El próximo 6 de febrero, los 372 habitantes del pueblo jienense de Torrequebradilla serán digitalizados e impresos en 3D372 habitantes del pueblo jienense de Torrequebradilla. Ángel Llavero, responsable de Sicnova 3D, la empresa que se encargará de hacerlo, asegura a HojaDeRouter.com que será la primera vez que se digitaliza a un pueblo entero, desde los bebés recién nacidos hasta el ciudadano más longevo, una mujer de 100 años.
¿El objetivo? A parte de presentar públicamente su escáner ClonScan, el “primer sistema para la digitalización masiva y automática”, esta empresa de proyección internacional quiere acercar el mundo de la impresión en 3D a los españoles, hacer que quienes no entienden esta tecnología tengan un primer (y curioso) contacto con ella.
“¿Te gustaría convertir a tu suegra en un muñeco antiestrés?”, pregunta Llavero. “¿Te gustaría tener unos bombones de chocolate o un portavela que sea el cuerpo de tu pareja? Eso es la digitalización y la impresión en 3D”. No hay mejor forma de explicar en qué consiste y cuáles son los principales usos, ahora mismo, de esta tecnología aplicada a las personas.
Otra empresa española, The Real Dimension, comenzó a ofrecer este servicio hace casi un año. Uno de sus empleados, Alejandro, recuerda cuál fue su primer encargo: el de un padre que quería imprimir a su hijo pequeño con el traje de su equipo y un balón de fútbol. “Para ellos, el resultado iba a ser un símbolo, un recuerdo de lo que fueron algún día sus sábados por la mañana”.
Los encargos que le hacen a Óscar Hernández, gerente de la firma colombiana Innovar3D, son llamativos. Desde personas que quieren “revivir” a sus seres queridos (un trabajo realmente complicado, a veces imposible), hasta funerarias que, más allá de las réplicas humanas, quieren reproducir en 3D las urnas que contienen las cenizas de algunos fallecidos.
“El resto de reproducciones las proponemos nosotros, porque la gente está muy desconcertada y no sabía que esto de imprimirte a ti mismo podía hacerse”. Su idea de negocio, pionera en Colombia, la tomó prestada de países como Estados Unidos, España y Francia.
Hernández está convencido de que esta tecnología es el futuro, y desde que comenzó a comercializar las pequeñas figuras, hace poco más de cuatro meses, ha recibido cientos de encargos. Sicnova 3D también, tanto que Llavero planea tener presencia en los próximos meses en más de 30 puntos de España.
Un fotomatón en 3D
Digitalizarse e imprimirse es sencillo. Nosotros lo hemos probado, y podemos confirmar que el proceso es muy similar al que se sigue para hacer fotografías de estudio. Lo único que necesita saber la persona que va a escanearte es tu altura. Después, ese escaneado puede hacerse de varias formas: con escáneres pequeños manuales, que necesitarán que una persona vaya obteniendo información de tu cuerpo poco a poco (lo que le llevará aproximadamente dos minutos); o con un escáner fijo, de cuerpo entero.
En este último caso, la persona tiene que entrar en una pequeña habitación protegida de la luz exterior (una especie de fotomatón 3D), colocarse mirando hacia una de las esquinas de la habitación y, sin moverse ni un milímetro, verá cómo el escáner se desplaza de arriba abajo tomando información de su cuerpo en varias paradas (cabeza, abdomen, caderas y piernas), gracias a las cámaras de infrarrojos colocadas en todas las esquinas.
Es un proceso que tarda solo 15 segundos en completarse. Las cámaras emiten rayos infrarrojos para generar una malla de puntos con la que componer la imagen tridimensional de la persona. Al mismo tiempo, se van captando detalles tan importantes como el color y la forma de su pelo o las pecas de su cara.
“Es algo perfecto”, afirma Llavero, ya que esas cámaras de infrarrojos son capaces de captar hasta dos millones de puntos de la cara para componer su geometría con una precisión casi total, aunque dependerá del tipo de impresora y escáner utilizados (el margen de error es de 0.1 a 0.2 centímetros como máximo). No es lo mismo imprimir un busto, del que se apreciará cada detalle, que imprimir el cuerpo entero en una figurita de 10 centímetros.
En cualquier caso, el escaneado siempre es más perfecto que la propia impresión, y a pesar de ello, todo el mundo se identifica perfectamente con el resultado final. Tal es el parecido que Óscar Hernández afirma que, en Colombia, mucha gente se asusta por superstición al ver la exactitud de las figuras.
El futuro (o presente) de la fotografía
Las figuras, de momento, son bastante caras. Pueden costar unos 20 euros si se fabrican a base de plástico, entre 70 o 170 euros si están fabricadas en miniatura con yeso cerámico (y de 9 a 17 centímetros) y pueden alcanzar precios desorbitados si se elaboran con oro o plata y a tamaño real.
