La Xunta ha anunciado la construcción de la primera planta pública de Galicia para la gestión y el reciclaje de residuos textiles domésticos, un desecho que supone el 7% de los que componen la llamada “bolsa negra” de la basura y del que cada año llegan más de 70.000 toneladas a la planta de tratamiento de la empresa pública Sogama.
El Consello de la Xunta ha destinado 14 millones de euros para la construcción de la infraestructura, que se levantará en las instalaciones de Sogama en Cerceda (A Coruña). El objetivo es licitarla este año y que esté finalizada a mediados de 2026. Podrá tratar, de entrada, hasta tres mil toneladas residuos textiles, una cifra que el gobierno gallego quiere elevar hasta alcanzar las 24.000.
Tras la reunión del ejecutivo autonómico, la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, explicó que, desde el próximo 1 de enero, la ley obligará a todos los ayuntamientos a separar en origen los residuos textiles, cuyos excedentes “no se van a poder destruir”. “Tenemos que hacer de esta obligación una oportunidad”, señaló Vázquez antes de recordar que, a partir de 2030, todas las prendas de ropa tendrán que estar fabricadas con tejido “duradero, reciclable, libre de sustancias peligrosas y respetuoso”.
La conselleira señaló que han hablado de este proyecto con las entidades sociales que van a “participar en su desarrollo”. Espera además que “sectores importantes” se puedan instalar en Galicia a través de un hub textil. La planta será uno de los dos ejes del plan estratégico 2024-2030 de Sogama; el otro, la plataforma Traza, que va a permitir automatizar el seguimiento de todos los residuos que entran en la planta de Cerceda, lo que permitirá abrir una vía online y bidireccional con los ayuntamientos.
Preguntada por la relación que podría tener este proyecto con la macrocelulosa que la portuguesa Altri proyecta en Palas de Rei, donde está prevista la fabricación de fibras textiles de lyocell, Vázquez evitó vincular ambas propuestas. “La idea es convencer a la gente y que sepa que tenemos que reciclar”. Sí admitió que “a partir de 2030 ya no se podrán hacer prendas textiles como se venían haciendo hasta ahora”, lo que consideró una “gran oportunidad para Galicia” si las empresas cuentan con el “reciclaje necesario para que después lo puedan utilizar”.