En las pasadas municipales el PP retuvo su mayoría absoluta en Soutomaior (Pontevedra) por 89 votos, los que le faltaron al BNG para sumar su sexto concejal en un municipio en el que, en las elecciones de 2011, los conservadores habían logrado un holgado triunfo, con 9 ediles frente a 4 de la oposición. Si no fuera por ese ajustado resultado, el tradicional acto de “inicio del curso político” que el partido de la derecha celebrará el próximo domingo en la villa pontevedresa estaría rodeado de un clima, si cabe, todavía más enrarecido en la que, si las próximas citas con las urnas así lo propician, podría ser la última foto de Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo protagonizando este acto como presidentes de los gobiernos de España y Galicia y líderes del partido en los sus respectivos ámbitos.
A pesar de intentar minimizarlo por múltiples vías la cúpula del PPdeG es consciente de que afronta el decisivo curso 2015-2016 tras conseguir el peor resultado municipal de su historia en Galicia, ahondando así en un declive de apoyo ciudadano que, paradójicamente, comenzó en 2012, cuando Feijóo logró su segunda mayoría absoluta. Esta caída fue la que provocó un verdadero terremoto político en la provincia en la que el presidente de la Xunta asienta en gran medida su liderazgo, la de A Coruña, pero ha tenido también consecuencias nada desdeñables en Pontevedra, donde el buen resultado del BNG en la capital de la provincia combinado con el espectacular triunfo del socialista Abel Caballero en Vigo le arrebató a los populares a Diputación que había presidido el propio Rajoy, bajo cuyo mandato la institución provincial adquirió el castillo de Soutomaior, en el que se celebra el mitin de inicio de urso.
Toda esta tormenta implica que el próximo domingo se vaya a sentar en la fortaleza que ahora dirige una coalición de socialistas y nacionalistas mucho menos poder institucional que hace un año. Entonces a un lado de Rajoy y Feijóo se sentaba el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, ahora en retirada, y justo a su lado aplaudía el alcalde de A Coruña y hombre fuerte del partido, Carlos Negreira, en la actualidad líder de la oposición herculina y diputado provincial coruñés, también en la oposición. “No hay fuerza política que nos pare”, proclamó Feijóo en el mitin de 2014, en el que auguró la inminente aprobación de las reformas electorales estatal y autonómica, que nunca llegaron, además de augurar un gran triunfo conservador en la contienda municipal.
En esta ocasión el clima será también preelectoral en Soutomaior -'Sotomayor', según Rajoy, donde amenazará lluvia. El acto supondrá el lanzamiento definitivo de los populares hacia la campaña de las elecciones generales, para la que Rajoy ha calentado en las últimas semanas en Galicia. En actos en Ordes, Mondariz Balneario, Celanova -sin Baltar- y Portomarín el titular del Gobierno central y candidato a la reelección se prodigó en fotografías con ciudadanos, fue más allá que la propia Xunta al asegurar que el precio de la leche es “injusto” y también realizó declaraciones sobre Feijóo que en algunos foros han sido leídas cómo poco retóricas y menos inocentes. A Rajoy se le preguntó por enésima vez sobre un eventual futuro de Feijóo en Madrid y replicó que el actual presidente gallego es “el mejor candidato” que el PP puede tener para las elecciones gallegas de 2016.
La invitación de Rajoy a que Feijóo se quede donde está fue aplaudido por notables del partido en Galicia, como el portavoz parlamentario, Pedro Puy, y reiterado por otros cargos como la todavía presidenta de la Diputación de Lugo, Elena Candia. Todos ellos compartirán el domingo un acto preelectoral en el que se prevé que Rajoy saque pecho por los Presupuestos recién aprobados y se erija en garantía de la “recuperación económica” frente a la “izquierda radical”. Nadie sabe si dentro de un año Rajoy retornará a Soutomaior como presidente y pidiendo votarle a alguien que no sea Feijóo para la Presidencia de la Xunta. O si Feijóo abrirá el curso cargando contra un Gobierno de España que ya no presida el PP.