Yadira dice tener 26 años. Es mexicana y, como más de 225 millones de personas, tiene un perfil en LinkedIn. Sin embargo, según las condiciones de uso de la red social para profesionales, ella no debería tener ese perfil. ¿La razón? Yadira es prostituta.
En el décimo apartado de las condiciones de uso de LinkedIn queda bastante claro:
Esta norma apareció el pasado mes de mayo, cuando LinkedIn actualizó sus condiciones de uso con la intención de hacer más comprensibles ciertos aspectos legales. Desde la red social nos explican que “la promoción o anuncio de servicios de acompañantes o prostitución siempre ha ido en contra de los acuerdos de usuario de LinkedIn, pero ahora se ha introducido una prohibición explícita de estos perfiles en los nuevos acuerdos de usuario”.
Sin embargo, por sorprendente que parezca, el caso de Yadira no es único. En LinkedIn hay multitud de perfiles que, según este punto, no deberían existir. En la red social para profesionales hay prostitución y no es difícil encontrarla.
La prueba del algodón
Nosotros hemos querido comprobar lo que ocurría tras crear un perfil de este tipo en la “mayor red profesional del mundo”. Para ello, abrimos una cuenta falsa en la que dejábamos bien claro a qué se dedica nuestro personaje ficticio –perdón si hay alguna Marta Linares en la sala, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
¿El resultado? Ninguno. No pasó absolutamente nada. El perfil, creado a comienzos del mes de julio, sigue ahí. Desde LinkedIn nos aseguran que se realizan “chequeos periódicos para confirmar que los perfiles cumplen las condiciones”. Además, indican que “en caso de que un perfil no cumpla las condiciones, es eliminado; aunque, antes de llegar a ese extremo, se informa al usuario de su situación”. No ha sucedido ninguna de las dos cosas.
Pero aún nos faltaba otra sorpresa. Habíamos pecado de inocentes. Hasta hace poco, ‘Prostitution’ era una de las habilidades que un profesional podía elegir para darse a conocer en LinkedIn. Pero no seáis malpensados: los que esgrimían esta habilidad como suya trabajan en asociaciones de derechos humanos y contra la trata de personas, como trabajadores sociales, o en cosas parecidas. Sin embargo, esta habilidad ya no está disponible en LinkedIn. Se volatilizó.
La cosa es bien distinta si en el buscador de la red social escribes la profesión – en inglés o en castellano. “Prostituta”. Ahí comienza el festival del oficio más antiguo del mundo, que busca nichos de mercado en los sitios más insospechados.
Si tienes curiosidad por el lado oscuro de LinkedIn, selecciona el primer perfil que te aparece tras la búsqueda y, después, ve pinchando en los perfiles que aparecen a la derecha bajo el título “Los usuarios también vieron” (lo cual hace pensar que los usuarios de LinkedIn no se dedican sólo a actualizar su currículum y buscar trabajo). Como verás, chicas de compañía con fotos de perfil sugerentes desafían las condiciones de uso de la red social anunciando sus servicios.
Una de ellas es Yadira, con la que nos pusimos en contacto para saber, de primera mano, qué lleva a una prostituta a registrarse en una plataforma profesional en la que, en principio, pocos usuarios agregarían a una chica de compañía.
“Para mí, LinkedIn no es útil, porque es difícil que te agreguen. Lo que sí me funciona es Twitter y Facebook, además de los anuncios clasificados en páginas webs”, asegura Yadira. A pesar de esta afirmación, la mexicana tiene cerca de 200 contactos en la red social de los negocios. Pero, ¿por qué una prostituta se da de alta en una red como LinkedIn? Yadira responde clara y concisa. “Mi objetivo es estar en cualquier red social”.
Eso sí, en LinkedIn no sólo hay chicas de compañía, sino que algunas 'empresas' van mucho más allá. World Escort 411, que se autodefine como red social y la mayor base de datos de chicos y chicas de compañía del mundo, cuenta con una página en la red social profesional. También en este caso, las sugerencias de LinkedIn en el apartado “Los usuarios también visitaron” muestran más casos de perfiles que, según las condiciones de uso, no deberían existir.
Vigilancia
Ya hemos comprobado que hay (abundantes) perfiles que incumplen las condiciones de uso de LinkedIn. Ahora bien, ¿debería la red social investigar si sus usuarios cumplen las normas? Según Alejandro Touriño, abogado especializado en Propiedad Intelectual y Nuevas Tecnologías y responsable del área de Information Technology de ECIJA, es necesario distinguir dos supuestos.
“Por una parte están aquellos casos en los que el servicio publicitado sea legal, pero contrario a los términos y condiciones del servicio. En ese caso, LinkedIn no incurriría en ningún tipo de responsabilidad más allá del descrédito que pudiera suponer el propugnar una cosa y actuar de otra forma distinta”. Este supuesto es el que menos se da, ya que son pocos los países en los que la prostitución está regulada.
Sin embargo, el segundo caso es bien distinto. “Los prestadores de servicios de intermediación no son, en principio, responsables por los contenidos ajenos que transmiten, alojan o a los que facilitan acceso, pero pueden incurrir en responsabilidad si toman una participación activa en su elaboración o si, conociendo la ilegalidad de un determinado contenido, no actúan con celeridad para retirarlo o impedir el acceso al mismo”, asegura Touriño. O lo que es lo mismo, y aplicado al caso que nos ocupa, “si Linkedin tiene conocimiento efectivo de que en su seno se está produciendo una infracción, en tal caso debería actuar con prontitud para eliminar ese contenido. En caso contrario sería corresponsable”.
¿Discriminación?
Otra cuestión legal que nos asalta: ¿podríamos estar ante un caso de discriminación en los países en los que la prostitución está regulada?
La venta de servicios sexuales es legal en algunos condados del Estado de Nevada, en Estados Unidos, y en cuatro estados de Australia. En Europa, la prostitución es legal en los Países Bajos, Alemania, Suiza, Austria, Grecia, Letonia, Hungría y Turquía. Por lo tanto, una persona de cualquiera de estos lugares que se dedique al citado oficio no podrá abrir un perfil en LinkedIn, o no debería, aunque su trabajo sea legal.
Touriño lo ve justificado. “Lo cierto es que es un servicio privado y, como tal, estaría legitimado para excluir ciertos servicios u objetos de su ámbito. No en vano, muchos otros proveedores de internet lo hacen. Amazon o eBay, por citar sólo dos ejemplos, prohíben este tipo de servicios”.
Yadira, por su parte, tampoco ve discriminación alguna y entiende la norma de LinkedIn. “Es normal que no quieran perfiles como el mío, ya que es una línea muy delgada la que hay entre un 'trabajo' propio y la trata de personas”. Además, subraya que no se siente discriminada por LinkedIn y sí “por autoridades locales e internacionales que no hacen legal este oficio”.
Más allá del debate sobre si la prostitución debería o no estar regulada, a día de hoy LinkedIn no parece poner mucho empeño en mantener a raya a aquellos que se atreven a desafiar sus propias normas de uso. Mientras tanto, Yadira está presente en la red social , junto a otros compañeros y compañeras de oficio, a pesar de la prohibición. En LinkedIn, la prostitución no es un oficio. Pero abunda.