“En vilaÄo de La Mancha, kies nomon mi ne volas memori, antaÅ nelonge vivis hidalgo el tiuj kun lanco en rako, antikva Åildo, osta ÄevalaÄo kaj rapida levrelo”. ¿Reconoces el famoso comienzo de ‘Don Quijote de la Mancha’? ¿Y el idioma en que está escrito? Desde que el esperanto aterrizó en España, a finales del siglo XIX, no han faltado iniciativas para traducir la obra cervantina (o algunos fragmentos) al idioma universal.
Una de las primeras adaptaciones fue la de Frederic Pujulà, miembro del movimiento esperantista catalán, que tradujo los pasajes desarrollados en Barcelona y los reunió en el volumen ‘Don KiÄ¥oto de la ManÄo en Barcelona: 5 Äapitroj’, publicado en Berlín. Si los hablantes de la época querían leer sus páginas, tenían que pedir el manuscrito en una librería especializada, si es que lograban dar con una.
“El esperanto nació como un libro y se difundió a base de la edición de libros, tanto traducidos como originales, pero siempre hemos tenido muchas barreras, desde el precio hasta la difusión”, explica a HojaDeRouter.com José Antonio del Barrio, presidente de la Federación Española de Esperanto.
Actualmente, solo necesitan un ordenador y una conexión a internet para consultarlo, y lo mismo con muchas otras obras reunidas en bibliotecas digitales como la de la asociación presidida por Del Barrio, que dispone de más de 4.000 títulos. Como este año es el aniversario de la segunda parte de El Quijote (publicada en 1615), quieren añadir al catálogo de su ‘Bitoteko’ la traducción que ellos mismos editaron hace unos años.
La oferta literaria disponible en la Red es solo una manifestación de lo que internet ha supuesto para la cultura esperantista: un resurgimiento después del auge que experimentó a principios del siglo XX.
“Internet ha cambiado la dinámica de la difusión de la lengua, tanto cualitativa como cuantitativamente”, sostiene Del Barrio. Brinda a los miembros de una comunidad tan difusa y repartida por países de todo el mundo la oportunidad de comunicarse sin barreras espaciales, “precisamente el objetivo del esperanto”.
Aunque no se conoce con exactitud el número de hablantes, precisamente por ese carácter deslocalizado, la cifra se ha incrementado, principalmente porque iniciarse en el idioma ya no requiere acudir a clases presenciales. De nuevo, basta con encender el ordenador e inscribirse a un curso virtual. “Es uno de las pocas lenguas que se puede estudiar fácilmente sin ayuda. Las reglas gramaticales y la pronunciación son sencillas”, sostiene Del Barrio.
Aprender a golpe de ratón
Una de las últimas plataformas educativas en ofrecer lecciones de esperanto ha sido Duolingo. Pese a que, de momento, está dirigido a angloparlantes y se encuentra en versión 'beta', tiene más de 50.000 alumnos. Desde la empresa señalan como razones para su lanzamiento la popularidad del idioma y el entusiasmo que mostraron muchos de sus contribuidores.
A diferencia de lo que ocurre en Duolingo, en Lernu! no hay cursos de otros idiomas: solo dan la oportunidad de aprender esperanto “de forma fácil y gratuita”. Ofrecen clases de varios niveles, con ejercicios, juegos y la posibilidad de intercambiar mensajes con otros alumnos. Los más aplicados pueden perfeccionar su conocimiento de la lengua con diccionarios ‘online’. Incluso hay uno dedicado exclusivamente a términos informáticos. Los profesores también tienen su rincón específico, Edukado.net, una web donde pueden encontrar abundante material educativo.
“Internet brinda la posibilidad de aprender esperanto desde cero sin tener que asistir a los tradicionales clubs”, indica Manuel Ortega, miembro de la comunidad virtual Las Indias. Desde sus comienzos, los integrantes de la sociedad esperantista han formado grupos de reunión para difundir la lengua, compartir su cultura y desarrollar iniciativas para conseguir su objetivo inicial: que el esperanto sea la segunda lengua en un territorio (desde una nación al mundo entero).
Antes, fuera de los clubs, “no era tan fácil practicar el idioma”, indica el presidente de la Federación Española de Esperanto. Viajar no estaba al alcance de cualquiera y no se escribían emails, sino cartas. “Siempre se ha intercambiado correspondencia con gente de otros países”, pero la rapidez no es comparable.
Las oportunidades para conocer personas con las que conversar tampoco tiene parangón: no existían Esperanto.com ni Verduloj.com, dos redes sociales solo para esperantistas. Como asegura Del Barrio, “ahora solo hay que ponerse delante de un ordenador” o de un móvil, porque hay grupos de esperanto en aplicaciones de mensajería como WhatsApp o Telegram y en redes sociales como Facebook.
