'The quiet one', 'El Beatle tranquilo', 'l'Angelo misterioso'... Cualquiera de estos apodos sirvieron para definir la personalidad ascética e introspectiva de George Harrison, la voz que, tanto dentro como fuera del cuarteto de Liverpool, convirtió sus canciones en una vía para alcanzar la senda de lo espiritual. Y es que, como subraya el doctor en Musicología Francesc Vicens Vidal, a lo largo de su vida Harrison “supo rodearse de maestros y gurús que le guiaron en los caminos hacia la búsqueda de lo trascendental”. El filósofo mallorquín Joan Mascaró, reconocido profesor de sánscrito en la Universidad de Cambridge y uno de los más reputados traductores al inglés de los principales textos del hinduismo, fue uno de esos mentores.
Vicens, autor, entre otras obras, de George Harrison. The Inner Light, una vida espiritual, explica que, desde que ambos tomaran contacto en un programa de televisión de la BBC, la influencia intelectual de Mascaró en Harrison –y, por contagio, de los Beatles– fue incuestionable. “Fue uno de los mallorquines más leídos de todos los tiempos y, pese a ello, su figura en Mallorca es aún sorprendentemente desconocida”, señala el investigador en declaraciones a elDiario.es.
En una época en la que una de las vías de acceso a la espiritualidad oriental eran los textos sagrados, como sucedió en el caso del músico y compositor británico, las traducciones inglesas de la literatura sánscrita y los libros de la tradición védica “abrieron las puertas a un gran número de jóvenes occidentales que se mostraron ávidos por aprender los principios básicos de la espiritualidad oriental”, señala el investigador, quien destaca que, a lo largo de la vida de Harrison, puede apreciarse su interés por los textos de distintas tradiciones religiosas como parte de su aprendizaje vital.
En este contexto, la Bhagavad Gita o el I ching o libro de las mutaciones son dos de las obras que influyeron directamente en algunas de sus composiciones y, de hecho, ayudan a comprender algunos de los aspectos creativos de temas como Whitin you whithout you, The Inner Light o I, Me, Mine.
Uno de los autores no anglófonos que mejor escribieron en inglés
Fue en esa búsqueda de lo espiritual cuando Harrison se topó con las traducciones de Joan Mascaró (Santa Margalida, Mallorca, 1897 - Claremont, Cambridge, 1987), quien, como señala Vicens, ya era reconocido como prestigioso erudito en textos sagrados hindúes. No en vano, sus traducciones del Dhammapada o los Upanishads continúan siendo alabadas en la actualidad por personalidades académicas y espirituales tanto de la cultura oriental como occidental y, gracias a la traducción inglesa de la Bhagavad Gita, uno de los poemas hindúes más venerados, Mascaró obtuvo un gran reconocimiento por parte de la crítica y los grandes grupos editoriales.
El poeta y ensayista estadounidense Sam Abrams lo sitúa incluso, junto a Conrad y Nabokov, como uno de los autores no anglófonos que mejor escribieron en lengua inglesa a lo largo del siglo XX. De hecho, el obituario que publicó The New York Times tras su muerte puso en valor cómo Mascaró había logrado “la hazaña única de traducir idiomas que no son los suyos (sánscrito y pali) a otro idioma que al principio no era el suyo (inglés)”.
Nacido en una familia campesina de la localidad mallorquina de Santa Margalida, Mascaró desarrolló desde muy joven gran interés por el espiritualismo y por conocer otras lenguas. En Cambridge se licenció en lenguas modernas y orientales, especializándose en sánscrito y en pali. En 1930, Mascaró fue lector en Oxford y durante 1931 y 1932 fue vicerrector del Parameshvara College de Jaffna, en Sri Lanka. En 1935 se instaló en Barcelona, donde ejerció de profesor de inglés en el Instituto-Escuela de la Generalitat de Catalunya y de profesor de sánscrito en la Universitat Autònoma de Barcelona. En 1935 publicó en Nostra Terra la traducción del sánscrito al catalán del capítulo XI del Bhagavad-Gîtâ (el poema del Señor), episodio del poema épico Mahabhârata del siglo VI.
