Londres, la niña bonita de la tecnología europea: cuando la política hace efecto e internet da trabajo

Analía Plaza / Analía Plaza

Londres —

Londres va a lo loco: su alcalde tiene claro que quiere hacer de ella la capital mundial de la tecnología y, desde que en 2009 empezara la estrategia para conseguirlo, el sector digital ha crecido un 15% mientras que la economía en su conjunto lo ha hecho un 8%, tiene 35.000 empresas y emplea a 382.000 trabajadores - nada mal para una capital financiera a la que hace seis años la crisis dejó tocada y hundida.

¿Qué ha pasado para que hoy crezca como clúster tecnológico más rápido, incluso, que San Francisco? En una Europa preocupada por encontrar su particular Silicon Valley, Londres ha insistido en apoyar al sector digital desde el Gobierno y lo ha integrado en el resto de industrias de su economía. Desde el día a día en el corazón ‘startup’ de la ciudad, estas son las razones que lo explican.

Políticos empeñados

La anécdota es de 2008, cuando Matt Biddulph, de Dopplr - una red social que compró Nokia en 2009 - se dio cuenta de que los alrededores de la rotonda de Old Street se estaban llenando de 'startups' (entre otras, Tweetdeck, Lastfm y Mind Candy). “Si esto sigue así”, dijo, “un agente inmobiliario la bautizará como la rotonda Silicon”. Anticipó el futuro: un año después, la rotonda Silicon - o Silicon Roundabout - se quedó con el nombre y se convirtió en el eje de la estrategia política, la llamada Tech City.

Para entenderlo del todo hay que mirar el mapa. La rotonda de Old Street está entre los bancos de la City y Shoreditch, un barrio post-industrial y barato al que los artistas iban a pintar sus cuadros y a hacer sus fiestas y en el que, ya en los 90, se instalaron los estudios de diseño gráfico y web que servían a la City. A un par de calles, un enorme cartel de ‘Where The City meets Shoreditch’ da la bienvenida a la zona . “Fue en mitad de la crisis financiera. Todos los reporteros decían ‘hay crisis, pero también hay gente montando sus propios negocios'. Recuerdo pensar ‘el Gobierno se quiere apropiar de lo que ha sucedido’ y que no me gustara. Pero luego entendí la historia de Shoreditch y mi idea cambió”, nos cuenta Ricardo Dávila, responsable del programa de incubación del 'coworking' The Trampery.

El plan iba, claro, más allá de poner un nombre y un cartel: Tech City ha colaborado con grandes empresas (Cisco, Facebook, Google…) y con Universidades como la UCL o el Imperial College en programas de emprendimiento y educación en tecnología.

Dinero (o facilidades para inversores)

La estrategia incluía otro par de cosas: los visados para emprendedores de fuera de Europa (si cumples una serie de criterios, te puedes venir a Londres a montar la empresa) o las deducciones de impuestos para inversores en compañías de alto crecimiento y riesgo (lo que suelen ser las 'startups', vaya). Así que el dinero fluye. En 2013 se invirtieron 929,1 millones de dólares de capital riesgo y Reino Unido es ya, según datos de la OCDE, la cuarta economía con más inversión, por detrás de Estados Unidos, Japón y Canadá. Dentro del continente, Francia, Alemania y Suecia le siguen por detrás.

Como es más fácil obtener financiación, más emprendedores se mudan a Londres. Ejemplo: el pasado mes de abril, The New York Times publicó un artículo sobre emprendedores franceses que finamente habían dicho adiós a su país. En él, Guillaume Santacruz, CEO del 'marketplace' de espacios de trabajo Zipcube, cuenta por qué dejó la agradable vida parisina por este creativo, pero a veces feo, barrio de Shoreditch. “Era una elección obvia. Es más dinámica e internacional, es más fácil conseguir dinero y es una base mejor si quieres expandirte”.

Comunidad y unas dosis de 'networking'

Santacruz es un habitual de la cafetería del Google Campus, un edificio de cinco plantas abierto en 2012 al lado de la rotonda Silicon, que incluye 'coworking', una incubadora y la aceleradora Seedcamp. El bajo es un espacio de trabajo gratuito en el que basta registrarse con Google Plus para tener vía libre. Una especie de biblioteca en época de exámenes, pero llena de gente montando 'startups'. Cada tarde hay eventos y, una vez a la semana, los trabajadores de Google ejercen de mentores y solucionan dudas a los incipientes negocios.

