Nuevo tijeretazo social, esta vez en uno de los los eslabones más débiles de la cadena. La secretaría general de Igualdad, órgano dependiente de la Vicepresidencia de la Xunta, acaba de convocar las “ayudas periódicas de apoyo a mujeres que sufren violencia de género”, esto es, el conocido como “salario de la libertad”, creado en tiempos del bipartito de PSdeG y BNG y que, “con carácter general”, supone una asignación económica de 600 euros -puede oscilar entre los 400 y los 800 en determinados casos- a las víctimas de violencia machista para liberarlas de la dependencia económica del maltratador. La convocatoria para 2013 viene con una desagradable sorpresa: una reducción del 24,5% en su dotación presupuestaria en comparación con el año anterior.
En 2012, el último de la pasada legislatura, Igualdad le aportó a estas ayudas una partida económica de 2,4 millones de euros. No obstante, el gran “volumen” de solicitudes hizo necesario que, hacia finales del ejercicio económico, en el mes de octubre, el departamento autonómico tuviera que ampliar el crédio de estos subsidios. El número de solicitudes provocó que “no pudiesen ser atendidas por el agotamiento del crédito inicialmente asignado” y por eso “resulta necesario incrementar la dotación presupuestaria” en 218.886,66 euros, argumentaba el Gobierno gallego.
No fue 2012 el primer año en que las ayudas solicitadas superaron las previsiones gubernamentales. También en 2011 sucedió, a pesar de ser objeto de una ampliación de crédito, se terminaron los recursos asignados y, a mediados de diciembre de ese año, se daba “a conocer el agotamiento del crédito disponible”. A pesar de todo esto, en 2013 las víctimas de las agresiones machistas -en 2012 se presentaron en Galicia 4.788 denuncias- estarán económicamente menos protegidas por el Ejecutivo autonómico. Concretamente, dispondrán de casi 600.000 euros menos, ya que la partida económica se queda en 1,9 millones de euros.
Este recorte se produce en un contexto en el que los principales organismos y personas expertas en la prevención y tratamiento de la violencia machista advierten de que la crisis económica y los recortes sociales se están convirtiendo en un obstáculo para “salir del círculo” violento. La última en advertirlo hasta el momento ha sido la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, Inmaculada Montalbán, quien en días pasados señalaba que el descenso en el número de denuncias por maltrato en los últimos años -en Galicia fue de casi un 20% entre 2011 y 2012- puede “ser debido al impacto de la crisis económica, tanto en la víctima como en su familia y en la propia sociedad”.
En este contexto, Montalbán subraya el “esfuerzo social e institucional realizado en los últimos años” en la lucha contra el maltrato y considera necesario “mantener todos los recursos imprescindibles para asistir de manera integral y recuperar a las víctimas”. En un sentido semejante Raquel Castillejo, catedrática de Derecho Procesal de la Universidad de Santiago y experta en el estudio y en el abordaje de la violencia machista, explicaba hace pocos meses en Praza Pública que “las mujeres que ya están metidas en la espiral de la violencia ahora salen con mayor dificultad, porque muchas aguantan porque no tienen de que vivir”.