En octubre, ICANN, la organización sin ánimo de lucro que controla los registros de direcciones de internet (el sistema DNS), dejará de operar bajo el paraguas del Gobierno de Estados Unidos. Culminará así un proceso de más de dos años en el que se ha dedicado a fortalecerse y reorganizarse para incluir de una forma más amplia y transparente a toda la comunidad de la Red.
A pesar de la importancia del cambio –al fin y al cabo gestionarán el mecanismo que hace que las páginas se muestren cuando escribes su dirección en tu navegador–, todavía quedan multitud de dudas en el aire sobre la composición del órgano, sus mecanismos de toma de decisiones, su representatividad y otras claves del proceso.
¿Por qué la ICANN y no un organismo dependiente de las Naciones Unidas?
A lo largo del proceso se ha cuestionado en varias ocasiones que, tras abandonar Estados Unidos su papel dominante en la gestión del sistema DNS, no se optara por crear un organismo dependiente de las Naciones Unidas para controlarlo, en lugar de que siguiera haciéndolo ICANN de forma independiente.
“Internet no son solo los gobiernos”, explica a HojaDeRouter.com Andrea Beccalli, miembro de la organización encargado de implicar a las distintas comunidades. “Mira lo que pasa en otros casos en la ONU cuando un gobierno no está de acuerdo y puede bloquear decisiones en el Consejo de Seguridad. Internet no puede seguir esas dinámicas”.
Por este motivo, ICANN, sus miembros y también la comunidad internacional de expertos apoyan el modelo de múltiples partes interesadas que va a regir la organización. “Todos los que tengan interés comercial, no comercial, personal, un interés a nivel de rol público, los gobiernos... Todos lo que tengan un interés pueden formar parte de la toma las decisiones y de las conversaciones”, clarifica.
En este sentido, y con el objetivo de que la organización sea lo más global posible, todos los documentos se traducen a los seis idiomas oficiales de las Naciones Unidas y se realizan tres reuniones totalmente abiertas cada año. “Son abiertas y públicas, y todo el mundo puede participar en todas las sesiones sin pagar nada. En la reunión de Marrakech se presentó la propuesta para este proceso de cambio que las diferentes comunidades habían pulido durante dos años. Y todo el mundo estuvo de acuerdo”, relata.
Más allá de esta aspiración de ser inclusiva y libre del control de los gobiernos, ¿quién forma realmente parte de ICANN y cómo se toman las decisiones?
La Junta de Gobierno de ICANN es la encargada de tomar todas las decisiones que afectan a la organización y, por lo tanto, a la mismísima internet. Está compuesta por 16 miembros con derecho a voto y 5 sin él, que realizan el papel de enlaces y de asesores expertos.
El Comité de Nominaciones (NomCom), una organización que opera de forma independiente a la ICANN y a los grupos pertenecientes al organismo, es la responsable de elegir a los miembros que ocupan los asientos del 1 al 8. La Organización de Apoyo para Direcciones (ASO), que representa a los cinco Registros Regionales de Internet (RIR), selecciona a los asientos 9 y 10. La Organización de Apoyo para Nombres de Dominio con Código de País (ccNSO), que representa a los registros de dominios de nivel superior geográfico (ccTLD) –entre ellos el '.es' de España– designa los asientos 11 y 12.
Por su parte, la Organización de Apoyo para Nombres Genéricos (GNSO), que representa a los registros de dominios de nivel superior genéricos (gTLD) –entre ellos los viejos '.com' o '.net' pero también los nuevos '.blog' o '.tech'– , a las empresas registradoras de estos gTLD, a los intereses de propiedad intelectual, a los proveedores de servicios de internet (ISP), a otras empresas y a ciertos intereses no comerciales, elige los puestos 13 y 14. El número 15 está reservado para un miembro de At-Large, la organización que representa a los usuarios particulares de internet en los procesos de la ICANN. El puesto número 16 está destinado al presidente, elegido por la propia junta.
Los cinco miembros sin derecho a voto proceden del Comité Asesor Gubernamental (GAC), compuesto por representantes de gobiernos de todo el mundo; el Grupo de Trabajo en Ingeniería de Internet (IETF), conocido por la fijación de estándares; el Grupo de Coordinación Técnica (TLG), del que forma parte el famoso W3C y otros tres importantes organismos; el Comité Asesor del Sistema de Servidores Raíz (RSSAC), compuesto por representantes de las trece organizaciones que proporcionan la infraestructura básica para que internet funcione; y el Comité Asesor de Seguridad y Estabilidad (SSAC). Todas estas organizaciones tienen un carácter internacional.
