias”, responde la Valedora, que recuerda que este servicio “solo es útil si es puntual”.

Le reclama a la Xunta que eche mano de la información disponible, como los horarios de salida, llegada y paso por cada parada, para hacer esa evaluación, sin tener que esperar a una herramienta -la plataforma de Mobilidade 4.0- que prevé una digitalización del sistema de transporte público. Ese sistema, señala además, puede no ser útil para usuarios con dificultades para usar medios digitales, como los mayores.

La Valedora considera que “otro tanto cabe decir” sobre la ausencia de horarios en marquesinas. La Xunta se remite a la respuesta dada por la empresa, que decía no saber a qué marquesinas se referían las quejas. “Dado que toda la queja exponía las dificultades y demandas de los vecinos y vecinas de Ribeira, las marquesinas debían corresponder también a este mismo municipio”, concluye la Valedora. También reclama que la información sea accesible, en especial en el caso de servicios como este, “utilizado por personas mayores que precisan facilidades en el acceso a la información”. En sus conclusiones le pide a la Xunta que verifique que la empresa cumple los horarios prometidos y que le reclame claridad en la exposición de la información.

Otra reclamación de un viajero de la línea entre Cangas y Vigo que cubre Monbus termina con la Valedora pidiéndole a la Xunta que ejerza sus competencias de vigilancia y le recuerde a la empresa que tiene que contar con un libro de reclamaciones en el autobús. También le señala que debe hacer un seguimiento del vehículo, sobre el que este viajero ha manifestado que presenta deficiencias como goteras y problemas de funcionamiento en una de las puertas, para comprobar si es cierto. Y le sugiere también que recomiende a la compañía que informe de que se pueden presentar reclamaciones a través de su sitio web.

“Elementos suficientes para incrementar las plazas”

Las protestas de los viajeros afectan también a que la insuficiencia de plazas en algunos servicios provoca que muchos se queden en tierra. Ocurrió el viernes 22 de marzo de 2024 en Vigo, en un autobús con paradas en Pontevedra, Santiago y A Coruña. Una de las afectadas expuso la situación ante la Valedora: más de 20 personas se quedaron sin hueco a mediodía y sin información sobre alternativas. Los datos que aporta la Xunta sobre la ocupación de ese servicio -habitualmente casi completo- en su respuesta son “elementos suficientes” para que tanto empresa como Gobierno gallego decidan que es necesario incrementar las plazas, dice la institución.

Y esa es la recomendación para la Xunta: que evalúe si es posible aumentar las plazas en los días y trayectos en los que tiene constancia de que hay más demanda. También cree que debería poner en marcha herramientas para que los pasajeros sepan en tiempo real si hay plazas disponibles para el trayecto que quieren hacer.

Una cuarta queja ante la Valedora se refiere a la situación caótica tras la aprobación de la ley de bienestar animal. Una usuaria se encontró, en enero de 2024, con que pudo viajar con su mascota entre Fisterra y Baio, en un autobús de Arriva, pero en esta segunda localidad hubo un cambio de conductor y este puso dificultades. En otro trayecto, entre Ferrol y A Coruña, con Monbus, la empresa le dijo que debía consultar la información en la web, ya que no la había ni en el bus ni en la estación, y terminó por señalar que el animal tenía que ir en la bodega.

La Valedora le hace notar a la Xunta que no hay una postura común entre las empresas que tienen concesiones para prestar el servicio de transporte de pasajeros por carretera y le pide, de nuevo, que actúe. En este caso, propone que se dirija a estas compañías para que den información clara y accesible al respecto.