Carlos E. Gómez llegó a Silicon Valley hace cuatro años, pero lleva siete trabajando para Google. Aunque estudió derecho y económicas, consiguió su primer empleo (el que conserva) en una de las mayores empresas tecnologicas del mundo. Dio sus primeros pasos en Dublín, contribuyendo a la creación del grupo de Google para Empresas en Europa. Desde allí dio el salto a Latinoamérica, liderando un exitoso proyecto que él mismo había propuesto. Después, y tras la compra de Motorola, fue una de las cuarenta personas encargadas de transformar la empresa recién adquirida.
Tras dos años plenamente dedicado a diseñar la estrategia de negocio para Motorola en Latinoamérica, y una vez vendida la empresa a Lenovo, este hombre de negocios continúa con sus labores de venta y 'marketing' mientras dedica algunos meses a decidir a qué nuevo proyecto de Google quiere dedicar los próximos años. La decisión no es sencilla, pero su situación es ventajosa y le permite integrarse en equipos donde habitualmente es complicado entrar.
Aunque está acostumbrado a viajar por medio mundo, este madrileño de 31 años lleva una larga temporada residiendo en San Francisco, desde donde se desplaza diariamente a Mountain View para trabajar en la sede central de Google (excepto cuando decide quedarse en la de la Bahía).
Carlos no descarta abandonar Silicon Valley en un futuro y regresar a España. Si lo hacetratará de aplicar en nuestro país los conocimientos adquiridos en la multinacional, a la que, por cierto, en un principio no dio gran importancia. Fue por desconocimiento. De hecho, reconoce que en 2007 entrar a formar parte de Google le parecía una locura, y que a día de hoy la locura sería no prestarle atención.
¿Es sencillo entrar en una empresa tan grande como Google?
Yo siempre digo que lo difícil es llegar a hacer las entrevistas. Hay mucha demanda para trabajar en Google, por lo que sólo un porcentaje muy bajo de los currículum enviados son contactados. Esas entrevistas van más allá de resolver acertijos, son más normales de lo que la gente pueda imaginarse, especialmente en aquellas áreas que no están relacionadas con la ingeniería.
Cuando comencé a trabajar en Google no había tanta demanda, ya que no era una empresa tan conocida como ahora en España. En mi caso, solicité una plaza para un curso de verano sobre liderazgo en EE.UU. que nunca llegué a hacer. Les gustó mi perfil, así que directamente me llamaron y me hicieron varias entrevistas telefónicas. Habitualmente, si todo va bien, después te invitan a las oficinas donde se hacen cuatro entrevistas en persona, y después hay que pasar una serie de filtros. Tienen en cuenta tu universidad, tu carrera, tus notas, tu personalidad, tu capacidad, tu liderazgo… En función de todo ello toman la decisión final.
¿Ser español facilita o complica entrar en una gran tecnológica?
Te diría que depende de dónde. Si es en España, evidentemente facilita; si es fuera de España todo cambia, aunque en Silicon Valley no es relevante la nacionalidad. Aquí hay una cultura muy abierta y respetuosa. De hecho, una de las realidades es que en el proceso de entrevistas no pueden preguntarte tu nacionalidad a la hora de contratarte.
En los equipos dedicados al mercado español y latinoamericano, manejar la lengua y tener conocimiento cultural es importante, así que incluso puede ser una ventaja hablar el idioma, pero a nivel general ni ayuda ni perjudica: la nacionalidad es un factor irrelevante.
¿Qué imagen se tiene allí de España como país?
Pues yo creo que a nivel profesional no hay un conocimiento profundo de España, pero sí que se sabe que el español es un profesional muy bien formado, con una educación universitaria muy buena, que tiene mucha capacidad creativa y de liderazgo.
A a nivel cultural o económico se conoce la situación complicada que hay allí desde los últimos años, y se conoce como destino turístico importante. De hecho cada vez más, desde los últimos años, un gran número de gente prefiere viajar a España antes que a otros países de Europa como Inglaterra, Francia o Italia. También se conoce el ámbito deportivo y la gastronomía es muy respetada. Esto hace que, por ejemplo, haya al menos diez o quince restaurantes españoles en San Francisco.
¿Conoces a otros españoles que estén en Silicon Valley? ¿Cuál es su perfil?
Por suerte, desde que llegué he ido conociendo a muchos de los españoles que ya estaban y que han ido llegado (han venido muchos en los últimos tiempos), especialmente los dedicados al sector de la tecnología. Aunque creo que nosotros seguimos siendo menos comparados con franceses o alemanes.
