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Se busca científico español para escribir y mejorar artículos (Razón: Wikipedia)

“Este artículo trata sobre una sustancia que juega un papel muy importante en Biología; recibe varios miles de visitas diarias […] Creo que está listo para ser evaluado”. Esta es la afirmación que hace un editor de Wikipedia: se refiere a la página sobre la dopamina en la versión inglesa de la página. En su opinión, debería validarse su contenido, para ver si puede considerarse un artículo destacado (el máximo nivel de calidad).

La pieza corresponde al Wikiproyecto de Biología Molecular y Celular, destinado a crear y editar artículos en este ámbito. Muchos de quienes los elaboran son doctores en informática, estudiantes de biología molecular, bioquímica y campos relacionados.

En España también hay científicos 'wikipedistas' que colaboran en temas relacionados con su actividad, pero desgraciadamente no es lo más habitual. Los investigadores no abundan entre bambalinas de la enciclopedia de internet porque “no hay incentivos para que contribuyan”, asegura a HojaDeRouter.com Duncan Hull, informático en la Universidad de Manchester y editor de Wikipedia. “Hay mucha competitividad en investigación y el éxito se basa en las publicaciones en revistas científicas, por eso la enciclopedia no es una prioridad”.

Hull ha sido uno de los ponentes en la conferencia sobre ciencia celebrada el pasado mes de septiembre en Londres y organizada por miembros de la Wikipedia británica. Trató en su charla sobre “la problemática relación entre los científicos y Wikipedia”. Estos suelen consultar información, pero no editarla, lo que es un problema “porque muchos temas científicos no están escritos por expertos, las referencias no son adecuadas o contienen errores”, prosigue Hull.

El informático alude a la larga lista de artículos que necesitan la atención de un experto y a lo poco que se ha progresado en esa revisión, circunstancia que los miembros de la comunidad tratan de cambiar. John Byrne, otro de los participantes en el evento, lo hace como ‘wikipedista en residencia’ en la Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural y el Centro de Investigación del Cáncer británico, lo mismo que Andy Mabbett en la Real Sociedad de Química.

Alex Hinojo nos explica la labor de estos voluntarios: “son personas que hacen de puente entre una institución y la comunidad ‘wikipedista’”. El catalán es el primer ‘wikipedista en residencia’ de España, ejerciendo esta labor primero en el Museo Picasso, y después en otras entidades como el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo Miró o el Museo de la Música.

Tanto los organismos como la enciclopedia libre tienen como objetivo difundir el conocimiento, “pero funcionamos con paradigmas diferentes”, asegura Hinojo. Por eso tratan de ayudarles a cambiar el chip. “No es que vayamos a editar artículos de Wikipedia, sino que les enseñamos qué significa el conocimiento abierto, vemos qué parte de su contenido se puede difundir de esta manera”, señala.

También organizan ‘wikimaratones’ para que, en su caso, los museos se relacionen con la comunidad wikipedista y den los primeros pasos hacia la apertura de sus contenidos. La colaboración no solo resulta en artículos de mejor calidad en temas relacionados con la institución (las colecciones, personalidades o su historia), también aportan fotografías y otro material gráfico de dominio público.

Una labor educativa

“Los profesionales que trabajan allí se encuentran con un nuevo paradigma”, asegura Hinojo. No siempre entienden cómo funciona el trabajo colaborativo, en abierto, ni la ausencia de derechos de autor. “Existe una falta real de formación en estos temas”, afirma el catalán. Por eso, dice, muchas instituciones culturales no están preparadas para colaborar con Wikipedi. “No saben qué es una comunidad, un verdadero proyecto colaborativo o les de miedo liberar contenido”.

Rubén Ojeda, historiador y ‘wikipedista en residencia’ pionero en Madrid, colabora con tres museos de la capital: el del Traje, el del Romanticismo y el Arqueológico. Le propuso la idea a algunos otros (la iniciativa es voluntaria, sale de ellos), pero estos fueron los primeros en mostrar interés.

¿Y qué pasa con las instituciones científicas? Aunque se han realizado colaboraciones puntuales, lo cierto es que no ha habido ninguna vinculación estrecha ni duradera. “En 2014 hicimos un 'wikimaratón' científico en seis museos de ciencia, incluido el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, que mostró cierto interés en una cooperación de este tipo, pero nunca se ha fijado”, señala Ojeda.

