Los 16 iconos de Madrid según su Ayuntamiento: ¿son todos los que están y están todos los que son?
En la lista, que intenta aglutinar enclaves históricos con otros de perfil cultural y empresarial, hay destacadas ausencias como Casa de Campo, Atocha o el Teatro Real
Aunar emblemas madrileño del pasado y el presente. Ese era el objetivo del Ayuntamiento de Madrid al publicar un mapa cultural ilustrado bajo el título Iconos de ayer y hoy para una ciudad viva. Habrá que ver si la propuesta cumple su objetivo, ya que la elección de unos enclaves y no otros puede acabar sembrando la discordia (o al menos el debate).
La lista, que desgranamos a continuación, viene acompañada de un texto introductorio escrito por la autora madrileña Mercedes Cebrián. Toda una declaración de intenciones. En él se habla de ese “Madrid de toda la vida” que deseamos “nos acompañe para siempre”, a la vez que hay otro Madrid porque también “queremos emprender, crecer y volar”. Con estas dos ideas en mente, el consistorio que dirige José Luis Martínez-Almeida sintetiza Madrid en 16 lugares y los ordena tal como sigue.
1. La Cibeles
Neptuno, hoy no es tu día. La fuente dedicada a la diosa Cibeles, ideada en 1777 por el arquitecto Ventura Rodríguez, conformaba junto con las de Apolo, Cuatro Estaciones y el mencionado Neptuno los puntos de referencia escultórica del Salón del Prado, una trascendental reforma bajo el reinado de Carlos III. Un lugar emblemático que da nombre al Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento y una importante ausencia de la lista.
Sentada sobre un carro tirado por dos leones, la diosa romana de la Fecundidad y de la Abundancia es un icono para los seguidores del equipo de fútbol Real Madrid, por festejarse en ella los títulos del equipo madrileño. Se quedan fuera los escenarios donde presumen de éxitos los hinchas del Atlético de Madrid o los más forofos de la selección española (que en su época dorada vio como la Plaza de Colón se tornaba centro neurálgico de las celebraciones).
2. Gran Vía
Para entender Madrid hay que pasear por la Gran Vía, proyecto urbanístico que nació con vocación de cambiar el centro de la ciudad y darle aire de metrópoli. Con casi kilómetro y medio de longitud, la avenida está dividida en tres tramos. El primero comprendido entre Alcalá y Red de San Luis, el segundo entre este punto y Callao y el tercer tramo entre Callao y Plaza de España (un lugar al que ni siquiera una larga y costosa remodelación le ha servido para aparecer en este top).
Gran Vía alberga algunos de los hitos arquitectónicos más singulares de la ciudad: el Edificio Grassy, el Bar Chicote, el Oratorio del Caballero de Gracia, el Edificio Telefónica, el Palacio de la Música, el Edificio Capitol, el Edificio España o el antiguo Edificio Carrión, donde el inconfundible rótulo de Schweppes ilumina las noches madrileñas desde 1972.
3. Puerta del Sol
Madrid se perfila como corazón de la Península Ibérica en esta plaza en la que se encuentra el Kilómetro 0 del que parten todas las carreteras nacionales. Toma su nombre de un postigo de la antigua muralla medieval, decorado con un sol por ser la puerta de la cerca situada más al este. Hasta mediados del siglo XIX era un espacio alargado y angosto que resultaba del cruce de las calles Mayor, Arenal, Alcalá y Carrera de San Jerónimo. Sucesivos concursos de proyectos le han proporcionado su forma actual.
“Quedamos en Sol” es una de las frases más repetidas por los madrileños, que cuando acuden a este punto de encuentro pueden comprobar que aquí siguen la escultura de El Oso y el Madroño, la réplica de La Mariblanca, el cartel de Tío Pepe o el Reloj al ritmo de cuyas campanadas tomamos las doce uvas cada fin de año. La que no va a seguir mucho más tiempo es la icónica ballena de cristal que da forma a la principal salida de Metro en la plaza. En breve será sustituida una estructura acristalada mucho menos llamativa. Lo que nunca perderá el enclave es ser un lugar habitual de protesta y concentración, con el 15-M como mejor ejemplo.