Es viernes por la tarde y Google Campus está cerrado, pero la fiesta continúa en Silicon Drinkabout: la quedada semanal que la comunidad 'startup' monta en algún bar, discoteca o aceleradora. Los espacios de 'coworking' también se encargan de crear comunidad entre sus miembros. “La idea es ayudarles a crecer”, continúa Dávila. “The Trampery es muy buena en eso. Vienen negocios ya empezados, de un par de años. Los eventos funcionaban muy bien porque todo el mundo se enteraba de qué hacía el otro, así que ideamos el programa de 'network' para facilitar a las compañías el acceso a conocimiento externo y mantener la comunidad. Las entrevisté, agrupé por sectores, ambiciones, habilidades… Y alrededor de ello, programamos eventos: cómo conseguir financiación, cómo desarrollar el negocio, etc.”

Las quedadas de Silicon Drinkabout y los eventos de The Trampery son sólo dos ejemplos. Claro que hay gente metida en su oficina trabajando en su producto y pasando del 'networking', pero para ciertas fases del negocio (no sólo las de relaciones públicas: como hay eventos muy específicos, a veces también son una forma de encontrar a tu siguiente empleado) la ciudad lo pone fácil.

Hay otros sectores acercándose a la tecnología: moda y finanzas

Londres no es Silicon Valley. “Llevamos años insistiendo en las diferencias competitivas de Londres y, hartos de decirlo, hemos sacado datos”, escribía el inversor James Wise en Tech.eu. Para explicar las facetas digitales de la ciudad - que viven pegadas a industrias que mueven mucho dinero y contra las que las 'startups' compiten al contratar talento, como el audiovisual, la moda y los bancos - Wise destacó tres tendencias: los comercios electrónicos de ropa, como ASOS o Lyst, los ‘mobile movers’, o 'apps' como Citymapper, Hailo y YPlan, y la joya de la corona: el ‘fintech’, ‘financial technology’ o tecnología financiera.

El sector finanzas de Londres no termina, ni de lejos, en los bancos. A empresas establecidas en el mercado como Worldremit (para hacer transferencias internacionales de dinero), Wonga (para pequeños créditos) o Betfair (de apuestas online) se unen 'startups' que están cambiando las reglas de juego del sector. Ejemplos: Transferwise, también para transferir dinero, fundada por un ex-empleado de Skype, elimina todas las comisiones de los bancos. Y GoCardless permite que los pequeños negocios se cobren sus facturas directamente de las cuentas del cliente y no se retrasen los pagos.

De acuerdo con el estudio de Bloomberg, 44.000 personas trabajan ya en tecnología financiera. Y muchos creen que el gran jugador de esta industria será, pronto, Londres.

¿Cómo seguirá creciendo?

Ni todo es alboroto ni la vida termina en Shoreditch. A las críticas contra su ‘siliconización’ (y consecuente subida de precios, que está haciendo que más de uno se plantee mudarse a Berlín) se unen otros ‘hubs’ en barrios como Croydon, que se llama a sí mismo el Silicon Valley del Sur de Londres. Eso sí, la capital británica está más que orgullosa de lo conseguido: el sector TIC creció un 15% desde 2009 (la economía en conjunto, un 8%) y casi nadie cuestiona que la iniciativa del Gobierno haya tenido algo que ver.

Del 16 al 20 de junio, y cinco años después de empezar con su Tech City, Londres ha vuelto a decir que quiere liderar el sector a nivel mundial y ha presentado un estudio de Michael Bloomberg, ex-alcalde de Nueva York, sobre su crecimiento digital. ¿Para concluir qué? “Es importante el paralelismo entre Londres y Nueva York y, en menor medida, San Francisco. En Londres, como en Nueva York, el gobierno ha hecho políticas de bajo coste que han fomentado el crecimiento del sector TIC. Estos incluyen el esfuerzo para crear una comunidad tecnológica, las organizaciones como el Tech City UK y las actividades de promoción y educación. Eso ayuda a crear un círculo virtuoso en el que la política atrae a 'startups' y éstas crean energía y crecimiento económico. El 'boom' del sector TIC en Londres se complementa con esto y no se puede separar”, apunta el informe.

“Pero sin el apoyo del gobierno local, estaríamos viendo a una ciudad con buenas compañías tecnológicas y algunas startups interesantes (el Londres de hace diez años) en lugar de estudiarlo al nivel de San Francisco o Nueva York como una ciudad líder digital”.