La última entrada en el blog de este miembro de Anonymous es de mediados de febrero. Hasta ahí bien, si no fuera porque la anterior fue publicada a principios de diciembre de 2013, muy alejada en el tiempo para el blog de un colectivo que desarrolla su actividad, especialmente, a través de internet - aunque tal vez no sea el mejor ejemplo del trabajo que aún hoy en día hace el grupo. No obstante, después de esto y de ver que los medios de comunicación han dejado de publicar información sobre ellos – o al menos no publican tanta como antes -, nos preguntamos: ¿qué ha pasado con Anonymous? ¿Han sido expulsados de la agenda mediática? ¿O es que no fue más que una moda pasajera que tiende a desinflarse?
“Seguimos trabajando, por supuesto, pero los medios de comunicación censuran las realidades que están ocurriendo. De hecho, cada vez se unen a nuestra causa más personas”, explica a HojaDeRouter.com una activista de Anonymous en España.
El tecnólogo David de Ugarte nos comenta que los individuos que utilizan las redes para el ciberactivismo lo hacen en situaciones muy concretas, pero “no todos tienen el mismo compromiso todo el tiempo”. Por eso, movimientos como el de Anonymous “adelgazan en los momentos de menor atención social hasta hacer visibles sus ”grumos“, las comunidades conversacionales donde se mantienen los individuos más comprometidos”. Es en momentos reactivos o de gran repercusión cuando esa red de pequeñas conversaciones sirve de ayuda para sostener un rápido crecimiento y hacer fuerza.
La periodista Yolanda Quintana está de acuerdo, y añade, en declaraciones para este medio, que en Anonymous “nadie es todo el rato Anonymous, ni tienen un calendario de acciones, por eso es difícil concluir que su mayor o menor presencia pública pueda suponer su fin. En las protestas de Turquía hay máscaras de Anonymous, también en México o Brasil… Incluso en las protestas de Gamonal, en Burgos, las había”. El también periodista Mario Tascón añade que las “mareas van y vienen. Lo que ahora parece quieto puede resurgir y, mientras en unos países las aguas están mansas, en otros hay olas gigantes. Los medios también se acostumbran a medida que los fenómenos no son tan nuevos, pero si uno lee la prensa global hay noticias al respecto siempre”, y advierte que en estos momentos están convocando actos en Venezuela y Turquía.
El colectivo descentralizado sigue trabajando. El pasado 17 de febrero, @La9Anon, un grupo que se vincula con Anonymous, publicaba en Twitter: “Le hemos hecho una visita a AEDE [Asociación de Editores de Diarios Españoles]”. Después, en la web de la asociación aparecía el mensaje: “Boicot en la Red a los medios de la AEDE”. Se trataba de una acción con la que Anonymous denunciaba la tasa impuesta por el proyecto de reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, que obliga a buscadores y agregadores de contenido, como Google News o Menéame, a pagar un canon por utilizar fragmentos y enlazar a información; algo que la Asociación había pedido insistentemente.
Ese mismo día, y por la misma causa, publicaban otro mensaje: “A trabajar un poco, Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) estáis enseñando la ropa interior”. Miembros del grupo 'hacktivista' habían logrado penetrar las defensas de ambas webs.
Acciones como esta, o sus ataques a la NSA, Amazon, PayPal, MasterCard, Visa, su apoyo a Wikileaks o la Operación Sony, entre muchísimas otras, han ayudado a los miembros de Anonymous (aunque, básicamente, miembro de Anonymous podría ser cualquiera) a cambiar la concepción que hasta hace pocos años se tenía del 'hacker'. Ahora, con el apellido 'activista', los 'hackers' se han convertido para muchos ciudadanos en defensores de la libertad y de la información a través de internet.
La periodista Yolanda Quintana pone un ejemplo: hace unos meses se descubrió que en una localidad de Estados Unidos unos adolescentes estaban siendo víctimas de acoso escolar. Otro joven de la zona dio la alerta, “así que el gen justiciero de Anonymous de defender al débil tuvo efectividad. Muchos miembros en masa hicieron una gran campaña que llegó a los medios y consiguieron denunciar el caso”.
Pero sus acciones también les ha llevado a situaciones de riesgo. Uno de los ejemplos más representativos es el de Jeremy Hammond, condenado a diez años de prisión por violar la Ley de Fraude Informático al filtrar cinco millones de correos electrónicos de la firma de seguridad Stratfor. Hammond había conseguido acceder a los servidores de la empresa de inteligencia y recopilar abundante información que entregó a Wikileaks y que después fue publicada en diarios de distintos países, entre ellos el español Público. También desveló en internet números de tarjetas de crédito de clientes de la empresa, lo que provocó la pérdida de 700.000 dólares.
