La Xunta ha declarado bien de interés cultural (BIC) la Casa Cornide de A Coruña, un palacete del siglo XVIII ubicado en la zona vieja de la ciudad que terminó, tras una historia con varios episodios, en manos de la familia Franco. Con esta figura de protección, los herederos del dictador se verán obligados, como marca la ley, a mantener la integridad del edificio y sus elementos y a abrirlo al público durante al menos cuatro días al mes.
La decisión, anunciada por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, al término de la reunión semanal de su gabinete, llega casi dos años después de que el Gobierno gallego iniciase los trámites para declarar BIC el inmueble -y al límite del plazo para culminar el proceso- y tras varios intentos de los descendientes del dictador de vender la propiedad una vez conocieron la sentencia que declaraba que otra de las propiedades que engrosaban su patrimonio, el Pazo de Meirás, era del Estado.
La declaración como BIC, dijo Rueda, se basa en los valores arquitectónicos e históricos del edificio, uno de los pocos que se conserva de la época de la Ilustración en Galicia. El presidente gallego no ha aclarado si los técnicos de la Xunta han entrado al inmueble para comprobar su estado y hacer inventario de los bienes, una de las cuestiones que los herederos del dictador estaban dificultando.
La obligación de la Xunta, dijo, es hacer cumplir la ley a la familia Franco. Cuando el Pazo de Meirás fue declarado BIC, los herederos se revolvieron y los incumplimientos en cuestiones como la apertura al público llevaron a una sanción de la Xunta en 2017. Las jornadas que se elijan para permitir visitar deberán darse a conocer con antelación, recordó Rueda.