Vox se desmarca del PP y reclama en los tribunales la retirada urgente de la bandera LGTBI en el Parlament balear

Esther Ballesteros

Mallorca —

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Los servicios jurídicos de Vox han interpuesto una demanda ante los tribunales para reclamar que se ordene la retirada de la bandera LGTBI que, desde este viernes, ondea en la fachada del Parlament balear. Hace dos semanas, el PP votó, junto a PSOE y los ecosoberanistas de Més per Mallorca, a favor de colgar la enseña en la Cámara autonómica, lo que llevó al presidente del órgano, Gabriel Le Senne (Vox), que votó en contra, a acusar a los conservadores de “traicionar” a la extrema derecha apoyando el izado de una bandera que tildó de “divisiva”.

En concreto, la demanda ha sido registrada esta mañana en los Juzgados después de que el Parlament haya colgado la bandera de una de sus ventanas. En su escrito, los de Santiago Abascal apuntan a que el izado incumple la Ley en cuanto a la colocación de insignias en edificios públicos. La enseña se retirará por la noche, como se ha hecho otros años, tal como han informado desde el Parlament.

Inmediatamente después de que el PP diese apoyo a la iniciativa, Le Senne, envuelto en estos momentos por la polémica después de que la semana pasada desgarrara en el hemiciclo la fotografía de Aurora Picornell y las conocidas como 'Rojas del Molinar, todas ellas fusiladas por el franquismo, convocó una rueda de prensa urgente para mostrar su “decepción absoluta” y anunciar su intención de acudir a los tribunales “para frenar el acuerdo” e impedir que la bandera LGTBI ondease en la fachada.

Tras ello, el portavoz del PP en el Parlament, Sebastià Sagreras, lamentó el tono de Le Senne. “No puede manejar el Parlament como si fuera su cortijo. Se tienen que respetar los acuerdos llevados a pleno, y colgar la bandera con motivo del Orgullo es un acuerdo de pleno”, aseveró el popular, quien, en esta línea, recriminó que el presidente de la Cámara convocase “una rueda de prensa extraordinaria” para criticar la propuesta.

Este jueves, todos los grupos parlamentarios, excepto Vox y el diputado no adscrito Xisco Cardona, leyeron un manifiesto con motivo del Día del Orgullo LGTBI, que se conmemora este viernes, en el que se comprometen a promover la lucha contra la homofobia y cualquier otra manifestación contra la igualdad y la dignidad.

La controversia se ha trasladado también al Consell de Mallorca, donde gobiernan PP y Vox, y que también ha izado este viernes la bandera del arcoíris. Tras ello, el vicepresidente del Consell de Mallorca y conseller electo, Pedro Bestard, de Vox, ha lamentado que el presidente de la institución insular, el popular Llorenç Galmés, “haya claudicado y haya hecho suyos los mantras de la izquierda”. “Ha perdido la oportunidad de traer al Consell de Mallorca la libertad y la neutralidad exigible en todas las instituciones”, ha incidido.

En su opinión, la “presión ejercida por la izquierda y los complejos inherentes a su formación” han provocado que “hoy la bandera de unos pocos esté presente en la fachada y las escalinatas del Consell de Mallorca”. En esta línea, ha recriminado que los elementos que “generan crispación, división y que no son los oficiales no deben tener un sitio privilegiado en el Consell”: “Nosotros hemos tendido la mano al PP. Queda clarísimo qué partido es el único que cumple con lo prometido: Vox. ¿Qué cambios aporta el PP? Ninguno. Si yo fuera el presidente de esta institución, hoy no habría bandera LGTBI. Me duele la deslealtad de nuestros socios, que han sido incapaces de informarnos de su intención de colgar la bandera”.

Este jueves, el portavoz de la formación de extrema derecha en el Consell, David Gil, quien el pasado mes de febrero fue denunciado ante el Govern por referirse al golpe de Estado fascista de 1936 como “la última cruzada de liberación”, advirtió al PP de que sin los votos de los consellers insulars de Vox “no sería posible gobernar” la institución ni llevar a cabo los “importantes avances” a los que se comprometieron ambos socios en su acuerdo. Gil aprovechó su intervención para pedir la retirada de las subvenciones a entidades que promueven el uso del catalán por su “agenda divisiva”, alegando que los de Abascal están a favor de un “blingüismo amable”.