El Gobierno gallego conocía desde el principio que los planes de la empresa Altri eran instalar una macrocelulosa en la provincia de Lugo, pese a que el proyecto se presentó inicialmente hablando solo de la parte de producción de fibras textiles de origen vegetal. Lo reconoció Alfonso Rueda en su debate de investidura como presidente de la Xunta, en el que manifestó que “no hay nada diferente de lo que se dijo inicialmente”.
La propuesta, replicó la líder del BNG, Ana Pontón, “era una fábrica de fibras textiles”. “Ustedes mintieron y escondieron el proyecto en campaña electoral y, ahora que sabemos por qué lo escondieron, sabemos que no hablamos de una fábrica que cierra el ciclo productivo, sino de una macrocelulosa diez veces más grande que Ence”, manifestó. La propia empresa que impulsa la planta para Palas de Rei, Altri, admite que sus cálculos son fabricar 400.000 toneladas de celulosa soluble al año, frente a 200.000 toneladas de lyocell. En el mismo sentido ha argumentado el PSOE. En un debate sobre el proyecto en la Diputación de Lugo, el presidente de este ente, el socialista José Tomé, hizo referencia a que, en un primer momento, no se conocían los datos publicados ahora.
Rueda reaccionó a las críticas recibidas de la oposición a la planta de Altri con el argumento, repetido por el PP en las últimas semanas, de que tanto el BNG como el PSdeG apoyaron hace dos años un iniciativa en el Parlamento de Galicia en favor de este proyecto. El rechazo actual es “un cambio total”, según su visión. Y decidió compartir su “teoría”: “Ustedes necesitaban después del batacazo electoral una bandera para levantar cuanto antes”. En las elecciones del 18 de febrero el PP logró 40 escaños -dos por encima de la mayoría absoluta y dos por debajo de los 42 de la legislatura anterior-; el BNG 25 -seis más que hace cuatro años-; el PSdeG, nueve -cinco menos-; y Democracia Ourensana, uno.
“Ustedes no son inocentes; votaron en el Parlamento a favor de Altri con los mismos datos que teníamos todos”, insistió Rueda. Lo que aprobaron por unanimidad en marzo de 2022 los grupos de la Cámara gallega fue una proposición no de ley que decía que se instaba a la Xunta a “dar prioridad al proceso de diseño de la primera fábrica de fibras textiles de España”.
En esta segunda -y última- jornada de su investidura, Rueda se presentó en su papel de presidente electo, pendiente solo de oficializarlo con una votación que no arrojó sorpresas: los 40 votos a favor del PP, una abstención de Democracia Ourensana y 34 noes de nacionalistas y socialistas. En sus réplicas a los grupos sacó pecho de los votos logrados en las urnas -“siguen sin entender el resultado electoral y ya pasaron dos meses”- y adoptó por momentos un tono aleccionador. Al líder socialista, José Ramón Gómez Besteiro, le sugirió cómo debe afrontar su papel dentro de su partido y en la oposición: “Si me permite un consejo: tenga inteligencia política, que la tiene. Lo dejaron tirado en plena campaña. Se lo tengo que decir, es una sensación general, su gobierno y su partido trabajaron por que no ganase el PP, pero no trabajaron por usted en absoluto. Le pido que se rebele”. Poco después añadió: “Plántese ante el BNG y ante Sánchez si es necesario”.
También le reclamó a Besteiro, sin cargos en el Gobierno central, que ejecute la promesa hecha en su campaña como candidato a la Xunta de conseguir la gratuidad de la AP-9: “Supongo que se mantiene y lo puede hacer de forma inmediata, si no, no lo habría propuesto”.
A las propuestas lanzadas por Pontón replicó ironizando con que esta es “la tercera investidura” para la líder del BNG. “Los gallegos hablaron: usted está en la oposición y yo voy a ser presidente de la Xunta. Tenemos un problema si usted no lo asume”. Al PP, revindicó, lo votaron “muchos más” que al BNG. Fue su respuesta a la afirmación de Pontón de que el PP no tuvo la mayoría de los votos depositados en las urnas el 18 de febrero -su mayoría absoluta la logró con el 47,4% de las papeletas-.
Rueda se revolvió también contra las críticas del BNG a la política lingüística de la Xunta. Pontón señaló que el gallego es la única lengua del Estado que pierde hablantes y recordó la participación del ahora presidente de la Xunta en la manifestación de Galicia Bilingüe contraria al gallego en la educación en 2009. “Cuando otros hablamos y decimos que nos identifica y que es algo de lo que estar orgullosos y no debe ser una marca política a ustedes les fastidia un montón”, contestó. “Dice que no lo queremos [al gallego], empezando por mí miso. Pues lo siento mucho”, agregó hablando, como en el resto de su intervención, en gallego, pero cometiendo un error en la colocación del pronombre.