Su primera obra, Lamps of Fire (1958), fue una colección de sabiduría religiosa y espiritual de todo el mundo. Una selección de ese libro inspiró en 1968 la canción de los Beatles The Inner Light, tema que quedó registrado en la cara B del single Lady Madonna, editado antes de la célebre estancia del cuarteto en la India. “La captación del verdadero sentido espiritual de las sagradas escrituras a un inglés sencillo y puro, lleno de armonía musical, hizo de sus traducciones un medio de gran trascendencia en el diálogo entre Oriente y Occidente”, señala Vicens.
La primera obra de Mascaró, 'Lamps of Fire' (1958), fue una colección de sabiduría religiosa y espiritual de todo el mundo. Una selección de ese libro inspiró en 1968 la canción de los Beatles 'The Inner Light'
“Subyacentemente, enviaba un mensaje de optimismo y de apertura espiritual desde otras culturas y tradiciones”, subraya, por su parte, su amigo y editor Gregori Mir en Correspondència de Joan Mascaró. Como prosigue Vicens, el mensaje de establecer puentes de diálogo entre civilizaciones y ayudar al individuo en su búsqueda del camino espiritual “caló hondo en el momento en que los movimientos de la nueva cultura se interesaban por Oriente”. “En dicho contexto, Joan Mascaró encarnó los valores del pacifismo que exploraron los Beatles y que particularmente captó la atención de George”, añade.
“Y de pronto salta en su ayuda un profesor de Cambridge”
Fue en este contexto cuando, el 29 de septiembre de 1967, las vidas de Harrison y Mascaró se cruzaron. El orientalista mallorquín había sido invitado al programa The David Frost Show como experto de sánscrito en un debate sobre meditación trascendental. Allí coincidió con el Beatle tranquilo y con John Lennon. Mientras Mascaró habló sobre la experiencia del éxtasis místico y su diferencia con los placeres terrenales, los dos Beatles, como explicó el crítico Nadal Suau en un artículo publicado en El Mundo, “responden con una mezcla desoladora de balbuceo y desidia”. “Quieren ser profundos (sobre todo, Harrison), pero están aprendiendo: una vida espiritual no se improvisa”, añade.
“Y de pronto salta en su ayuda un profesor de Cambridge. Rápido y contundente, aunque sereno. Habla con autoridad sobre el amor y la paz, sobre lo accesorio y lo sustancial. Harrison lo observa con respeto. Es Joan Mascaró. Un señor nacido en Santa Margalida”, relata Nadal Suau.
A partir de ese instante, Mascaró y Harrison darían comienzo a una breve pero intensa relación epistolar. Las cartas, un total de seis, están fechadas entre octubre de 1967 y enero de 1968 y desvelan aspectos fundamentales del proceso espiritual del músico, la lectura de fuentes orientales o el escepticismo hacia quienes banalizan las filosofías y las religiones orientales. Como recoge Vicens, el profesor de sánscrito recomienda al beatle “alejarse de los falsos profetas que han surgido de las modas para engañar a los incautos”, mientras el británico juzga el debate de la BBC como “desastroso y banal”. “Qué más da, para las mentes superficiales eso que vieron fue de gran importancia, qué esperar de las mentes banales que miran la televisión”, se responde a sí mismo Harrison.
