Hacia un acompañamiento inclusivo

El pasado martes, en el Casal de Can Alcover, unas colegas y yo presentamos el proyecto social Mentoría Positiva. Nuestro objetivo principal es resultar de utilidad a diferentes colectivos vulnerabilizados. La creadora de la idea es Eugènia Bretones, politóloga, experta en género, mentora y activista por los derechos de las mujeres y personas con enfermedades crónicas. Pasó por momentos de adaptación laboral, personal y social después de ser diagnosticada de una enfermedad discapacitante hace ocho años, y junto con Faezeh Sheykhi, máster coach, emprendedora experta en PNL, y Jaume Burdils, sociólogo, experto en comunicación política y escritor, han decidido fundar el proyecto Mentoría Positiva para aportar su conocimiento profesional y personal y ponerlo al servicio de las personas, para realizar el tránsito hacia una mejor calidad de vida. Ante unas cifras sociales que son realmente de escándalo; el 75% de las personas trans o con alguna discapacidad están desocupadas, y gran parte de ellas, ni siquiera están en búsqueda activa, mujeres que han sido, o son víctimas de violencia de género y luchan para rehacer sus vidas, personas que han padecido accidentes o enfermedades graves con importantes secuelas para su salud, etc.

En fin, amplios sectores de nuestra sociedad, que entendemos que están poco atendidos y sin una hoja de ruta personal clara que les ayude a mejorar su calidad de vida y a poder planear una gestión de la situación en la que se encuentran, enfocada a sus objetivos ya sean nuevos o no tanto. Poder optar a recuperar o a lograr, en definitiva, un día a día digno, necesario para que la vida de cualquier persona tenga un sentido. Podríamos añadir mil ejemplos más, donde las incomprensiones, trabas y barreras sociales son el triste pan de cada día, impidiendo a gente con situaciones complicadas desarrollarse satisfactoriamente en el ámbito de salud, personal y profesional. 

Y es que, el panorama en cuestión, entendemos que nos obliga a poner el foco en la interculturalidad, la inclusión, el género, el origen, el capacitismo o el edadismo evitando, de un modo muy consciente, las relaciones jerárquicas o las actitudes caritativas. Somos personas que desean trabajar para personas, así que nuestro trato va a ser de igual a igual. La Agenda 2030 de la Unión Europea, de acuerdo con los objetivos del Milenio de la ONU, propone, en su objetivo número 3, de salud y bienestar de las personas, garantizar una vida sana y promover el bienestar de todo el mundo, a cualquier edad.

No se nos olvidan los familiares, parejas, amigos, etc. de esas personas, los cuales tienen que enfrentarse, con frecuencia de forma brusca, a unas situaciones que lógicamente resultan difíciles y traumáticas. Y suelen precisar de recursos para poder ser manejadas de un modo satisfactorio para todas y todos. En este sentido, además de las sesiones individuales que vamos a ofrecer, también vamos a organizar salidas en espacios relajantes de la isla. Estamos pensando en algún agroturismo metido en la típica Possessió mallorquina. Lejos del stress de las ciudades. Os iremos informando por Instagram desde donde os invitamos a seguirnos (@POSITIVA.MENTORIA). Para cualquier información o duda, podéis contactarnos también a: contacte.mentoriapositiva@gmail.com

El pasado martes, en el Casal de Can Alcover, unas colegas y yo presentamos el proyecto social Mentoría Positiva. Nuestro objetivo principal es resultar de utilidad a diferentes colectivos vulnerabilizados. La creadora de la idea es Eugènia Bretones, politóloga, experta en género, mentora y activista por los derechos de las mujeres y personas con enfermedades crónicas. Pasó por momentos de adaptación laboral, personal y social después de ser diagnosticada de una enfermedad discapacitante hace ocho años, y junto con Faezeh Sheykhi, máster coach, emprendedora experta en PNL, y Jaume Burdils, sociólogo, experto en comunicación política y escritor, han decidido fundar el proyecto Mentoría Positiva para aportar su conocimiento profesional y personal y ponerlo al servicio de las personas, para realizar el tránsito hacia una mejor calidad de vida. Ante unas cifras sociales que son realmente de escándalo; el 75% de las personas trans o con alguna discapacidad están desocupadas, y gran parte de ellas, ni siquiera están en búsqueda activa, mujeres que han sido, o son víctimas de violencia de género y luchan para rehacer sus vidas, personas que han padecido accidentes o enfermedades graves con importantes secuelas para su salud, etc.

En fin, amplios sectores de nuestra sociedad, que entendemos que están poco atendidos y sin una hoja de ruta personal clara que les ayude a mejorar su calidad de vida y a poder planear una gestión de la situación en la que se encuentran, enfocada a sus objetivos ya sean nuevos o no tanto. Poder optar a recuperar o a lograr, en definitiva, un día a día digno, necesario para que la vida de cualquier persona tenga un sentido. Podríamos añadir mil ejemplos más, donde las incomprensiones, trabas y barreras sociales son el triste pan de cada día, impidiendo a gente con situaciones complicadas desarrollarse satisfactoriamente en el ámbito de salud, personal y profesional.