El drama ecológico de Bitcoin: “Consume ya lo que cinco centrales eléctricas”

Los mineros son parte fundamental de Bitcoin. Estos buscadores de oro de la era digital gestionan las transacciones de la red a través de la resolución de complejos problemas matemáticos. En constante competencia, el primero en resolver el reto del algoritmo crea un nuevo bloque —un archivo con las ultimas transacciones realizadas—y recibe varias criptomonedas como recompensa. Sin embargo, la enorme cantidad de energía que se emplea en este procesamiento de datos se ha convertido en objeto de debate y en una posible catástrofe ecológica.

Recientemente, varios expertos han alertado sobre el alto consumo de la criptomoneda. El investigador Sebastiaan Deetman revelaba que, según sus cálculos más pesimistas, en el año 2020 esta red emplearía tanta electricidad como un país del tamaño de Dinamarca. Una cifra que, trasladada a España, supone tanta energía como la que consume la Comunidad de Madrid. En el otro extremo, sus estimaciones más optimistas situaban el futuro gasto en el equivalente a la energía producida por una central.

La realidad es que no es necesario esperar a 2020 para hablar de sumas preocupantes. La red de Bitcoin ya está empleando una cantidad alarmante de energía y en los últimos meses se ha producido una escalada de consumo. Joaquín Fenoy, CTO y socio fundador de Bitchain, explica a HojaDeRouter.com que la cantidad de máquinas conectadas a la red se ha multiplicado por cuatro en los últimos cinco meses. “La tasa de 'hash' ha aumentado de manera rapidísima, hasta alcanzar los 1,3 'exahashes' por segundo”, concreta.

Precisamente es la tasa de 'hash' —la unidad de medida de la potencia de procesamiento de Bitcoin— la que permite hacer los cálculos. Cuando Deetman echó sus cuentas se situaba en los 800 'petahashes' por segundo. Esto quiere decir que la red realizaba alrededor de 800.000 billones de operaciones por segundo en ese momento. Ahora que se sitúa en los 1,3 'exahashes', realiza 1,3 trillones de operaciones, con su consecuente gasto energético. De hecho, en el mes de abril, la tasa ha llegado a superar los 1,4 'exahashes'.

“La red ya consume el equivalente a cinco centrales eléctricas”, sentencia Fenoy.

Tasa de hash

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El factor eléctrico

El consumo de energía se está convirtiendo en uno de los puntos de conflicto en la minería de Bitcoin, ya que el precio de la electricidad sumado a la complejidad de los cálculos está poniendo en peligro la obtención de beneficios. Las grandes granjas de minado, equipadas con potentes procesadores, solo pueden ser rentables si la electricidad cuesta menos de lo que ganan gracias a la resolución de bloques, y sucede lo mismo con los pequeños mineros. Por ello, la localización de las instalaciones y el uso de 'hardware' especialmente optimizado son cuestiones clave.

Si tienes la luz pinchada siempre será rentable minar. Por poco que te de, te dará. Hay países como China que tienen grandes instalaciones y no pagan nada de electricidad”, apunta Fenoy. Las dos mayores empresas de minado de Bitcoin se encuentran, precisamente, en la potencia asiática. Según los datos de Blocktrail sobre los últimos seis meses, Antpool —con un 23,52% del procesamiento de bloques— y DiscusFish/F2Pool —con un 23’06%— están cerca de acaparar entre ambas más de la mitad de los bloques de la red.

Además de utilizar el mejor 'hardware', las compañías intentan ahorrar en energía a través de su localización. Algunas están instalando las plantas en lugares donde la electricidad es más barata. Otras, como KnCMiner, están optando además por construir en sitios donde la refrigeración es natural. En su caso, cerca del Círculo Ártico, en el norte de Suecia.

La cuenta atrás para el cambio

Julio de 2016 será una fecha clave para el futuro de la criptmoneda: si el ritmo de procesamiento se mantiene, en menos de noventa días se producirá el segundo ‘halving’ en Bitcoin. Esto quiere decir que la recompensa por minar se verá reducida a la mitad: por cada bloque procesado se obtendrán 12,5 criptomonedas en lugar de las 25 actuales. En la página web BitcoinBlockHalf.com se puede seguir la cuenta atrás.

