El PP recuperó el pasado 10N la condición de primera fuerza política en Galicia. Y lo hizo, además, con casi once puntos más que el partido en el conjunto estatal, 31,94% frente al 20,82% conseguido por los de Pablo Casado en toda España. Pero esta ha sido una victoria amarga para los de Alberto Núñez Feijóo. Y no sólo por haber empatado a 10 escaños con el PSdeG-PSOE, sino porque, como ya había sucedido el 28A y también en las recientes municipales y europeas, Galicia continúa escorando a la izquierda a las puertas de las elecciones gallegas de 2020.
Tan cierto es que el PP ha vuelto ha ser primero como que nunca la izquierda había sacado tres escaños de ventaja a la derecha en Galicia en unas elecciones generales. La distancia entre bloques se mantiene con relación al 28A a pesar de la bajada en la participación, que afectó especialmente al ámbito progresista este 10N. Los populares son otra vez primeros, pero la suma de sus sufragios con los de Vox y Ciudadanos, que no lograron representación por Galicia, está unos diez puntos por detrás de la que suponen PSdeG, En Común-Podemos, BNG y Más País-
Al contrario que el 28A, cuando Ciudadanos sendas diputadas por A Coruña y Pontevedra, ahora todo lo que no es PP es izquierda en la representación gallega en el Congreso. Y la izquierda nunca había logrado, como ahora, 13 de los 23 puestos en juego. Lo ha hecho porque el PSdeG ha mantenido sus 10 y En Común-Unidas Podemos, mientras que el BNG ha logrado uno de los perdidos por C's.
El pasado 28 de abril, con un escaño menos, PSOE, En Común, Bloque y En Marea habían alcanzado el 53,4% de los sufragios, 9,49 puntos más que la suma de los populares, Ciudadanos y la extrema derecha. Ahora, la izquierda alcanza el 53,6% y está 9,54 puntos por encima. Es la mayor ventaja sobre la derecha en unos comicios estatales y, por tanto, desde 1977, desde las primeras elecciones democráticas al Congreso tras la dictadura franquista.
Este amplio margen sólo es comparable a los más de ocho puntos de diferencia que la izquierda gallega había alcanzado en 2008 en la última victoria de Zapatero. Ya en 2011, con el triunfo de Rajoy, la derecha superó en más de diez puntos y en siete escaños al bloque progresista en Galicia. En ocho años, la izquierda ha recuperado 20 puntos a la suma de los conservadores y a pocos meses de las elecciones autonómicas.
Por el momento, la izquierda es muy mayoritaria en unas generales, donde la derecha, allá por finales de los 70 y principios de los 80, llegó a superarla en entre 44 y 20 puntos y hasta en 21 escaños. La división que siempre ha perjudicado al bloque progresista también afecta ahora a los conservadores, que asisten a la irrupción de una ultraderecha cada vez más fuerte, pisándole los pies o pasando por encima de los que han pactado con ella.
PSdeG, En Común y BNG confían en el cambio en 2020
Estos números han estado muy presentes en los análisis que las fuerzas políticas gallegas de la izquierda han realizado tras el 10N. Mientras Alberto Núñez Feijóo pone el foco en que el PP ha logrado volver a ser primera fuerza política en Galicia seis meses después de perder esa condición por primera vez en su historia -y también en que ha logrado más apoyo que la media estatal-, desde PSdeG, En Común-Unidas Podemos y el BNG se ve la puerta abierta al cambio en 2020.
En la dirección del PSdeG los números del 10N invitan a volver a soñar con la Xunta en 2020. Haber conseguido algo más del 31% de los votos del electorado gallego supone estar “más de tres puntos por encima del dato obtenido por el PSOE en el conjunto de España”, subraya su secretario general, Gonzalo Caballero, quien además más allá de su propia formación. Incluso en un contexto de “caída de la participación superior a la media estatal”, advierte, “la suma de PP, Ciudadanos y Vox se ha quedado más de 140.000 votos por debajo de la suma de las fuerzas de progreso”, concluye.
También en las filas de En Común-Unidas Podemos se observa el resultado del 10N como una señal a favor del cambio en Galicia. Tras revalidar sus respectivos escaños en el Congreso, Antón Gómez-Reino y Yolanda Díaz inscriben la posible evolución del panorama gallego en el contexto estatal. “Ha comenzado la carrera para acabar con Feijóo en la Xunta y para construir un Gobierno estable que termine con las políticas del PP en Galicia, afirma Gómez-Reino quien, como ya había resaltado en campaña, cree que el ”mejor mensaje“ para el cambio en Galicia sería ahora la formación de un gobierno de coalición de izquierda en España.
En el BNG, mientras cunde la satisfacción por haber logrado volver al Congreso tras no haberlo conseguido en 2015, en 2016 nin el 28A, su líder ve ratificado que la formación va “al alza y suma” con vistas a 2020. En la campaña del 10N, asegura Ana Pontón, el Bloque “con la mano tendida a todos los gallegos y gallegas que creen que Galicia precisa de una alternativa” y esa será la “senda” hacia el “gran reto” de 2020. El objetivo, subraya, será “alejar de la Xunta al PP”, tal y como invitan a esperar los números del 10N. “Para eso -subraya- es necesario que el BNG obtenga el mejor resultado posible”.