4. Plaza Mayor
Ligada ya para siempre al “relaxing cup of café con leche”, tiene su origen en la antigua Plaza del Arrabal, foco comercial de la primitiva villa, situada extramuros del recinto medieval. A diferencia de otras plazas barrocas europeas de matiz aristocrático, la madrileña tuvo siempre un carácter popular y desde sus balcones se podían presenciar espectáculos públicos como toros, cañas, autos de fe y procesiones. A Juan Gómez de Mora se debe el proyecto definitivo para “cuadrar la Plaza” y la Casa de la Carnicería que se levantó frente a la Casa de la Panadería.
La reforma total llegó de la mano de Juan de Villanueva, que modificó el sentido abierto que tenía y la concibió como plaza cerrada y simétrica. En 1848 perdió la función de lugar de espectáculos, después de la remodelación del espacio central y su conversión en un jardín a la francesa, presidido por la estatua de Felipe III. Estas circunstancias hacen que también se la conozca como la “Plaza de los Juanes”.
5. Palacio Real
Construido sobre los terrenos del antiguo Alcázar, destruido por un incendio en 1734, es el Palacio Real más grande de Europa occidental. Fue un encargo de Felipe V al arquitecto siciliano Felipe Juvara. Con su discípulo Juan Bautista Sachetti, que realizó las trazas principales, trabajó Ventura Rodríguez en la construcción de la fábrica y, especialmente, en la Capilla. Carlos III fue el primer rey que ocupó el palacio y continuó sus obras poniendo al mando a Francesco Sabatini.
En la decoración del palacio intervino un elenco de artistas de gran categoría, tanto españoles como extranjeros, entre los que destacan pintores como Bayeu, Giaquinto, Tiépolo, Gasparinin o Mengs. Las puestas de sol que se ven desde su explanada, así como desde los jardines contiguos, son célebres en toda la ciudad. Pese a mantener la oficialidad de residencia real, en la práctica esta se ha trasladado al Palacio de la Zarzuela (que, eso sí, no puede presumir de aparecer en esta lista).
6. Museo del Prado
El edificio que hoy sirve de sede al Museo del Prado fue diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva en 1785, como Gabinete de Ciencias Naturales, por orden de Carlos III. Este gran palacio, situado sobre un solar al norte del Real Jardín Botánico, nace con pretensión de embellecer y cerrar ópticamente el Salón del Prado.
Más adelante, Fernando VII lo convirtió en Real Museo de Pinturas y Esculturas, al que trasladó muchas obras procedentes de los Reales Sitios. Inaugurado en 1819, pasó a depender cincuenta años después de Patrimonio Nacional y fue llamado oficialmente Museo Nacional del Prado. Las cerca de 27.000 obras de arte que integran los fondos del Museo cubren el periodo que va del siglo XII al XX y confeccionan una colección ecléctica y apabullante.
7. Museo Reina Sofía
Y cuando llega la vanguardia un museo le pasa el testigo artístico a otro. La primera fundación del antiguo Hospital San Carlos se debe al rey Felipe II que, en el siglo XVI, centralizó en este lugar todos los hospitales dispersos en la La apertura del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 1990 supuso la creación, al fin, de un museo de arte moderno y contemporáneo en España de nivel internacional. El actual edificio debe sus trazas a José de Hermosilla y a Francisco Sabatini, debiéndose a este último gran parte de la obra.
Un proyecto impulsado por conservadores como Carmen Giménez o Tomás Llorens que ahora es una referencia artística, pero también en el terreno investigativo (gracias en parte a su exhaustiva Biblioteca). El Prado y el Reina, dos transatlánticos de la curaduría, no dejan hueco a otros espacios como el Thyssen, el Museo de Historia o el Museo Nacional de Antropolgía.
8. Puerta de Alcalá
Dentro de las reformas de embellecimiento de Madrid promovidas por Carlos III, se concibió una nueva Puerta de Alcalá, como entrada principal a la corte y colofón de la gran operación urbana del Salón del Prado. Proyectada en 1769 por Francisco Sabatini, ganador del concurso de proyectos, fue ideada como un gran arco triunfal de estilo barroco clasicista. A pesar de su apariencia simétrica, presenta notables diferencias entre la fachada interior y la exterior. Así, el frente dirigido a oriente se trató con mayor riqueza por ser la primera imagen que los viajeros procedentes del Reino de Aragón veían de la Villa y Corte.