¿Más rastros de los ciberactivistas en los últimos meses? Agencias de espionaje británicas lanzaron a principios de febrero ataques contra Anonymous, LulzSec y el Ejército Electrónico Sirio, utilizando para ello las mismas técnicas que suele utilizar el colectivo anónimo: ataques de degeneración de servicio (DDoS por sus siglas en inglés), con la intención de interrumpir comunicaciones entre sus miembros.
#OpOpusDei
En España, además de las acciones contra AEDE y CEDRO, han desarrollado otras iniciativas en los últimos meses. Los técnicos de la web del arzobispado de Granada lo han vivido en carne propia. El pasado enero la web cambiaba de apariencia involuntariamente: añadía los 'hashtag' #OpOpusDei y #Anonymous, imágenes, vídeos satíricos, y un comunicado en protesta contra el libro “Cásate y sé sumisa”, donde podía verse una imagen del vídeo pornográfico a favor del aborto protagonizado por la actriz colombiana Nadia Granados. Además denunciaban las supuestas vinculaciones entre el Partido Popular y el Opus Dei, tal y como explican en el siguiente vídeo:
Ese mismo mes, miembros del grupo en España publicaban un vídeo que, en dos minutos, enseña a falsificar billetes de metro, autobús y tren en Barcelona, como una forma de lucha contra las empresas de transporte público en la ciudad Condal. La acción se inserta en la conocida como #OpTmestre, que se ha definido como “una actuación en motivo de los múltiples abusos de nuestros gobernantes, en particular con el servicio de transporte”.
También han apoyado una marcha de la dignidad prevista para el próximo 22 de marzo, para “terminar con los gobiernos de turno al servicio del gran capital que están acabando con todos nuestros derechos”. En un vídeo, explican que “esta es una crisis capitalista sin precedentes para cuya solución los gobiernos, que representan a los banqueros y empresarios, corrompidos hasta la médula, no tienen propuesta alguna que no sea quitarnos prestaciones, pensiones y servicios públicos”.
La última acción – hasta el momento - de Anonymous en España ha sido impulsada, de nuevo, por @La9deAnon. Se trata de una investigación llevada a cabo por el grupo, según la cual el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se habría sometido a una operación de reducción de abdomen en el hospital público Gregorio Marañón. Afirma el colectivo que este tipo de intervenciones son poco usuales en este hospital. Sin embargo, frente a sus supuestas averiguaciones, otras fuentes apuntan a que se trataba de una operación para tratar una hernia. La Nueve de Anonymous insiste en que la hoja de enfermería del quirófano decía que la intervención fue de “herniorrafia, liposucción y abdominoplastia”.
América Latina
Durante estos últimos días, el trabajo de Anonymous está teniendo especial protagonismo en Venezuela. Bajo el paraguas de la cuenta de Twitter @AnonsVenezuela y con el 'hashtag' #HackersContraMaduro, centenares de tuits se publican de forma continua con información, fotos y vídeos a pie de calle. En respuesta, el gobierno venezolano denunció hace pocos días una “guerra informática”, después de que más de 60 sitios oficiales fueran atacados por 'hacktivistas'.
Uno de los ataques más agresivos se llevó a cabo contra la Comisión de Administración de Divisas. Según el gobierno del país, grupos antichavistas “habían manifestado recientemente que le declaraban la guerra cibernética”. También han conseguido echar abajo el canal telecolor.com, la web www.psuv.org.ve, la página de la fuerza armada bolivariana y la de Cadivi; o 'hackear' la cuenta de Twitter @PartidoPSUV, que estuvo durante varias horas publicando mensajes contra Nicolás Maduro. Asimismo, trabajan en masa para hacer caer la web del Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación y otras páginas oficiales.
@YourAnonNewsEs decía en Twitter: “Hicimos pedazos http://www.policiadearagua.gob.ve , volteamos más de 60 páginas y seguiremos manifestándonos por Venezuela. Somos #Anonymous”. @Anons_Argentina avisaba de que “http://www.presidencia.gob.ve/ está ahora fuera de servicio por #Anonymous”.
Y mientras tanto @kolontai1959 preguntaba a la cuenta de La Nueve de Anonymous: “¿No podríais avisar a los #Anonymous Venezuela que se han equivocado de bando?” Disparidad de criterios, lógica en un movimiento descentralizado. Yolanda Quintana explica que un grupo como este sigue una serie de valores (de protección de los ciudadanos, de apoyo en injusticias, etc…) y que “alguien puede poner en marcha una acción y firmarla como Anonymous”, pero es necesario que sea reconocida por todos los colectivos que se definen como Anonymous. Los otros grupos anónimos se unirán a ella si cumple la filosofía, los antecedentes, los valores y dinámicas propias del movimiento. Por ello, y mientras un grupo considerable apoye una #Op concreta, la misma se llevará a cabo.
