La Xunta de Galicia patrocinará con 1,2 millones el concierto de la banda Muse que ha convertido en un arma política

Gonzalo Cortizo

14 de junio de 2022 06:00 h

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El cheque que prepara la Xunta para el concierto de Muse en Vigo lleva escrita la cifra de 1,2 millones de euros a cambio de dos horas de espectáculo. La promotora del evento, Zircozine, recibirá el pago a través del formato de patrocinio, uno de los más opacos y discrecionales a la hora de impulsar la cultura con dinero público. No es el único patrocinio millonario otorgado por el Gobierno gallego a grandes conciertos: el Festival O Son do Camiño, que arranca este jueves en Santiago, se lleva por el mismo mecanismo un total de 2,5 millones de euros. 

La cifra que desembolsará la Xunta para el concierto de Muse ha sido confirmada a esta redacción por fuentes del sector de los promotores. En comunicación con el Gobierno gallego para confirmar el número, la Xunta ha decidido dar la callada por respuesta. Es lo que tienen los contratos de patrocinio: no están sometidos a concurso público y, así, su rastreo en la plataforma de contratos de la Administración gallega es tarea prácticamente imposible.

Las voces de alarma sobre la existencia de una burbuja en el sector alimentada por la sobrefinanciación pública empiezan a dejarse oír. El pasado mes de mayo el sindicato de técnicos de espectáculos de Galicia alertó de que esa proliferación de festivales ponía en riesgo al sector y la seguridad de quienes montan los escenarios a los que después se suben las grandes bandas. Solo un mes después de aquella advertencia, el escenario de Sons do Camiño se vino abajo durante su instalación, dejando un primer balance de seis heridos, de los cuales dos fueron catalogados como graves en el momento del accidente. Uno de los operarios continúa ingresado en la UCI.

El Gobierno que preside Alfonso Rueda ha dado a entender que el concierto de Muse es una producción del Xacobeo pero el dato es inexacto. En realidad, el montaje corre a cargo de la productora Zircozine, que dirige el gallego Farruco Castromán y que es conocida en el sector por sus éxitos al frente del Mad Cool Festival. Esta empresa es la que asegura contar con la exclusiva para vender los conciertos de una banda que grabó su primer álbum en 1999 y que ya actuó en Santiago de Compostela como cabeza de cartel en el Xacobeo 2010. 

La fórmula empleada por el Gobierno gallego libera a la Administración autonómica de cualquier desempeño en la organización del evento. La productora es quien asume los gastos de caché y producción, además de quedarse con el dinero recaudado por la venta de entradas y el consumo en las barras.

Según fuentes próximas del sector de la promoción de grandes eventos, sin el patrocinio público “sería imposible” que una comunidad sin grandes recintos como Galicia asumiese la contratación de una banda como Muse con un caché de alrededor de un millón de euros. Las entradas sin ese dinero público, insisten las mismas fuentes, se acercarían a los cien euros por ticket. Frente a este argumento, en el sector cada vez son más quienes hablan de una “sobrefinanciación” de este tipo de conciertos multitudinarios, convirtiendo el mundo de los festivales en una burbuja en la que los cachés son desorbitados y los equipos técnicos para poner los espectáculos en marcha casi imposibles de conseguir por la altísima demanda. 

Zircozine es la empresa que está detrás de la organización del Mad Cool Festival en Madrid. La llegada de esta franquicia a Andalucía ha sido recientemente objeto de atención pública tras conocerse que la Junta que preside Juan Manuel Moreno Bonilla reservaba para este aterrizaje 4,3 millones de euros, la mayoría de fondos europeos, para replicar en Málaga un formato similar al Mad Cool que tan buen resultado ha dado en la capital. El evento se ha bautizado como Andalucía Big Festival by Mad Cool y se celebrará entre el 8 y el 10 de septiembre. Tanto en el festival andaluz como en su predecesor madrileño está prevista la actuación de Muse. El de Galicia será, por tanto, la tercera fecha de los de Devon (Reino Unido) en territorio español. 

El rock como arma de desgaste político

El concierto de la banda británica se convirtió en protagonista principal de la enésima batalla de una guerra que enfrenta al Ayuntamiento de Vigo y la Xunta de Galicia. “Hemos conseguido que el alcalde doblegase el pulso, acorralado por sus propias mentiras”, se ufanó la delegada del Gobierno gallego en la ciudad como si conseguir espacio municipal para realizar el evento se hubiera convertido en un éxito político. En inicio, Abel Caballero se mostró reticente a ceder el Estadio de Balaídos para el bolo. Finalmente tuvo que rectificar al comprobar que otra ciudad en manos socialistas, A Coruña, empezaba a mostrar interés por recoger el evento.

El trasfondo de la pelea es, claro, electoral. La precampaña ha comenzado: en 2023 habrá municipales y el Partido Popular, hundido en la ciudad, busca cualquier vía de ataque contra un Abel Caballero que concentra el 70% del voto.