Fundamentalmente, hay tres tipos de españoles en el valle. Por un lado, los ejecutivos de entre 30 y 45 años que han conseguido hacerse hueco en la estructura de empresas tecnológicas como Microsoft, Facebook, Google o Amazon, algo que no es fácil. Por otro lado, gente joven de entre 20 y 30 años que está estudiando su carrera, su MBA, y que al finalizar los estudios se quedan a trabajar. Y por otro lado los emprendedores de empresas tecnológicas que vienen para expandir negocio, crear alianzas y para conocer las particularidades del ecosistema.
¿Es muy alto el nivel de vida allí?
Como referencia, diría que el sueldo medio de un ingeniero de programación recién licenciado es de 120.000 dólares al mes; el coste medio de un piso o de una habitación en San Francisco es de 3.000 dólares y el de una cuidadora de niños puede ser de hasta 5.000 dólares al mes. Profesionales como los arquitectos o periodistas tienen un salario más alto que el de España, pero acorde al nivel de vida de aquí. Donde realmente se ve la diferencia es en el sector tecnológico.
En general los costes de vida son muy altos, y especialmente se han incrementado muchísimo en los últimos años en San Francisco, después de que el ayuntamiento impulsara una legislación para atraer a empresas. Allí se han instalado algunas de las nuevas joyas tecnológicas como Twitter, Uber o Pinterest; y como San Francisco es una ciudad con una oferta limitada de pisos, al aumentar los salarios gracias a las tecnológicas también ha aumentado el precio de las viviendas.
¿Crees que hay mucha diferencia entre desempeñar tu trabajo en España y hacerlo en Silicon Valley?
Sí, sin duda. Por ejemplo, hay ciertos trabajos y proyectos de Silicon Valley que en España no podrías hacer porque determinados puestos ni siquiera existen. Pero más allá de esto, creo que una gran diferencia entre trabajar en España o hacerlo aquí es que aquí la tecnología lo empapa todo, la tecnología es lo más importante independientemente de la industria. Además, aquí la gente tiene la mente muy abierta y está dispuesta a aceptar y legalizar negocios como el de Uber. Por otro lado, habitualmente en España y en Europa nos fijamos en qué es lo que se ha hecho antes, y esto limita nuestra capacidad de proponer formas diferentes para hacer las mismas cosas.
En lo que respecta al emprendimiento y las 'startups', ¿qué medidas que se han tomado allí podríamos copiar en España?
Hay una larga lista de medidas que se han tomado en Silicon Valley que podrían copiarse en España, como por ejemplo la transferencia de tecnología y talento entre universidad y empresa. En España hay investigación puntera en el sector tecnológico, en diversas industrias, pero tampoco se transfiere esa investigación porque las universidades no piensan de forma tan comercial. Creo que se podrían crear más parques tecnológicos y alianzas entre el mundo empresarial y la universidad.
¿Hay algo que se haga mejor en España que allí?
Más que cosas que se hagan mejor, te podría decir ventajas que hay en España, que son importantes y que aquí no hay. Por ejemplo, todo lo referente a costes laborales. Si el recién licenciado gana 120.000 dólares (100.000 euros) y en España 20.000 (17.000 euros), estamos diciendo que con un empleado aquí puedes contratar seis en España. Y el talento en nuestro país es muy bueno. A nivel de ingenieros de programación, la calidad no tiene nada que envidiar a lo que hay aquí. Por eso los costes laborales te permitirían tener un equipo mucho más grande y más fuerte que en Silicon Valley.
Además, en España la competitividad no es tan feroz como aquí, donde hay tanta empresa y dinero que al final todo el mundo crea ‘startups’. En España y Europa aún la cosa no ha llegado a ese punto, hay más racionalidad. Aun así, Silicon Valley todavía está muy por delante de España en lo referente al ecosistema emprendedor.
¿Has pensado en empezar un proyecto propio o poner en práctica en España lo que estás aprendiendo en Silicon Valley?
Pues la realidad es que ese pensamiento está ahí, es una conversación común entre los extranjeros que están en Silicon Valley. Es inevitable que mucho del talento que sale, aprende y se desarrolla fuera luego quiera volver, sobre todo cuando ya has alcanzado ciertos niveles profesionales y consideras que mucho de lo que aprendes aquí puede tener un impacto muy fuerte en España. Personalmente, es un plan que tengo en mi cabeza y el siguiente paso después de Google será desarrollar mi ‘startup’ en España.
No sé cuándo, pero tengo la vena emprendedora dentro y me apetece mucho. De momento, esta semana lanzo Nexo, un proyecto audiovisual y sin ánimo de lucro para traer lo mejor de Silicon Valley a nuestro país.
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Las imágenes utilizadas en este artículo han sido cedidas a este medio por Carlos E. Gómez