La posibilidad de aprobar una tasa turística en Santiago de Compostela va a tener que esperar a que termine la temporada alta. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se reunirá con la alcaldesa de la capital gallega, Goretti Sanmartín, para abordar el asunto en septiembre. La intención del actual gobierno local de implantar algún tipo de gravamen a los visitantes fue anunciada hace meses y se ha concretado en un documento que el jefe del Gobierno gallego tiene sobre la mesa desde el arranque de julio. Las quejas de Rueda por la tardanza del Concello compostelano en enviar los detalles de su planteamiento se han repetido en las últimas semanas, en las que ha prometido más premura en la respuesta de su equipo. En cualquier caso, no será hasta la vuelta de las vacaciones estivales.
“Con independencia de que haya reunión o no, lo que le interesa al Concello es tener una respuesta de la Xunta, que va a ser con bastante más celeridad que el Ayuntamiento”, dijo en su comparecencia ante los medios tras la reunión semanal de su gabinete. La posibilidad de dejar la cita para septiembre la hablaron Rueda y Sanmartín en una recepción celebrada el pasado 25 de julio.
El presidente gallego ha evitado en sus declaraciones mostrarse contrario a un impuesto turístico, pero tampoco lo ha respaldado. Ha manifestado que hay un aspecto que le “preocupa” de la implantación de una tasa de estas características: que dé una imagen “no deseada y no real” de una Galicia “masificada” y desbordada por los visitantes. La afluencia de turistas y peregrinos a la capital gallega provoca cada año malestar entre los vecinos. Este lunes Rueda no ha dado su opinión sobre la propuesta concreta de Santiago, que implicaría el cobro de entre 1 y 2,5 euros a cada viajero. La Xunta señaló estas semanas que es necesaria una norma general para toda Galicia y que cada ayuntamiento decida si la aplica. Por el momento consta la propuesta de Santiago y el interés de otro municipio turístico, O Grove, en la costa pontevedresa.