No sabemos, eso sí, si era el lado que animaban a mirar Víctor Manuel y Ana Belén en el tema que unió para siempre el monumento con ese estribillo tan pegadizo. La Puerta de Toledo, que no tiene canción, tampoco tiene un sitio entre lo más destacado de Madrid según el Ayuntamiento.
9. Parque del Retiro-Palacio de Cristal
El parque público más importante de Madrid comenzó como una modesta ampliación de los aposentos de la familia real en el monasterio de San Jerónimo, pero pronto se convirtió en un vasto conjunto palacial rodeado de jardines y decorado con pinturas de los más grandes artistas de Europa. El ruinoso estado en que quedó tras la Guerra de la Independencia motivó su reconstrucción y embellecimiento con Fernando VII, quien mandó repoblar el arbolado, edificar la Casa de Fieras y construir un embarcadero en el Estanque Grande, donde hoy se halla el Monumento a Alfonso XII.
El Palacio de Cristal es uno de sus pabellones de muestras más celebres. Concebido como invernadero para la Exposición de Flora de las Islas Filipinas (1887) por Ricardo Velázquez Bosco y Alberto de Palacio, es la más valiosa y excepcional contribución española a la arquitectura de hierro y cristal. Este palacio transparente que se deja atravesar por los rayos del sol madrileño es hoy es una de las dos sedes expositivas del Museo Reina Sofía en el Parque del Retiro, junto con el Palacio de Velázquez. El Ayuntamiento, que sabe más por viejo que por Ayuntamiento, se marca un 2x1 al destacar el “pulmón” de Madrid (con permiso de Casa de Campo, una ausencia difícilmente justificable) y, a la vez, el “diamante” de Madrid.
10. Madrid Río
Un parque lineal que discurre a lo largo de 6 km a ambas orillas del río Manzanares y que permite descansar del asfalto y el estrés urbano. Se trata, claro, de Madrid Río, un enclave que supone además la recuperación de la biodiversidad de ese río que pintaba Goya en sus lienzos.
Los madrileños de hoy siguen conectados con la cotidianidad del gran pintor mediante este proyecto paisajístico ambicioso que otorgó a Madrid, por fin, un verdadero paseo fluvial. Madrid Río fue concebido como un eje verde, lúdico y cultural, que se ha convertido ya en espina dorsal de la actividad urbana de los barrios del sur y de toda la ciudad. Mola, aunque el cercano Parque Enrique Tierno Galván, olvidado en este listado, no le va muy a la zaga.
11. Matadero
Creado en 2006 y situado en el antiguo matadero y mercado de ganados de la ciudad, es un conjunto de pabellones de estilo neomudéjar construido a principios del siglo XX a orillas del río Manzanares. Ahora reconvertido en centro de creación contemporánea, Matadero aúna el enorme valor patrimonial y arquitectónico, la personalidad y su fuerza motora como lugar de intercambio ciudadano.
Este macrocomplejo artístico, ubicado justamente en Madrid Río, es una pequeña ciudad dedicada a la cultura en la que el visitante encontrará las Naves del Español, la Casa del Lector, la Central de Diseño, la Cineteca o Intermedia, entre otros espacios que tratan de sobrevivir a una política municipal donde la cultura está olvidada o se utiliza como mera arma arrojadiza. Hablando de cultura: aquí acaba su espacio en esta recopilación. El Teatro Real o el Cine Doré de la Filmoteca no merecen tal honor en opinión del consistorio.
12. La Nave
Quizá la inclusión más polémica (¿e ideológica?) de la lista. Lo que fue la antigua fábrica Boetticher y Navarro en Villaverde Bajo, actualmente rebautizada como La Nave, se ha convertido en un autoproclamado espacio de innovación y emprendimiento. Es sede de varias startups y centro de la Escuela de Innovación de Madrid.
Aunque un espacio como este pueda ser útil o incluso necesario en el mundo que habitamos, su aparición en una reunión de los grandes iconos de Madrid parece responder a un intento por presentar la ciudad como meca del emprendedor. En resumen, que La Nave esté aquí no habla del todo bien de la cultura dele esfuerzo y la meritocracia.
