En medio de un terremoto social por la muerte “en extrañas condiciones” de una docena de animales en el zoológico de Vigo, los responsables del recinto municipal han decidido eutanasiar a una pantera negra. El propio Ayuntamiento lo ha explicado en un comunicado a la última hora de la tarde de este viernes: “Su estado empeoró en esta última etapa dado que la anorexia que padecía le impedía tomar el tratamiento prescrito para aliviar los síntomas de la enfermedad. Las últimas analíticas que se le practicaron mostraban también signos de fallo renal que agravaron más su deterioro” . En consecuencia y siguiendo el criterio del veterinario del centro, decidieron practicarle la eutanasia. “La finalidad fue a preservar el bienestar del animal y evitarle un sufrimiento grave e irremediable”, sostienen desde el Gobierno local.
El animal se llamaba Kabul y era uno de los más longevos del zoológico vigués. Tanto en edad como en tiempo allí recluido. Llegó en mayo de 2006 procedente de un decomiso de especies amenazadas realizado en el sur de Andalucía. Tenía 21 años y, según explican desde el consistorio, padecía una enfermedad degenerativa que la iba imposibilitando cada vez más.
Sin embargo, una de las personas que ha trabajado más de cerca con estos animales explica a elDiario.es algunos matices: “La anorexia no llega porque sí y se podría haber evitado con un adecuado tratamiento y con la disposición de más recursos durante el pasado. Es consecuencia de la ansiedad y la depresión”. Aunque este tipo de panteras son solitarias en la naturaleza, precisan periódicamente contactos sociales con otros de su especie. Algo a lo que Kabul no tenía acceso: “Es cierto que el recinto donde se encuentra es extremadamente fiable para las personas, pero casi una tortura para un animal como este. Había que haber construido uno mucho más grande, pero desde arriba se decidió no hacerlo”.
La oposición y los grupos animalistas exigen responsabilidades
Todos los partidos políticos con representación en el Pleno local han pedido la comparecencia del alcalde de la ciudad, Abel Caballero, y la concelleira del ramo, Nuria Rodríguez, para acceder a una explicación de los acontecimientos. “Hemos solicitado todas las autopsias de los animales muertos en los últimos años, pero están poniendo escollos”, sostiene Rubén Pérez, portavoz de Marea de Vigo. “VigoZoo ha pasado ya de cárcel de animales a tanatorio. Y el Gobierno municipal de Caballero se niega a dar explicaciones y a entregar toda la documentación sobre lo brutal estela de muertes de animales”, añade Xabier P. Igrexas del Bloque Nacionalista Galego.
Además, el “sacrificio” ha llegado en un momento de tensión social insólito en Vigo en lo que tiene que ver con el zoológico de titularidad municipal. Las alarmas saltaron hace diez días tras las filtraciones a la prensa local por parte del personal del zoo y el respaldo de buena parte de la sociedad civil viguesa sobre un goteo de muertes en “extrañas condiciones” durante los últimos tres años. La última de ellas, la de un lémur que murió de frío al no poder soportar las temperaturas nocturnas del exterior o la muerte ahogado en su propio foso del último tigre siberiano del recinto. En ese contexto, los servicios de Patrimonio Natural de la Xunta de Galicia atribuyen a un posible “envenenamiento por rodenticidas” algunas de las muertes registradas en los últimos meses. Es decir, por una ingesta de matarratas. Todas estas situaciones anómalas han llevado a varios grupos animalistas a presentar una denuncia ante la Fiscalía y los servicios del Seprona de la Guardia Civil.