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Las pilas del conejo de Duracell, ¿duran y duran? ¿Se acabará pasando a la batería?

Llegan las Navidades y con ellas los anuncios de juguetes. Perros que ladran, 'furbies' y muñecos que lloran copan los catálogos para niños (o más bien para padres). Además de paciencia, para regalarles uno de estos autómatas hace falta acercarse al supermercado y volver a casa con un buen cargamento de pilas.

Cada vez se utilizan menos, pero, por mucho que nos pese, comprarlas sigue siendo indispensable para utilizar algunos aparatos. “Las pilas desechables no van a desaparecer, por su bajo coste, pero están destinadas a utilizarse solo en productos de bajo consumo que no tengan un uso continuado”, explica a HojaDeRouter.com Rubén Beneito, responsable del Área de Energía del Instituto Tecnológico del Juguete Infantil y Juvenil (AIJU).

Para otros dispositivos con un gasto de energía mayor, como “coches de radio control y otros juguetes eléctricos”, se suelen usar pilas recargables. La elección, por supuesto, corresponde a los consumidores. El caso es que los paquetes de baterías cilíndricas, ya sean de un tipo u otro, siguen ocupando las estanterías de muchas tiendas.

Y si te queda alguna duda de su prevalencia, quizá la última adquisición de Warren Buffett pueda despejártela. El magnate de las finanzas y propietario de la firma de inversión Berkshire Hathaway quiere echarle el guante a parte de la empresa Procter & Gamble. Más concretamente, a sus pilas: P&G está detrás de la marca Duracell.

A la compañía no le ha parecido mal la oferta: Berkshire Hathaway cederá a P&G todas las acciones que posee de la empresa (valoradas en 3.770 millones de euros) y le abonará además 1.362 millones de euros; todo ello a cambio de quedarse con las baterías. En 2015, precisamente cuando se cumple el décimo aniversario de la adquisición de Duracell por P&G, se deshará definitivamente de la marca.

El nacimiento de una estrella rosa y con largas orejas

Duracell International existe desde los años 60, pero sus orígenes se remontan a 1920, cuando el científico Samuel Ruben y Philip Rogers Mallory, “un entusiasta fabricante de alambre de tungsteno” (como le definen en la compañía que fundó), deciden trabajar juntos. Ruben era un experimentado electroquímico e inventor: en 1942 desarrolló las pilas de óxido de mercurio (más duraderas que las de zinc-carbono) y, ya en los 50, mejoró la pila alcalina de manganeso, haciéndola más duradera y fabricándola en un nuevo tamaño (AAA) requerido por las primeras cámaras con flash de Kodak.

Mallory murió en 1975. Aunque escasamente, tuvo tiempo de conocer a otro personaje crucial en la historia de la empresa y probablemente con más fama que él mismo: un conejito rosa. El animal apareció por primera vez en 1973 para demostrar al mundo que las pilas alcalinas Duracell duraban más que las de zinc-carbono comunes y más baratas.

En 1974 protagonizó el primer anuncio de pilas emitido en la televisión estadounidense. En el mítico ‘spot’ aparecía tocando el tambor incansablemente entre otros de su especie. Mientras que el resto paraba porque se quedaban sin energía, él continuaba haciendo honor al eslogan que algún tiempo después le haría famoso en España: “y duran, y duran, y duran…”

La campaña tuvo éxito; el público empatizaba con el tierno animal y el mensaje era claro y conciso: si usabas su marca los juguetes podían seguir en funcionamiento hasta seis veces más tiempo. Los anuncios lanzaron al conejillo directamente al estrellato. Al músico le siguieron el conejo disco, el conejo esquiador y el conejo de Navidadconejo de Navidad, entre otras versiones.

Aunque llegaron los primeros, pronto se durmieron en los laureles. Unos años después de su debut en la pequeña pantalla, la estrella quedó relegada por otro conejo rosado. A los de Duracell se les olvidó renovar la patente del muñeco en EE.UU., momento que Energizer aprovechó para reivindicar su lugarEnergizer y copiar el personaje.

El gemelo díscolo

La réplica del conejo original vio la luz en 1989, con algunas modificaciones. También tocaba el tambor en grupo, pero llevaba gafas de sol, chanclas, tenía las orejas más largas y su rosa era un poco más brillante. Energizer contratacaba con ironía.

Como consecuencia de la jugarreta, el conejo de Duracell dejó de aparecer en los anuncios de la televisión estadounidense, aunque sus andanzas han continuado por otros lares. En 2003, los estudios ScaryCat recibieron el encargo de diseñar y animar una nueva versión del conejo, más moderna, para lo que tuvieron que construir una maqueta con diversos materiales (metal, látex, silicona, madera, espuma e incluso pelo) y un armario acorde con su ritmo de vida. Además de otros complementos: un MP3, un ‘walkman’, un maletín, una cámara digital, una bicicleta, un ‘frisbee’...

Pero en el resto del mundo tampoco se deja ver tanto como antes. Los móviles, las tabletas y los portátiles no funcionan con pilas convencionales. Y, aunque Duracell también comercializa cargadores para todos estos dispositivos, el conejo solo usa baterías cilíndricas. El problema, según Beneito, “es que no satisfacen las necesidades crecientes de consumo que tienen los nuevos productos que hay en el mercado”.

La autonomía de las pilas depende de la cantidad de metal que contienen, y su concentración está limitada por ley. El mercurio, de uso extendido en el pasado, casi ha desaparecido a causa de la contaminación que provoca.

En el AIJU investigan baterías de litio más eficientes que sirvan para dispositivos pequeños. “Las de litio tienen más autonomía que las de cadmio o de manganeso”, señala Beneito. “Las de cadmio tienen efecto memoria, con cada recarga pierden capacidad; esto apenas ocurre en las de litio”, añade.

Soluciones para dispositivos cada vez más potentes

“Los ‘smartphones’ y los ordenadores tienen cada vez más prestaciones y las baterías ya están en el límite de la cantidad de energía que pueden almacenar y aportar”, indica por su parte Antonio Martínez, investigador en la Unidad de Pilas de Combustible del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).

El científico trabaja en el desarrollo de pilas de combustible más compactas y adaptables a todo tipo de aparatos. “La pila de combustible funciona con hidrógeno, que se inyecta desde fuera”. Señala que esta es la diferencia fundamental frente a las pilas comunes o baterías: mientras que las habituales almacenan la energía en su interior, las de hidrógeno lo hacen en un depósito externo.

Esto se traduce en un aumento de autonomía, pero añade la necesidad de incluir ese recipiente donde acumular el combustible. “Debe ser compacto y no suponer un aumento de peso”, explica Martínez, lo que resulta complicado cuando se trata de un teléfono móvil.

De momento, al conejo de Duracell le basta con sus pilas alcalinas, con las que ha practicado kayak, boxeo, fútbol y ha corrido maratones.

Y también tiene tiempo para el ocio: se le ha visto bailando el ‘Gangnam Style’ con un par de 'furbies' e incluso ha protagonizado alguna que otra escena picante protagonizado alguna que otra escena picante. Y dura, y dura, y dura...

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Las imágenes de este reportaje son propiedad, por orden de aparición, de Stephan Mosen y Régine Debatty