“Aquí vamos con algo de retraso respecto a otros países”, opina Santiago Navarro, presidente de Wikimedia España. No obstante, se han llevado a cabo otras iniciativas como la mencionada por Ojeda: este año se han celebrado una ‘editatón’ sobre mujeres científicas en colaboración con la Fundación L’Oréal y otro en la Universidad Politécnica de Valencia sobre mujeres informáticas.

“La primera relación con un museo y con una institución científica fue con el Museo de Ciencia de Valladolid, donde se hizo un taller en 2013”, nos cuenta Navarro. También han colaborado con la Real Academia Nacional de Medicina, la Real Academia de Ingeniería y el CSIC (este último en Barcelona).

No falta iniciativa, sino voluntarios

El vicepresidente de la Fundación Wikimedia asegura que quieren atraer especialistas en cualquier tema y, especialmente, en los científicos. “Colaborar con instituciones científicas es otro de nuestros objetivos, pero aún somos una asociación pequeña y no podemos realizar todas las actividades que querríamos por falta de medios y voluntarios”, admite.

Claro que algunos científicos escriben artículos por su cuenta, como es el caso de Héctor Zamora, bioquímico y actualmente investigador en el CSIC. “Llevo registrado en Wikipedia unos nueve años. No siempre he sido constante, pero hoy en día colaboro con bastante asiduidad”, nos explica.

Sus conocimientos han marcado la temática de los artículos que ha creado, relacionados de alguna manera con la Química. “Mi formación me permite redactarlos con mayor corrección que otra persona que no esté versada en la materia”, afirma. Ha elaborado biografías de químicos, pero también entradas sobre cuestiones técnicas o instituciones académicas.

Ojeda e Hinojo decidieron iniciar su actividad en los museos por iniciativa propia, impulsados en parte porque esos temas les interesaban. “No tenemos un perfil de ‘wikipedista’ científico que quiera hacer cosas con instituciones”, dice Hinojo, aunque sí hay algunos proyectos en universidades.

En los centros de educación superior, la dinámica es distinta. Por una parte, existe la posibilidad de que los científicos publiquen los resultados de las investigaciones en abierto y, por otra, que los estudiantes redacten artículos de la Wikipedia como deberes de clase.  

“En Cataluña estamos trabajando con unos 60 profesores de esta manera, en materias que van desde Física a Derecho”, dice Hinojo. Los alumnos del primer curso de telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Madrid también editan artículos de Física Aplicada desde 2010. “No es un ‘hobby’, es una actividad académica que se evalúa y por la que les dan créditos”, explica Ojeda.

Hay participación, pero “solo colaboran profesores sueltos. En la universidad todavía hay mucho camino por recorrer, existe aún esa idea de que la Wikipedia no es fiable”, asegura Hinojo.

Calidad ante todo

Artículos como el de la lluvia ácida, el cambio climático o la evolución son algunos de los más polémicos. Si los textos son objeto de ediciones vandálicas reiteradas existe la posibilidad de protegerlos, pero ¿hace falta instaurar medidas más estrictas? “La Wikipedia refleja las inquietudes sociales. Cuanto más polémico es un tema, su artículo termina por estar mejor, porque contribuye gente de todas las opiniones”, sostiene Hinojo.

Sin embargo, se han barajado algunas estrategias para controlar los cambios. En algunos proyectos se valora la validez de las entradas (como el ejemplo con el que arranca esta pieza). “Tres de los artículos que he redactado son destacados. La comunidad los califica así por su calidad y lo completos que están”, dice Zamora. Navarro se muestra escéptico, y afirma que este juicio no tiene por qué ser objetivo ni puede garantizarse su aplicación en todos los casos.

Por su parte, José Felipe Ortega, investigador de la Universidad Rey Juan Carlos, realizó un estudio para analizar cómo afectaría un sistema de revisiones al funcionamiento de la Wikipedia. El método consistía en bloquear las ediciones anónimas o de nuevos usuarios antes de que fueran publicadas. “Su aplicación no afectaba a los niveles de participación, pero sí contribuía a reducir el vandalismo sin coartar el carácter libre y abierto de la Wikipedia”, nos explica Ortega.

“Que aumente la colaboración de los científicos es un buen comienzo, pero sus entradas también serán editadas, como el resto”, dice Hull. Aún queda un largo camino que recorrer, y todo parece indicar que en España será aún más largo.

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Las que aparecen en este reportaje son propiedad, por orden de aparición, de ProtoplasmaKid, Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y Emijrp