Desde hoy y durante todo el fin de semana la localidad guipuzcoana de Legazpi, gobernada por Bildu, votará para escoger entre el quinto contenedor –el de residuos orgánicos–, o el sistema de recogida de residuos 'puerta a puerta'. Una consulta que como el Gobierno municipal adelantaba, no será vinculante, y cuyo alcalde, Kepa Urcelai, calificaba como “poco seria y sin legitimidad”.
La consulta abre aún más la veda para la bronca política, y es que el PNV acusaba ayer a Bildu de “negar procesos participativos y negar la palabra al pueblo”. “Bildu no escucha, Bildu sólo impone” denuncia el peneuvista Imanol Lasa, que además acusa: “están boicoteando y haciendo todo lo posible para que la consulta no se celebre”.
Una consulta aplaudida también por el PSE guipuzcoano, que mediante su secretario de Medio Ambiente, Denis Itxaso, tildaba la medida como “un ejercicio de civismo y coraje democrático por parte de la ciudadanía”, mientras aprovechaba para poner sobre la mesa datos del Tribunal Vasco de Cuentas que señalan que la implantación del sistema en Usurbil incrementó los gastos de basuras en un 60% de 2009 a 2011.
Los 'jeltzales', han acusado también a Bildu de “utilizar las instituciones para sus propios fines” a cuenta del informe sobre el tratamiento de residuos urbanos realizado por la UPV. Un estudio, dicen, encargado y subvencionado con 13.517 euros por la Diputación Foral para que, según concluyen, “digan lo que ellos quieren oír”.