En el primer pleno que se celebra en el Parlament balear tras la implosión de Vox en las islas, el Govern del PP ha extendido la mano a los cinco díscolos que continúan operando bajo las siglas de la formación de extrema derecha pese a haber sido expedientados por la dirección nacional. “Tránsfugas no hay ni uno”, ha proclamado la consellera popular Antònia Estarellas en una tensa sesión en la que se han vivido duras acusaciones entre Ejecutivo y oposición e incluso entre las dos facciones enfrentadas dentro del partido liderado por Santiago Abascal. Desde el PSOE han reclamado a la presidenta del Govern, Marga Prohens, que dimita y convoque nuevas elecciones la primera semana de abril.
Cabe recordar que, hace una semana, cinco diputados autonómicos de Vox expulsaban del grupo parlamentario a otros dos compañeros y, como castigo, la dirección nacional de Vox decidía de inmediato echar del partido a los cinco díscolos, dejando prácticamente pulverizada a la formación en la Cámara balear y abriendo una crisis institucional sin precedentes en Balears. La presidencia de la institución legislativa también quedó en el aire, dado que el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne (Vox), es uno de los dos diputados inicialmente purgados. Al quedar sin grupo, y de acuerdo al reglamento, Le Senne debía automáticamente haber sido cesado, pero éste se aferra a su cargo y, con el apoyo de la dirección nacional del partido, ha iniciado una batalla legal para combatir su destitución. En medio de la anómala situación que atraviesa la Cámara, el jurista ha presidido este martes el que se desconoce si será su último pleno.
Minutos antes de las 10.00 horas, la diputada y presidenta de Vox en Balears, Patricia de las Heras, llegaba al Parlament arropada por el sector oficial del partido en las islas como muestra de unidad frente a los cinco rebeldes. A preguntas de los medios antes de acceder al edificio, la todavía diputada -dado que, junto a Le Senne, permanece a la espera de que los servicios jurídicos dictaminen acerca su expulsión del grupo- ha reivindicado la necesidad de mantenerse unidos “ante determinadas personas que están tergiversando los hechos”.
Acompañada del vicepresidente del partido en Balears, Fulgencio Coll, y los representantes en el Consell de Mallorca Toni Gili y David Gil, entre otros, quienes han asistido como público a la sesión plenaria, la líder de Vox en Balears ha asegurado que no conoce la existencia de negociaciones en las que esté participando la dirección nacional para revocar la crisis y lo ha hecho argumentando que fue el propio secretario general, Ignacio Garriga, el que solicitó la expulsión “de los cinco sujetos”, en referencia a los diputados díscolos y que ahora forman el grupo parlamentario.
Para De las Heras, la gobernabilidad en el archipiélago no tendría por qué estar en peligro si se mantiene el acuerdo alcanzado entre PP y Vox. “Lo contrario sería votar con la izquierda”, ha concluido. De las Heras también ha afirmado que “no se entendería” que la presidenta del Govern, Marga Prohens, se apoyara en tránsfugas.
Durante la sesión plenaria, el portavoz adjunto del PSIB en el Parlament, Marc Pons, ha acusado en este sentido a Prohens de “dar el ok” a la operación para romper Vox con el objetivo de poner el Parlament “a su servicio”. “Los cinco diputados no son unos cracks, pero tienen experiencia y sabían que necesitan el visto bueno de la presidenta”, ha remarcado el socialista. Según Pons, el objetivo era colocar a la portavoz de Vox en la Cámara, Idoia Ribas en la presidencia de la Cámara en sustitución de Le Senne. En los últimos meses, Ribas ha actuado como líder de facto del partido, dejando en un segundo plano a su verdadera presidenta, De las Heras.
Por su parte, el vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Hacienda e Innovación, Antoni Costa, ha respondido a Pons asegurando que el Gobierno central “es el que tiene pactos ocultos con separatistas” para seguir en la Moncloa. En otro momento del debate, la consellera de Presidencia, Antònia Estarellas, ha defendido que el PP tiene un pacto con Vox y ha asegurado que, de momento, “no hay tránsfugas”, asegurando que el Govern no era consciente de la problemática interna de Vox.
En el turno de Prohens, ésta ha insistido en defender la “estabilidad” del Ejecutivo autonómico pese la “crisis” de Vox, recordando que “firmó un acuerdo de investidura con ocho diputados” y que este acuerdo “sigue vigente por parte del Govern y del PP”. “Seguiremos gobernando y seguiremos gestionando. Tenemos un Govern más estable que el de Pedro Sánchez”, ha espetado Prohens al portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Iago Negueruela ha criticado un “espectáculo que nadie se imaginaba”.
Durante su intervención, el socialista ha advertido a Prohens de que “no está al frente de las instituciones y no dirige la estabilidad”, al tiempo que ha cuestionado las exigencias de la presidenta “a cambio de permitir un golpe de estado en el Parlament”. De su lado, la líder balear ha remarcado que preside un Govern “con un solo partido, que es el que ganó las elecciones en todas las Islas”, y un Govern “que se sustenta en un programa de gobierno y unos acuerdos de investidura con Vox y también con el diputado de Formentera”. “La gobernabilidad se sustenta con el cumplimiento del programa, los acuerdos y la palabra dada”, ha remarcado la popular, recordando que son “acuerdos que siguen vigentes” y que cumplirán.
El portavoz del PSIB ha acabado pidiendo a la presidenta del Govern que dimita y convoque elecciones la primera semana de abril. “Libre es el que es capaz todavía de elegir la defensa de su dignidad. No permita jamás un secuestro de un grupo parlamentario en manos de tránsfugas. Dimita y convoque elecciones”, le ha instado. Prohens, al respecto, ha recriminado que el socialista está “totalmente desnortado” y ha ironizado con su *intento de “probar suerte” para ver si “con un cambio de guion acaba de candidato de este Partido Socialista sin liderazgo”.
También el portavoz de MÉS per Mallorca en el Parlament, Lluís Apesteguia, ha pedido a Prohens que “dé luz a la ciudadanía ante esta crisis”, sobre la que ha considerado que tiene “responsabilidad porque fio la presidencia del Parlament a un grupo de diputados que han demostrado que no son de fiar”.