Los 'millennials' esperantistas
Los nuevos hablantes, según Ortega, se desmarcan de los principios y costumbres originales. Así, el movimiento se ha dividido en dos vertientes: por un lado, el ala tradicional, integrada por quienes siguen con las reuniones y continúan persiguiendo el ambicioso fin; por otro, la generación surgida en la era de internet, que “ve el esperanto como una herramienta para cumplir sus propias metas”, dice Ortega.
Los esperantistas digitales buscan relacionarse con otras personas y compartir sus aficiones: literatura, juegos, recetas, música, humor, cultura... Por eso hay blogs de todo tipo - “más de 400”, estima el miembro de Las Indias. Páginas que pueden diseñar en esperanto porque WordPress tiene su versión esperantista, gracias al trabajo de la comunidad virtual a la que pertenece Ortega. Además de traducir las herramientas existentes, han desarrollado nuevos ‘plugins’ desde cero.
Desde el principio, la lengua planificada les ha servido para comunicarse con los colaboradores de otros países “en igualdad de condiciones”. Aunque el grupo de Las Indias nació a finales de los 80 con el español y el portugués como idiomas predominantes, los miembros de la comunidad con otra lengua materna “estaban en situación de desventaja”, explica Ortega. “Como utilizamos el esperanto todos los días para nuestra actividad, nos van surgiendo nuevas necesidades”. En el caso de la plataforma, quieren que los colaboradores de otros países puedan utilizarla y gestionar contenidos en sus blogs sin barreras idiomáticas.
Wikipedia hace tiempo que tiene una versión en esperanto, la interfaz de Google se puede configurar en la lengua planificada y su traductor la incluye entre las opciones. “Yo utilizo Facebook en esperanto”, nos cuenta Del Barrio.
“Cuando la comunidad esperantista quiere utilizar una herramienta en su idioma solicita a las empresas que traduzcan las plataformas”, asegura Ortega, aunque muchas veces, como en los ya mencionados casos de WordPress y las redes sociales esperantistas, no esperan el apoyo de otros, sino que construyen sus propias aplicaciones. “Cuando no existían plataformas de ‘sowtware’ libre, no tenías más remedio que aprender a programar o pedir la versión en esperanto a las grandes corporaciones”.
“A veces comparamos el esperanto con un ‘software’ libre”, prosigue Ortega, porque “permite establecer conversaciones e integrar nuevas personas al equipo”. Si algo caracteriza a los programas de código abierto es su adaptabilidad a las necesidades de cada uno: Apertium y Piwik están disponibles en esperanto y los integrantes de Las Indias han colaborado en la traducción al esperanto de UbuntuUbuntu, una distribución muy popular del sistema operativo libre Linux.
Dar la nota en esperanto
El presidente de la Federación Española de Esperanto retoma el tema cultural para hablarnos de la música. “Es algo que ha cambiado radicalmente en los últimos años”, asegura. Siempre se han compuesto canciones en esperanto y han existido grupos que cantaban en este idioma, pero la difusión estaba de nuevo limitada a su círculo más próximo. Internet, los nuevos soportes y formatos “han supuesto una verdadera revolución en el mundo de la música en esperanto”.
La discográfica francesa Vinilkosmo, que solo edita álbumes en esperanto, dispone de una plataforma para descargar música como la de La Perdita Generacio, un grupo sueco nacido en 2003 cuyos temas puedes conocer gratis en YouTube y Spotify. En la primera también se pueden encontrar algunos vídeos de Kaj Tiel Plu, una banda española que canta sobre todo canciones populares; y en la segunda es posible escuchar, entre otros, a los daneses Esperanto Desperado.
No obstante, las generaciones que protagonizan este nuevo resurgimiento del idioma en versión 2.0 no han llegado para desterrar el movimiento tradicional, sino que ambos se retroalimentan. “Los nuevos hablantes se encuentran con todo el trabajo que han hecho los clubs y asociaciones durante más de 50 años”, explica Ortega. Disponen de manuales, obras literarias, traducciones anteriores y también organizan reuniones.
Mientras, las asociaciones más antiguas encuentran en la comunidad digital un pilar en que apoyarse. En opinión de Ortega, “les dan un nuevo aire para promocionar el esperanto como una herramienta que funciona, que se usa diariamente y que constituye una verdadera herramienta de comunicación”. Para muestra, un botón: ¿qué mejor prueba de unión entre lo viejo y lo nuevo que El Quijote en esperanto y digitalizado?El Quijote
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