Miguel Ángel Escotet, el presidente de Afundación -la fundación de Abanca que está impulsado el proyecto para el primer centro privado de estudios universitarios de Galicia-, defiende que la universidad “no cambia necesariamente por el establecimiento de leyes y decretos”, sino que estas normas son “casi siempre” el “auténtico freno al cambio, a la innovación, a la investigación”.
En un artículo publicado este sábado, 28 de noviembre, en su blog, Escotet sostiene que los cambios son “difíciles de producir” sin recursos financieros y tecnológicos, pero se suman más obstáculos “cuando no existe la voluntad o cuando el pesimismo se adelanta a la acción o cuando se producen cambios que responden más al capricho o a la intuición que a una valoración objetiva de logros y necesidades”.
En los países ricos, agrega, la abundancia de medios “no garantiza la transformación permanente de la universidad”. Esa garantía está “en las personas” y en su “compromiso de cambio”.
Miguel Ángel Escotet está al frente de la fundación heredera de la obra social de las extintas cajas de ahorros gallegas, convertidas en un banco -Novagalicia-. Esta entidad fue vendida por el Estado a finales de 2013 al banquero venezolano Juan Carlos Escotet, propietario de Banesco y quien ya había adquirido el gallego Banco Etcheverría. La entidad pasó a llamarse Abanca y promueve ahora la creación de la primera universidad privada en Galicia a través de dicha fundación. El Real Decreto que el Gobierno central ultima para este ámbito complica la materialización del centro académico.