Sin embargo, ICANN no empieza y termina en su Junta de Gobierno. El proceso de debate sobre los cambios que necesitaba para poder volar en solitario trajo consigo la creación de un nueva estructura formada por miembros de las diferentes organizaciones y comités que, como ya se ha mencionado, también forman parte de la junta (con o sin derecho a voto). Por el momento, este cuerpo representativo sin denominación oficial, al que hacen referencia como “la comunidad empoderada” ('The Empowered Community' en inglés), está formado por 29 miembros que se reparten del siguiente modo: 5 de ASO, 5 de ccNSO, 5 de GNSO, 5 de GAC, 5 de At-Large, 2 de RSSAC y 2 de SSAC.
Esta estructura de reciente creación que representa a la comunidad de internet –con más peso de las organizaciones relacionadas con los dominios– está abierta a la inclusión de nuevos colectivos que quieran tener voz en la ICANN. Al menos sobre el papel, su influencia es relativamente amplia: tiene la capacidad de rechazar las decisiones de la Junta de Gobierno en materia de presupuestos, planes operativos y planes estratégicos.
Además, puede oponerse a cambios fundamentales sobre los estatutos de la ICANN, cesar a miembros individuales o incluso a la totalidad de la junta si se logran reunir el 75 % de los votos de esta heterogénea comunidad.
Detrás de todas estas siglas de organizaciones que representan a empresas, gobiernos y usuarios, ¿hay una organización realmente representativa? ¿Ha participado todo el mundo en su diseño?
“ICANN se está enfrentando a este asunto: cómo construir un sistema de gobernación que pueda ser representativo de internet –que no tiene fronteras, que tiene 4.000 millones de usuarios– y que todos puedan participar en su supervisión. Es un reto interesante. Si se logra esto, quizás se pueda usar el modelo en otros ámbitos”.
Beccalli explica que las empresas vinculadas con el sistema DNS, por ejemplo las registradoras que venden los dominios, han participados de manera directa en las conversaciones. Otras del mundo de internet, como la operadoras de telecomunicaciones, han seguido el debate y han dado su visto bueno. En España, concreta, Telefónica ha monitorizado todo el proceso.
Respecto a las distintas regiones del mundo y su implicación, Beccalli explica que la participación de Europa ha sido muy grande, pero que asegurar la presencia igualitaria del continente africano ha sido, y sigue siendo, algo difícil.
A solo unos días del cambio, ¿están conformes todos los países?
“China está conforme con la propuesta final, Rusia no”, concreta Beccalli. “Mientras esté Putin, será un problema. Hicimos mucho trabajo, tuvimos reuniones directas con el Gobierno ruso, pero en este caso es un asunto únicamente político, no tiene nada que ver con la viabilidad. La comunidad técnica rusa está de acuerdo, pero a nivel político es una posición de enfrentamiento directo con la Administración norteamericana. Y este es solo uno de los ámbitos”.
El experto añade que la posición de China, India, Brasil y Sudáfrica es favorable. “Hemos hecho un trabajo muy importante en los últimos dos años para asegurarnos de que estos países también participan, porque sin ellos no se iría a ningún lado”.
Finalmente, ¿dónde está la ICANN? ¿Ante qué leyes debe responder?
La ICANN tiene tres sedes físicas: una en Estambul, una en Singapur y otra en Los Ángeles. Esta última es la más relevante porque la organización está sujeta a las leyes de su estado, el de California. Serán los juzgados de este territorio los que amparen a la estructura que representa a la comunidad de internet si la Junta de Gobierno se niega a reconsiderar alguna de sus decisiones y se agotan los mecanismos internos.
En solo unos días, y si los republicanos no lo impiden a última hora, internet cambiará oficialmente de manos. Queda por saber si su modelo de múltiples partes interesadas servirá para democratizar las decisiones y si será capaz de representar por igual a gobiernos, empresas, usuarios y todos los actores que componen a nivel global la inmensa comunidad de internet.
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