Chile, Argentina, Brasil
En otros países iberoamericanos también trabajan activamente. Es el caso de Chile, Argentina o Brasil. En este último ya están programando acciones contra el mundial de fútbol, en el que se invertirán miles de millones de dólares mientras sube el precio del transporte y baja la calidad de los servicios públicos. Las acciones se están llevando a cabo como parte de la “Operación Detengan el Mundial”. Se esperan manifestaciones hasta en 30 ciudades como Sao Paulo, Río de Janeiro, Salvador y Porto Alegre.
A finales de enero tuvo lugar la #Opinclusión, impulsada por Anonymous de Chile y Argentina para decir “no a la discriminación”. Chile también impulsó la #OpCaza, en oposición a la ley que da vía libre a cazar “perros salvajes y guanacos a campo abierto”, al considerarlos un peligro para el ganado.
Ucrania
“Es el momento de restaurar el orden en Ucrania. Hola, somos Anonymous Ucrania”. Así se presentaba el pasado 10 de febrero una de las cuentas de Twitter de Anonymous en Ucrania (@freeukraineanon), que ha comenzado a trabajar para cubrir las protestas en el país bajo el hashtag #Opindependence. Sólo ocho días después, el grupo había 'hackeado' la base de datos del Ministerio del Interior de aquel país. Publicaron una lista con nombres de alrededor de 3.000 agentes de la policía antidisturbios.
Además, han filtrado una series de mensajes de correo electrónico supuestamente enviados por Vitali Klitschko, célebre boxeador y líder del partido de oposición Alianza Democrática Ucraniana, a Larynas Jonavicius, asesor del presidente de Lituania. Según Anonymous, “el contenido de estas cartas muestran cómo los países occidentales financian y controlan a Vitali a través del gobierno lituano”.
En países árabes, y desde el comienzo de las revoluciones, el grupo está trabajando especialmente en Palestina, Túnez y Egipto. Sin embargo, en Siria el 'hacktivismo' lo desarrolla sobre todo el progubernamental Ejército Electrónico Sirio y en el mundo otomano, a pesar de las continuas protestas en Turquía desde Gezi, apenas han tenido visibilidad. Algunos en Twitter confunden a los autores de los ciberataques en el país con Anonymous. Es el caso de @YAWaccounts, que decía el 10 de febrero: “@RedHack_EN #Anonymous y #RedHack protestan x la nueva ley sobre el uso de Internet de Turquía lanzando ataques”. Sin embargo, la iniciativa fue impulsada por RedHack, el colectivo 'hacktivista' que realmente opera en el país.
Numerosos frentes abiertos
Este mes de febrero, concretamente el día 11, Anonymous lanzaba la campaña “Day we fight back against mass surveillance” (Día de la lucha contra la vigilancia masiva), con eventos en Colombia, Costa Rica, Brasil, Canadá, Dinamarca, Irlanda, India, Alemania, Puerto Rico, Serbia, Sudáfrica, Suecia, Reino Unido, Austria y EEUU.
Además, y de forma conjunta, trabajan activamente contra la pedofilia en internet bajo #OpPedofilia, cerrando de forma diaria páginas webs relacionadas con este grave delito.
“Hemos pasado de metas como ACTA y CISPA, luchamos contra NSA por la libertad de las personas sin control, y ahora centramos mucho de nuestro trabajo en la lucha contra los pedófilos”, explica a HojaDeRouter.com un miembro alemán de Anonymous. Otro activista del grupo en Líbano comenta a este medio que, de momento, el trabajo se hace “bajo las máscaras. Sólo porque estamos preparando a la gente para que lleve la revolución a la calle”; a lo que Aaor, activista en Reino Unido, añade: “el mundo actual necesita de alguien capaz de luchar contra quienes están acabando con el ser humano y con el planeta. De alguien capaz de hacer que los humanos sean aún más humanos y sensibles ante las injusticias. Anonymous está creando la oportunidad de obtener y expandir las libertades”.
Predecir el futuro que aguarda a este colectivo es imposible. Entre los estudiosos del tema hay opiniones para todos los gustos. Yolanda Quintana piensa que, cuando alguien utiliza internet de forma incorrecta, Anonymous da una respuesta activa - siempre vinculada con la libertad y los valores de la Red-. David de Ugarte, por su parte, desearía que el grupo hubiera perdido fuerza y que “una nueva generación se hubiera dado cuenta de que el uso de la violencia electrónica es destructivo moral y políticamente, aunque nadie salga físicamente herido”.
Mientras tanto, un 'anon' de Líbano comenta a HojaDeRouter.com que eso no es así: “Nosotros ayudamos al ciudadano a conseguir una vida mejor, e intentamos hacer ver a los gobiernos que se están equivocando”. ¿Quién lleva razón? ¿Héroes o villanos? En cualquier caso, está claro que el colectivo Anonymous sigue ahí, más vivo que nunca, aunque la prensa se haya olvidado de ellos.