Los positivos por COVID-19 en Galicia se ha triplicado en dos semanas con el tirón de los contagios en el área sanitaria de A Coruña y Cee, que hoy en día acumula la mitad de los positivos de la comunidad. Las cifras han retornado a valores similares a comienzos del mes de junio, cuando Galicia como el resto de comunidades estaba aún bajo el estado de alarma, y el número de casos que afloran cada día ha pasado de acercarse el medio centenar a superar los 80 e incluso los 100. El número de pacientes con coronavirus no para de aumentar desde el 24 de julio, 18 días consecutivos, y dos personas han fallecido la pasada semana a causa del virus, después de dos meses sin fallecimientos. ¿Cuándo se puede considerar que Galicia enfrenta su segunda ola de la pandemia?
Euskadi ya considera que se enfrenta a una nueva oleada de casos, aunque sus cifras están lejos de las que se manejan en Galicia, con 2.000 casos activos y un ritmo de afloramiento de positivos superior a los 300 diarios. El profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago (USC) Francisco Caamaño considera que es mejor no obsesionarse con el término de segunda ola porque es “difícil de definir”. Los cuatro informes sanitarios que encargó la Xunta a mediados de mayo para justificar la fecha en la que se celebrarían las elecciones gallegas situaban ya en el mes de julio el aumento de los contagios, relacionados con la entrada de visitantes en la comunidad y la relajación de las medidas de distanciamiento social. El propio presidente de la Xunta aludió en varias ocasiones durante el estado de alarma a una previsible segunda ola prevista para el otoño y complicada por la aparición estacional de la gripe.
En esta línea, Caamaño afirma que la situación actual es “muy diferente” a la vivida a mediados de marzo. El factor diferencial es que hoy en día, apunta,“ se detectan alrededor del 60% de los casos”, cuando en el momento de mayor virulencia de la pandemia no se pasaba del 10% de los que se estimaba que había. Es decir, se localizaban los casos más graves. “Estamos diagnosticando muy pronto y el perfil del positivo es muy diferente. Reservaría el término segunda ola para una situación posterior, para dentro de unos meses cuando estaremos, creo, en una situación más complicada, con más brotes y situaciones en las que se nos escapen las cadenas de transmisión”, explica. Por su parte, Juan Gestal, profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública también en la USC considera que sí puede tratarse de una segunda ola, “que no tiene que ser como la primera”. Apunta como factores diferenciales que el sistema está en alerta para detectar los casos en atención primaria y también se cuenta con un rastreo de los contactos de los positivos. “Ahora se detectan más casos leves y sin síntomas al hacerse más test. Esto permite dificultar que se establezcan, o favorece que se corte, las cadenas de transmisión comunitaria”, explica.
La Xunta de Galicia no facilita datos desagregados de personas contagiadas por edad ni tampoco facilita de manera directa el número de los positivos que afloran cada día en la comunidad o en el área sanitaria pero el responsable del departamento de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, indicó que en A Coruña hay “un alto porcentaje de jóvenes” infectados cuando anunció el cierre del ocio nocturno en nueve ayuntamientos del área metropolitana de la ciudad. Los datos globales del Estado que recoge el Instituto de Salud Carlos III indican que el 69% de los casos identificados desde el 10 de mayo se corresponden a un grupo de edad entre los 15 y los 59 años.
Las medidas de restricción en A Coruña, que no limitan los movimientos como aconteció en A Mariña, están fundamentadas en la incidencia acumulada de casos y el riesgo de transmisión comunitaria, según explicó Almuiña el pasado viernes. Los últimos datos del Ministerio de Sanidad indican que la media de casos por cada 100.000 habitantes en Galicia es de 22,74. Lo que quiere decir que en las pasadas dos semanas se detectaron 614 nuevos positivos, 436 de ellos en los últimos siete días. La decisión del cierre del ocio nocturno y otras medidas del área de A Coruña se tomó con una incidencia de 33,8 casos en la zona, mientras que en la comunidad estaba en 16,2. Esta es la segunda vez desde el fin del confinamiento que el Gobierno gallego aplica restricciones en una área, después de que, a principios de julio y a una semana de las elecciones, decidiese aislar A Mariña con 99 contagios en la comarca. En la comarca sanitaria de A Coruña, con casi ocho veces más población, hay 371.
Ambos profesores coinciden en que la situación es preocupante “porque hay un incremento sistemático” de los casos. “Lo que estamos viendo no es motivo de tranquilidad, más bien todo lo contrario”, apunta Gestal, “la pandemia sigue con nosotros y seguirá por bastante tiempo”. Considera que la mejor de las soluciones es hacer un mayor número de test en los colectivos más expuertos para detectar y aislar al mayor número posible de personas que no presenten síntomas, “para dificultar que se establezcan cadenas de transmisión comunitaria”.
Para Caamaño el elemento clave es “el rastreo” de contactos. La Consellería de Sanidade anunció en la segunda semana de mayo la puesta en marcha de una plataforma de seguimiento de los casos, que está encargada de llamar a las personas que han podido tener relación con positivos. El equipo está compuesto por 20 personas, con un ratio de 135.000 personas por rastreador. La Xunta dejaba abierta la puerta a ampliar el grupo hasta los 50, pero se desconoce a día de hoy por cuántos trabajadores está formado. elDiario.es ha preguntado en varias ocasiones la cifra actual de rastreadores, a lo que la Consellería de Sanidade afirma que se trata de un sistema en el que participan 6.108 personas. En él contabilizan a todos los “técnicos de servicios centrales y de las jefaturas territoriales de la Dirección General de Salud Pública, los servicios de preventiva de los hospitales, y atención primaria, además de los operadores de la plataforma tecnológica de seguimiento de contactos”.