No es de extrañar. Estas réplicas tienen detrás mucho trabajo y dedicación. Algunos piensan que son todo un arte, posible gracias a la labor de ingenieros y diseñadores gráficos que retocan la imagen escaneada para eliminar sombras, colores difuminados y hacer figuras lo más bonitas y decorativas posibles.
Más allá del arte, los que se dedican al ámbito de la impresión en 3D creen que estas réplicas son el futuro más directo de la fotografía, y piensan, como Alejandro, que se van a convertir en “un elemento único en casa, reflejo de un momento especial que no volverá a repetirse”. “Tienen un significado bastante romántico”, asegura. “Es incomparable tener una escultura de tu hijo, es un recuerdo más potente que la fotografía”.
Al contrario que Óscar Hernández, que piensa que este proceso llegará a sustituir a la fotografía de estudio, Ángel Llavero no cree que ocurra algo semejante. “Las complementará, serán una alternativa”, afirma. De momento, cumplen la misma función que la fotografía de hace 30 años, cuando la mayoría de las familias no tenían posibilidad de hacer muchas fotos a lo largo de su vida y una cámara llamaba la atención.
Si esas personas hubieran sabido que hoy tendríamos fotografías cuando quisiéramos, no se lo hubieran creído“, opina Llavero. Ahora la situación es parecida: a todo el mundo le sorprende la impresión en 3D, pero este empresario está convencido de que, en pocos años, todos nos escanearemos con un simple teléfono móvil.
¿Una tecnología narcisista?
Muchos piensan que hacerse 'selfies' y subirlos a redes sociales tiene que ver con un transtorno de personalidad, con demasiado amor propio y hasta con el narcisismo. ¿Será que ocurre lo mismo por hacernos autorretratos en yeso? Alejandro cree que cuando una persona decide imprimirse, lo hace por una cuestión de diversión, porque es algo nuevo, diferente, que tiene esa “parte romántica” de conservar para siempre una versión de ti mismo en un momento determinado de tu vida.
“Será un recuerdo muy nítido”, pero, como opina Óscar Hernández, la mayor parte de la gente que se imprime lo hace para regalar su figura a un familiar. Son padres que quieren tener réplicas en miniatura de sus hijos a diversas edades, que quieren regalar las figuritas a sus abuelos, o personas que quieren dejar constancia de bodas, bautizos y comuniones. Llavero recuerda haber atendido también a clientes extrnajeros que se imprimieron para enviar sus figuras a hijos que no habían visto en muchos años.
Sin embargo, el sector aún necesita madurar, reducir los precios y los costes de producción para que todo el mundo pueda tener su propia figurita en 3D.
Cuestión de marketing
Por encima de la impresión en 3D, Ángel Llavero cree que hay que darle importancia a la digitalización, “que permite posibilidades inimaginables”. Puede que alguien no tenga recursos económicos suficientes para imprimirse a todas horas, pero puede digitalizarse gratuitamente. “Si yo no he digitalizado a mi padre de 80 años, es posible que dentro de unos años ya no pueda hacerlo”.
Como tener una figura de ti mismo puede parecer un simple capricho, más allá de incentivar el recuerdo, Sicnova 3D quiere convertirlo en una necesidad real. Tal vez esa digitalización sirva, dentro de unos años, para que podamos comprar ropa sin tener que desplazarnos hasta la tienda, utilizando a nuestro modelo en 3D para que se la pruebe y saber perfectamente cómo va a quedarnos.
Llavero cree que dentro de unos años los gimnasios digitalizarán a sus clientes en tres dimensiones, para que comprobar la evolución de su cuerpo gracias al ejercicio. Digitalizado también podrás meterte en un videojuego, ser el protagonista de una película o jugar en el mismo terreno que tus futbolistas favoritos.
Para eso todavía queda un tiempo. En la actualidad, la demanda de figuritas en 3D es aún muy incipiente, y tiene mucho que ver con el 'marketing'. Más allá de sentimentalismos, cada vez son más las empresas que introducen la impresión en 3D en sus eventos publicitarios, convenciones y fiestas. Es algo divertido y diferente, que permite distinguirse de la competencia. Está comprobado: quien utiliza esta técnica en una feria tiene aseguradas las visitas a su 'stand'.
Hay escritores que han sacado a los personajes de sus novelas y los han sentado a su lado durante las firmas de libros, jugadores de fútbol que han querido inmortalizar su llegada a un nuevo club imprimiéndose. Al final, esto no deja de ser una excusa: un cordón sentimental que puede unir a las personas con la tecnología. Un cordón que les haga mirar más allá de la figura y les lleve a preguntarse cómo fue posible.
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