Tras muchos días de calor la jornada de este viernes amaneció desapacible en Compostela. Es posible que la llovizna, el cielo gris y el viento del norte sean el mejor escenario para representar la situación actual de la universidad gallega, que ponía a andar oficialmente el curso con un acto solemne en el Pazo de Fonseca. El histórico recinto, el mismo que fue segunda sede del Parlamento gallego, pasó gran parte de la mañana blindada por docenas de agentes antidisturbios que, a falta de trabajo efectivo, tuvieron tiempo para escandalizarse cuando les chillaban “esos de azulón, ¿de qué facultad son?”. Del otro lado de la pancarta había personal docente, investigador y de servicios, representantes sindicales y alumnado clamando contra los recortes en las instituciones académicas.
“Nosotros sí sabemos donde recortar”. “No a los tijeretazos en la universidad”, chillaban, en una mañana en la que las protestas no sólo estuvieron en la calle en la que la Policía dificultaba por igual el tránsito de los manifestantes y de los turistas, en pleno centro de la ciudad. En las togas de varios catedráticos, catedráticas y más dirigentes y personal de la universidad también figuraba el símbolo de las tijeras tachadas, el mismo que se encontró en la silla en la que le tocaba sentarse el conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, encargado de dirigir el acto en ausencia del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien más o menos casualmente tenía que inaugurar a la misma hora un tramo de una carretera.
Las reivindicaciones de las pancartas, de los trajes académicos y de los carteles que fueron mostrados por varios de los presentes en diferentes momentos del acto son bien conocidas. Llaman a revertir la caída en la “financiación estructural” de las universidades de Galicia, que “ha pasado en 2013 de 290,06 millones de euros a 250,74 millones”, censuran “la reforma Wert del sistema de becas, que expulsan de la enseñanza a los estudiantes de familias con menos recursos”, y alertan de la fuga de cerebros, de la “condena a la interinidad” de gran parte del personal y de la “destrucción del sistema gallego de investigación”, realizada “con ensañamiento”. Y este, subrayan, no es un problema solo de una generación o sólo del personal de las instituciones académicas: “lo va a pagar toda la sociedad”.
El rector de la USC reclama un “cambio inmediato”
El rector de la USC reclama un “cambio inmediato”Aunque con menor contundencia que la de las personas que protestaban en el exterior y en el interior de la sala, también el rector de la Universidad de Santiago, Juan Casares Long, aprovechó su discurso inagural del curso para exigir ante el conselleiro de Educación un cambio “inmediato, sin dilación” en sus políticas universitarias en general y en el ámbito de la investigación en particular. La universidad gallega tiene una “honda preocupación por el devenir del apoyo público a la investigación”, dice Casares, quien optó por un tono docente para explicarle a Jesús Vázquez los porqués de la necesidad de la investigación científica.
Mientras los gobiernos se guían por un “modelo económico” basado en la “competitividad”, esos principios “necesariamente distorsionan” el “deber de servicio público” de las instituciones académicas, explica. Porque “aún siendo cierto que la I+D puede producir beneficios económicos no puede formularse exclusivamente en esos términos”. Por eso, dice, no valen las teorías que, desde “el ámbito político y económico”, argumentan que “sólo se debería financiar la investigación aplicada”. “Ni Maxwell o Gauss, en el siglo XIX, pensaban en la radio, en el radar o en la televisión cuando escribieron por primera vez las ecuaciones fundamentales del electromagnetismo”, ilustra.
Los recortes a los que está siendo sometida la investigación, dice el rector compostelano, van a provocar que en pocos años la producción científica “descienda de manera dramática”, algo que “tendrá, sin duda, efectos sobre la cultura, la sociedad e incluso la economía”. “No olvidamos que estamos en crisis”, afirma, lo que no le impide considerar que es “indudable que la inversión en investigación debe ser claramente superior a lo que se recoge, año tras año, en las leyes presupuestarias”, más aún en un panorama en el que “los acontecimientos de tipo legislativo y normativo” están provocando “una pérdida de autonomía” universitaria, llegando a “convertir en papel mojado lo recogido en la Constitución”.
Pola banda gubernamental el conselleiro, que no dudó en aplaudir la intervención del rector, puso en escena un discurso que no se salió, ni en una coma, de la línea oficial del Ejecutivo. “A todos nos gustaría” que la “bonanza económica” llegara “lo antes posible”, dice Jesús Vázquez, quien alerta de los peligros del “individualismo” en unos tiempos en los que a pesar de todo, afirma, el sistema universitario gallego está “mucho mejor” que otros dentro del propio Estado. Y esto acontece, según el conselleiro, gracias a la “apuesta” de la Xunta “por la universidad pública”.