El inventario realizado en el interior del Pazo de Meirás está a punto de convertirse en la prueba de un gran expolio artístico con la familia Franco como protagonista de un robo continuado de obras por las que nunca han pagado. Así se desprende del informe redactado por Patrimonio Nacional sobre los bienes localizados en el interior de la propiedad y que la familia del dictador pretendía sacar del inmueble en una gran mudanza para la que preveían la participación de entre 30 y 50 camiones. Una especialista del Estado ha enviado a la juez que lleva el caso un demoledor informe en el que concluye que muchas de las piezas que se han encontrado dentro de Meirás pertenecen a las colecciones públicas. Se trata de muebles, vajillas, tapices y otro tipo de objetos de gran valor que en su día fueron usados por reyes y que el dictador convirtió en parte de su menaje diario.
Según el informe al que ha tenido acceso en exclusiva elDiario.es, se han encontrado bienes “fácilmente reconocibles como de Patrimonio Nacional” entre las piezas que los Franco pretendían sacar del Pazo de Meirás. Pero los expertos en conservación artística advierten que que podría haber mucho más: “Es muy posible que no sean los únicos y que, de continuarlas investigaciones, se encontrara más documentación relacionada con la titularidad de otras piezas conservadas en el edificio”.
Para aclarar el tamaño del expolio, Patrimonio pide “recursos y tiempo”. En su informe la especialista del Estado asegura: “A mi juicio hay que prestar especial atención al mobiliario y los bronces pues hay más piezas de las aquí reseñadas cuya calidad hace sospechar que podrían tener su origen en las colecciones reales españolas”.
Como ejemplo de lo anterior, Patrimonio destaca el hallazgo de una mesa vitrina que formó parte de la decoración de la sala de música de la reina Victoria Eugenia en el Palacio Real de Madrid y que ha sido hallada en el Pazo de Meirás. La foto de este mueble en particular ilustra esta información. Pero no solo los muebles preocupan a los conservadores artísticos que piden un análisis de la autoría de cada cuadro, así como de la procedencia de alfombras y vajillas. Todo, bajo la sospecha de un monumental expolio del que se alerta en el informe que se puede consultar a continuación.