Mascaró y Harrison darían comienzo a una breve pero intensa relación epistolar. Las cartas, un total de seis, están fechadas entre octubre de 1967 y enero de 1968 y desvelan aspectos fundamentales del proceso espiritual del 'beatle'
El principio de una 'Gran Obra'
El maestro mallorquín le haría llegar incluso libros de contenido espiritual que influirían directamente en letras como la de The Inner Light. “Espero tener tiempo en un futuro inmediato de estudiarlos y comentarlos con usted”, le respondería el músico. Como explica Vicens, Harrison convirtió el texto de The Inner Light en una canción que se convirtió en un mensaje de libertad inspirado por la traducción del Tao, una de las lámparas de fuego de Mascaró. Años más tarde, en su autobiografía, el beatle aclararía, incluso, que el tema fue escrito especialmente por el filósofo mallorquín.
Mascaró también le expresaría que dos amigos le habían hecho llegar una grabación de la canción Within you, without you: “Me siento muy feliz. Es una canción inspiradora y podría motivar a millones de almas; y hay más por llegar, esto solamente es el principio de una Gran Obra”, le transmitiría el filósofo en una misiva convencido –precisa Vicens– de que los textos místicos de la tradición sánscrita “pueden iluminar todo aquello que da un sentido trascendente a la vida del hombre”.
“El compromiso de Mascaró de difundir el legado de la cultura oriental a través de occidente vio en los Beatles la oportunidad de llegar a límites insospechados”, abunda Vicens, quien recalca que la conexión ideológica del profesor de Cambridge con los movimientos juveniles pacifistas de la época fue un factor decisivo para propiciar aquel único encuentro con Harrison. Esta toma de contacto entre Mascaró y Harrison quedó además reflejada en el documental de Nofre Moyà y Silvia Ventanyol de IB3 y TV3, titulado Llànties de Foc, en referencia a su libro Lamps of Fire.
El compromiso de Joan Mascaró de difundir el legado de la cultura oriental a través de occidente vio en los Beatles la oportunidad de llegar a límites insospechados
Una figura “enigmáticamente” desconocida en Mallorca
Como relata el autor de George Harrison. The Inner Light, a pesar de la afinidad personal que se desprende a lo largo de la correspondencia, “ya fuera por la vida reposada de Mascaró o por la ajetreada vida de George”, nunca llegó a producirse un segundo encuentro entre ambos. Pero lo cierto es que, como subraya el investigador, varias de las máximas que figuran en Lamps of fire darían a luz a algunos de los aspectos fundamentales de la vida espiritual del músico, “sobre todo aquellos centrados en la idea de que todas las religiones comparten un mismo fin o que el único Dios que podemos aceptar es Aquel que sentimos a través de la propia experiencia”.
Vicens recuerda que cuando Mascaró coincidió con Harrison en la BBC el filósofo tenía 70 años y el beatle, 25: “Es una relación de mentor. Harrison admira a Mascaró por su sabiduría y su potencia intelectual. Es algo que los Beatles buscan de una manera más folclórica, más pintoresca, pero Harrison, de alguna forma, sí que intenta emprender una búsqueda espiritual determinada y clara, además de buscar fondos, libros y personas que puedan ayudarle a profundizar en esta cuestión”.
Sobre la propia huella de Mascaró en la actualidad, el historiador lamenta el hecho de que “incluso en círculos intelectuales” su figura sea prácticamente desconocida en Mallorca. “Su biografía da indicios de por qué ha podido ser así, quizás porque vivió la mayor parte de su vida fuera. Se fue muy pronto a vivir a Inglaterra y estuvo al lado de la figura de un personaje controvertido como Juan March [a propuesta del financiero, Mascaró acompañó a su hijo Juan March Servera a estudiar en el extranjero]”, explica el investigador, quien agradece que en los últimos años, además del documental de Ventanyol y Moyà, se hayan escrito tesis y obras –entre ellas, Reis del món, de Sebastià Alzamora, sobre la relación entre March y Mascaró– y se hayan llevado a cabo congresos en recuerdo del filósofo. Con todo, y pese a ser también doctor honoris causa por la UIB e hijo ilustre de Santa Margalida, asevera que el profesor de Cambridge “continúa siendo una persona enigmáticamente desconocida”.