Radiografía del “nativo digital”: prefiere Instagram y sí, tiene vida fuera de la Red

Los niños ya no traen un pan debajo del brazo, sino un móvil, una tableta, un ordenador o todos estos dispositivos juntos. Marc Prensky, un afamado experto en educación que busca soluciones pedagógicas basadas en las nuevas tecnologías e internet, fue el primero en utilizar el término “nativo digital” en 2001. Lo hizo en su artículo ‘Nativos digitales, inmigrantes digitales’. En él, aseguraba que el problema de la enseñanza en Estados Unidos se debe a que los contenidos no se adaptan a los nuevos tiempos.

Según el autor, los jóvenes de aquel entonces (y hablamos de hace ya 13 años) pertenecían a las primeras generaciones que, desde la guardería a la universidad, habían crecido rodeados por las nuevas tecnologías. “Son todos hablantes nativos del lenguaje digital que utilizan los ordenadores, los videojuegos e internet”, describía. Los que no han nacido en la era digital son, por el contrario, “inmigrantes digitales”, que tienen que adaptarse al idioma tecnológico.

Prensky cree que podría incluso hablarse de una singularidad, un acontecimiento que cambia las cosas tan radicalmente que ya no hay vuelta atrás. “Los juegos de ordenador, el correo electrónico, internet, los teléfonos móviles y la mensajería instantánea son una parte imprescindible de sus vidas”, señalaba en el texto. Y eso que aún no habían entrado en escena las reinas de internet: las redes sociales. En 2004 nacía Facebook y en 2006, Twitter.

Las nuevas generaciones son radicalmente distintas a sus predecesoras: su forma de vestir, de comunicarse, su estilo y la manera en que estructuran su pensamiento durante su desarrollo intelectual. Los nativos digitales aprenden a utilizar la tecnología a una edad muy temprana, lo que, como en el caso de un idioma, es clave para que su presencia se convierta en algo natural e intrínseco a su entorno. Un inmigrante digital “siempre va a conservar su acento, es decir, mantendrá un pie en el pasado”, indica el escritor estadounidense.

Esta fluidez es la que marca también la manera en que utilizan internet y los diferentes dispositivos. Sin embargo, como señala a HojaDeRouter.com Patricia Núñez, una investigadora que forma parte del equipo Soc-Media de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), “que sean multiplataforma no significa que sean conscientes de todos los contenidos que manejan”.

El grupo de la UCM centra su trabajo en analizar las conductas comunicativas de niños de entre 7 y 12 años, así como jóvenes mayores de 18. Núñez advierte que los adultos tienen una conciencia más crítica sobre la información a la que acceden, aunque se hayan familiarizado con las tecnologías bastante más tarde.

Desde muy pequeños

Un reciente estudio de Huge, una compañía que diseña soluciones tecnológicas y planes estratégicos para empresas, demuestra que los niños cada vez empiezan antes a familiarizarse con las pantallas y pasan más tiempo delante de ellas. Los responsables de esta firma preguntaron a diferentes grupos de chicos de diez años para que ellos mismos explicasen qué buscaban en internet y cómo elegían los contenidos más interesantes.

Las respuestas indicaban que el uso que hacen de la Red los más jóvenes es cada vez más sofisticado y específico. Saben lo que quieren y cómo encontrarlo.

En el informe, los expertos de la compañía confirman que los chicos entienden perfectamente ese ‘idioma digital’ al que se refería Presky. Aunque muchas empresas tienden a evitar la venta de los productos directamente a los jóvenes, ellos no tienen ningún problema en navegar entre los diferentes artículos y filtrar en función de lo que les interesa.

Aparte de sus propias compras, también “son un peso pesado en el consumo familiar”, asegura Núñez. “Están muy informados, buscan, comparan y manejan muchas fuentes”, continúa. Además, la investigadora dice que en muchas ocasiones la falta de cultura digital de sus padres les permite llevar la voz cantante a la hora de elegir los productos.

Los encuestados por Huge afirmaban además que sus búsquedas están muy influenciadas por las ideas que les surgen mientras ven la televisión. A pesar de que emplean menos tiempo delante de la 'caja tonta', la publicidad resulta clave para que luego quieran encontrar un artículo o cierta información en internet.

Mucha información visual

Para seleccionar sus contenidos y páginas favoritas, los chicos que colaboraron con la empresa se regían, sobre todo, por los colores y otras características visuales. Es más, muchas veces hacían sus pesquisas directamente en el apartado de imágenes de Google. Y, como explica Núñez, esa afición por las instantáneas también se refleja en el uso que hacen de las redes sociales, su principal punto de encuentro en la web.

“Antes utilizaban mucho Tuenti, pero ahora está cambiando”, asegura la experta de la UCM. Los estudios que realizan en su grupo de trabajo demuestran que las plataformas que más usan actualmente los jóvenes son Instagram, Google Plus y Facebook, aunque depende de la franja de edad. “Para los menores de 12 o 13 años no es tan importante mostrar sus imágenes, pero para los más mayores sí”, indica Núñez. Otro factor decisivo es que, cada vez más, “saben utilizar programas de edición de fotografías”. Por su parte, el correo electrónico tiene menos acogida porque “no es tan inmediato como las redes sociales o WhatsApp”.

Las fotografías que comparten tampoco tienen nada de malo, pero hay que saber cómo gestionar su privacidad. Y, como señala la investigadora, “hay un poco de descontrol en este sentido”. A los niños no les suele parecer peligroso y en ocasiones les falta información sobre las precauciones que deben tomar cuando exponen contenidos personales. Núñez señala que la concienciación debería comenzar a una edad temprana y que también es necesario educar a los adultos en este sentido. “La formación de profesores y padres es una asignatura pendiente”, afirma. “Muchas veces están perdidos porque desconocen las redes y no saben exactamente cuánto tiempo pueden estar en el ordenador o qué sitios restringirles”.

En el campo del entretenimiento, la música, el cine o las series, son los contenidos que más buscan y descargan. Además, les gusta compartir sus hobbies ‘online’. “Participan en foros de sus cantantes favoritos o construyen comunidades para charlar sobre sus aficiones”, asegura Núñez. No le dan tanta importancia a los usos formativos o relacionados con las clases. Solo los más pequeños destacan este aspecto: “cuando preguntas a los niños para qué utilizan internet, suelen decir que para hacer los deberes”.

“Como en la vida real”, en las tendencias digitales de los jóvenes pueden encontrarse diferencias de género: “las niñas utilizan las redes sociales para relacionarse entre ellas, para charlar y contarse sus cosas”. Sin embargo, la investigadora dice que los chicos les dan un uso más puntual, por ejemplo, “para quedar”. Lo mismo ocurre con los videojuegos. “Los niños juegan en comunidad, mientras que las chicas suelen unirse a clubes sociales como el Club Pinguin”.

A pesar de que se comuniquen a través de internet, la investigadora desmiente que esta práctica les impida relacionarse sin una pantalla de por medio. “Es necesario romper el mito de que los chicos no se relacionan entre ellos porque eso no es cierto; las redes sociales son vías alternativas”. Por mucho que hayan nacido rodeados de tecnología, los nativos digitales también son humanos: no solo viven en la Red.

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Las imágenes de este artículo son propiedad, por orden de aparición, de Tony McNeill, Waag Society, Brent Ozar, Club Penguin