Siete incendios han arrasado en menos de una semana 4.262 hectáreas en Galicia. Uno de ellos, en Boiro (O Barbanza), amenaza núcleos de población y la Xunta ha decretado la situación 2. Activo desde el pasado jueves, 4 de agosto, y todavía fuera de control, se ha llevado por delante 2.200 hectáreas. El Gobierno gallego asegura que “evoluciona favorablemente”.
La Consellería de Medio Rural informa además de otros cinco fuegos. Su restrictiva política de comunicación al respecto, iniciada con la llegada de Feijóo en 2009, deja fuera aquellos que afectan a menos de 20 hectáreas. El Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia emitía una queja formal por esta situación todavía el mes pasado, después de que una primera ola de siniestros quemase más de 30.000 hectáreas, con incendios especialmente graves en O Courel, Valdeorras -los de más extensión nunca registrados en la comunidad- o Vilariño de Conso.
A 7 de agosto, las llamas están además activas en Pontecaldelas (Pontevedra, 380 hectáreas), Verín (Ourense, 600 hectáreas), A Mezquita (Ourense, 150 hectáreas), Caldas de Reis (Pontevedra, 450 hectáreas), y dos en Arbo (Pontevedra, 400 y 82 hectáreas). El gabinete de Alfonso Rueda insiste en que la mayoría de los incendios son intencionados y responsabilidad de “incendiarios”. De momento no ha habido ninguna detención.