Los historiadores que rescatan la desconocida historia de Silicon Valley

La Universidad de Stanford, en California, se puede vanagloriar de ser una cantera de gigantes tecnológicos. Ya en los años 30 del siglo XX, por sus pasillos caminaban William Hewlett y David Packard, fundadores de HP. Tiempo después, allí se cruzarían los cofundadores de Cisco Systems, Leonard Bosack y Sandra Lerner. Ahora, entre sus paredes quizá se estén conociendo los emprendedores que cambiarán la tecnología del futuro. Mientras tanto, se está guardando la historia de la del pasado.

Los Silicon Valley Archives es uno de los proyectos que quiere preservar la memoria del valle del silicio, desde antes de sus orígenes como polo tecnológico hasta hoy. En ellos se guardan numerosos materiales sobre el origen y el desarrollo de la zona, disponibles para investigadores y curiosos: diarios, solicitudes de patentes, fotografías, grabaciones de discursos, entrevistas…

Detrás de ello está la historiadora Leslie Berlin, vinculada a la historia de la innovación y de las compañías tecnológicas desde mediados de los 90, cuando se doctoró en esa universidad con una tesis sobre la historia de la industria de los semiconductores. Autora de libros y artículos periodísticosha contado cómo se creó Silicon Valley gracias a Intel y Fairchild, la historia de Apple o el nacimiento de las startups.

Según explica Berlin a HojadeRouter.com, “la gente ha intentado entender cómo funciona el valle casi desde su comienzo. Durante décadas, los visitantes han llegado tratando de encontrar la 'salsa secreta' de la región”. Su impresión es que en los últimos años ha aumentado el interés por la historia de Silicon Valley, a pesar de que allí, irónicamente, casi todo lo que sucede está centrado en el futuro.

En los archivos de Stanford hay más que documentos. Al igual que hay colecciones dedicadas a la cultura judía o a la eslava, en la biblioteca se conserva una sobre los ordenadores de Apple que comenzó a fraguarse en 1998, cuando los trabajadores de la firma de la manzana mordida entregaron a la institución documentos objetos y textos recopilados durante más de una década. De muy diversa procedencia (hay desde disquetes hasta camisetas promocionales), estos objetos permiten conocer mejor la historia de los ordenadores Macintosh, incluso en sus fases iniciales.

El emprendedor que documenta el valle

Pero Leslie y los Silicon Valley Archives no son los únicos que se dedican a investigar el pasado de la región. John McLaughlin es un emprendedor de la vieja escuela que, tras viajar por medio mundo, regresó a su California natal con una tarea: escribir la crónica de esa revolución que se estaba viviendo en la bahía de San Francisco.

McLaughlin es el presidente de la Silicon Valley Historical Association. Durante sus más de cinco lustros de trayectoria (fue fundada en 1991), la organización ha publicado libros, producido documentales o filmado entrevistas con los personajes más ilustres de la tecnología. La intención es cubrirlo todo (ciudades, personajes, compañías...) y hacer un paralelismo con una época que al responsable de la asociación le parece de igual relevancia: el Renacimiento europeo.

McLaughlin empezó su labor investigadora por una razón importante: “La gente empezaba a morir. Nadie se había sentado con ellos y les había preguntado: '¿Cuál fue tu motivación? ¿Qué te llevó a comenzar? ¿Por qué hiciste esto?'. Así que arranqué con la premisa de preguntarles sobre sus primeros pasos”, cuenta a HojadeRouter.com

La asociación ha publicado varios libros, documentales y audioreportajesvarios libros, documentales y audioreportajes. Hay libros de fotografías que recorren la historia del lugar desde que el ferrocarril, el telégrafo o la Universidad de Stanford (ubicada en Palo Alto) abrieran una nueva etapa. También, un DVD con una entrevista de 1994 a Steve Jobs, realizada por la asociación y que se puede adquirir comentada por sus más cercanos o en bruto. En ella, el cofundador de Apple habla sobre los riesgos de ser emprendedor y de sus propias experiencias. Incluso cuentan con un audio y un vídeo de la última entrevista al músico Jerry Garcia, líder de la banda psicodélica Grateful Dead, que vivió en Palo Alto cuando se desarrollaba una explosión cultural y tecnológica en el lugar.

Quizá el canal de YouTube sea uno de los puntos más interesantes de su trabajo, ya que en él se encuentran fragmentos de esas entrevistas. Hay declaraciones del inventor del ratón, Douglas Engelbart, o del fundador de Netscape, Jim Clark, entre otras muchas joyas para el recuerdo.

Hasta comienzos de los 90, cuando McLaughlin comenzó a recopilar estas historias, “no se había hecho ningún esfuerzo para registrar las motivaciones o experiencias de los emprendedores e inventores que estaban creando esta revolución de la información”. Para la asociación trabajan numerosos historiadores por todo el mundo. 

McLaughlin recuerda cómo en el instituto, “cuando le decía a la gente que iba a empezar un negocio, todos eran muy optimistas, porque todos habíamos crecido con la idea de empezar un negocio”. De ese ambiente no se dio cuenta hasta que dejó la bahía y vivió en Europa: “Regresé a Silicon Valley con la idea de comenzar a montar negocios. Pensé: 'Este es el lugar para estar'”.

Con 13 años ya se paseaba por su vecindario de Palo Alto ofreciéndose para limpiar ventanas, e incluso llegó a fichar a otros cinco chicos como ayudantes, aunque resultaron ser un desastre. Con 15 montó un grupo musical que tocaba en las fiestas de hermandad de la Universidad de Stanford. Ya con 25, fundó una compañía de exportaciones que editaba una revista de marketing internacional, con oficinas en San Diego y Londres. Con 34 creó otro magacín sobre el condado de Lane, en Oregón. Hasta llegó a tener un negocio de café gourmet en Palo Alto. 

Durante sus años de estudio, el concepto del emprendimiento se ha visto alterado: “Ser un emprendedor hace 25 años, incluso hace 15 años, no era un buen trabajo. Mucha gente no sabía lo que significaba”. Tenía unas connotaciones negativas para muchos, “excepto en Silicon Valley”.

Ahora esta historia de pequeños empresarios la están protagonizando, tal como lo ve McLaughlin, inmigrantes, gente que no se ha criado en la zona y que viajan atraídos por el clima laboral o la posibilidad de recaudar dinero: “Quizá el 90 por ciento de los emprendedores en Silicon Valley ahora mismo no crecieron allí. Vienen del Medio Oeste de Estados Unidos, de China, de la India…”

Pioneros en los 90

Berlin y McLaughlin fueron pioneros en los años 90, pero no fueron los únicos. En los albores de la Red, los propios internautas se preocuparon de recopilar esa memoria apenas registrada. La web NetValley ya intentaba recoger, en agosto de 1995, la historia de Silicon Valley y de la propia internet. Con un diseño antediluviano, en ella encontrarmos un mapa rudimentario de las ciudades de la bahía o el relato de los tiempos en que aquella zona atraía a otro tipo de emprendedores: los que, enfermos por la fiebre del oro, iban en busca del preciado metal al cercano condado de El Dorado.

La labor de estos héroes cotidianos sigue adelante. De la atracción por las pepitas al reclamo del dinero virtual, la región ha sido siempre un imán de innovaciones y conocimiento. Una auténtica metáfora del éxito. Por suerte para todos, unos pocos se dedican a estudiar su fascinante historia para que no caiga en el olvido. Ellos también merecen ser recordados.

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Las imágenes son propiedad, por orden de aparición, de Silicon Valley Historical Association (1, 2, 3), Leslie BerlinJitze Couperus, John McLaughlin e Intel Free Press