Joaquín Fenoy cree que tras este ‘halving’ se pueden dar dos situaciones, aunque concreta que hay muchas variables y que especificar algo es jugar a adivinar el futuro. El primer escenario posible es que se produzca el cierre de algunas granjas, a las que no les compensaría seguir minando porque el gasto en electricidad sería más alto que el beneficio que obtendrían con la criptomoneda; el segundo es que la minería a gran escala siga siendo rentable, bien por un aumento del valor de Bitcoin o bien por una optimización de ‘hardware’ que permita reducir el consumo eléctrico.

“En el momento en el que se pase a la recompensa de doce monedas, puede que en los tres primeros meses cierren un 30% o un 40% de las granjas”, afirma Fenoy. “Pero, por otro lado, es posible que el precio del Bitcoin se duplique, en cuyo caso el escenario se conservaría de la misma manera. Aunque las granjas produzcan la mitad, seguirá siendo igual de beneficioso”.

A pesar del posible cierre de granjas y de la esperada mejora en la eficiencia, no parece esperable que el consumo de energía de la red vaya a reducirse. De hecho, aunque la recompensa por minar disminuya, la tecnología detrás de Bitcoin está empezando a ver otros usos que podrían hacer que el número de procesamientos siga subiendo.

Fenoy señala que el capital riesgo invertido en Bitcoin y Blockchain —el sistema de bloques que hace funcionar la criptomoneda— supera hasta tres veces la suma de dinero que recaudaron las empresas de internet en los años 1994 y 1995. Las cifras hablan por sí solas: en 2015, la 'startup' 21inc recibió 116 millones de dólares de financiación; CoinBase, 75 millones y Circle, 50. Y estas son solo las tres firmas que encabezan la lista. La primera de ellas, 21inc, pretende descentralizar el proceso minero a través de la fabricación de chips que se integrarían en dispositivos de consumo como teléfonos móviles. Esto permitiría aumentar exponencialmente la cantidad de nodos conectados a la red.

“Siempre va a haber gente minando, les saldrá a cuenta”, sentencia el cofundador de Bitchain. “Aunque sea porque es una corporación con una criptodivisa que usa la red o porque son programadores de código abierto. Yo, por ejemplo, participo en un programa cuyo objetivo es que tu historial médico sea accesible en cualquier lugar del mundo. Estaría colgado en la Blockchain de Bitcoin y sería accesible a través de un código QR en el momento en el que el paciente lo necesite, por ejemplo a causa de un accidente en un lugar no habitual”.

El cambio en el algoritmo

“Si un día se llega a un nivel de consumo energético no sostenible se podría hacer un cambio en el algoritmo de Bitcoin para pasar del ‘proof of work’ al ‘proof of stake’. Si un 51 % de la red aceptase ese cambio, pasaría a tener vigencia”, indica Fenoy.

‘Proof of stake’ es un algoritmo alternativo al actual ‘proof of work’ de Bitcoin. Con su modelo, los propietarios de las monedas son los que mantienen la red principal en lugar de los ‘pool’ más rápidos (es decir, las grandes granjas). De esta forma, un minero solo puede procesar la cantidad de bloques a la que tiene derecho según la cantidad de monedas que posee.

Este tipo de mantenimiento de la red requiere mucha menos energía que la generación de 'hashes proof of work’ mediante 'hardware' especializado. De hecho, se puede llevar a cabo con los ordenadores particulares de los miembros de la red. Peercoin ha sido la primera criptodivisa en adoptar este algoritmo como parte de un modelo mixto, aunque en un primer momento funcionó con ‘proof of work’. Con el cambio de fórmula, Bitcoin podría solucionar su problema energético, aunque la idea no parece estar cerca de hacerse realidad.

A pesar del elevado gasto energético, los partidarios de la criptomoneda y de la red Bitcoin siguen creyendo en sus ventajas. El propio Sebastiaan Deetman, autor de la predicción más pesimista, considera que la idea de una red descentralizada detrás de Bitcoin es poderosa y prometedora. Fenoy añade que no hay gobierno o corporación que pueda equipararse con Bitcoin en capacidad de cálculo. De ahí su consumo. “Nadie podrá tumbarlo ni pararlo”.

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Las imágenes que aparecen en este artículo son propiedad, por orden de aparición, de Jason Benjamin, Zach Copley y Francis Storr

Artículo editado el 18 de abril de 2016 a las 14:45 para consignar correctamente el número de operaciones que realiza la red de Bitcoin.