13. Estadio Santiago Bernabéu
Situado en el paseo de la Castellana, eje que vertebra Madrid de norte a sur, el Santiago Bernabéu (llamado de esta forma en honor al mítico dirigente madridista que presidió el club de 1943 a 1978) se está remodelando por obra y gracia de Florentino Pérez para continuar haciendo las delicias de los aficionados del Real Madrid. Poseedor de múltiples títulos europeos e internacionales (es el rey indiscutible de la Copa de Europa con 13 orejonas), su museo, que conserva infinidad de trofeos, es uno de los más visitados de la ciudad.
También es lugar de peregrinación para los melómanos, pues aquí han tenido lugar conciertos de los Rolling, Bruce Springsteen o Frank Sinatra. No es el único estadio con el que ocurre. Por ello, antes de que los colchoneros acudan en masa al Palacio de Cibeles para protestar, recomendamos seguir leyendo.
14. Estadio Metropolitano
En la zona noreste de Madrid, en el área de influencia del aeropuerto e IFEMA, se encuentra el estadio del Atlético de Madird: el Metropolitano (llamado de esta forma en honor al mítico estadio en el que el Atleti disputó sus encuentros entre 1923 y 1966, por un lado, y el algo menos mítico conglomerado chino que lo patrocina, por otro). Fue inaugurado el 16 de septiembre de 2017, después de que el proyecto original, el Estadio Olímpico de la Peineta, acabase por ser desechado (volver al punto 4).
Ubicado en la avenida que homenajea a uno de los entrenadores más queridos por el equipo, Luis Aragonés, el Metropolitano alberga los partidos del primer equipo desde que abandonase el ya desaparecido Vicente Calderón. Con una capacidad de en torno a 68.000 espectadores, es uno de los estadios más modernos del mundo. Pese a ello, otros campos de fútbol de la ciudad, como el Estadio de Vallecas, también tienen su encanto. Por otro lado, llama la atención que la presencia de instalaciones deportivas en el listado se reduzca al fútbol.
15. Cuatro Torres Business Area
Dejamos el fútbol. O no, porque estos cuatro rascacielos constituyen un parque empresarial construido sobre los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. El enclave lo componen la Torre Foster, la Torre PwC, la Torre de Cristal y la Torre Espacio. Junto a ellas se eleva un quinto edificio, Caleido, inaugurado en 2021.
La Torre Cepsa es obra de Norman Foster, quien diseñó sus plantas a modo de estantería. La Torre PwC, diseñada por Carlos Rubio Carvajal y Enrique Álvarez-Sala Walter, tiene entre otras estancias un lujoso hotel de 5 estrellas. Con más de cincuenta plantas, Torre Espacio, firmada por Henry N. Cobb, aloja a empresas inmobiliarias y embajadas. Juntas se han convertido en un símbolo de la ciudad que protagoniza muchas de sus vistas, por suerte o por desgracia. Para el equipo municipal parece que lo primero, ya que lo pone por delante de otros enclaves económicos históricos como el Banco de España, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre o la Bolsa de Madrid.
16. Terminal 4
Situado a 12 kilómetros al noreste de la capital, el Aeropuerto Internacional Adolfo Suárez Madrid-Barajas, abierto en 1931, es el primer aeropuerto español por tráfico de pasajeros, carga aérea y número operaciones. Dispone de cuatro terminales de pasajeros y una terminal ejecutiva. La Terminal T4, inaugurada en 2006, ha sido laureada por el diseño de los arquitectos Antonio Lamela y Richard Rogers.
De ahí a convertirla en símbolo de Madrid habrá quien objete que hay un trecho. Sí, es uno de los mayores puentes entre Latinoamérica y Europa. Pero su presencia por encima de la mítica Estación de Atocha es cuando menos sorprendente. No obstante, si se trata de destacar Barajas, casi estaría mejor instar a los viajeros que dispongan de tiempo a pasear por la Villa de Barajas. Un encantador casco antiguo, con Plaza Mayor incluida, a escasa distancia del aeropuerto. Sintetiza el choque entre historia y modernidad casi tan bien como esta lista.