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Cuando el pasado viernes los inspectores de Trabajo y la Policía Nacional irrumpieron en las instalaciones de la empresa Terracor tras la publicación, por parte de elDiario.es, de sus condiciones laborales y habitacionales, el miedo se expandió por este conglomerado agrícola mallorquín. Las posibles consecuencias de la investigación abierta tras tener conocimiento el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones por un presunto caso de explotación laboral han llevado a que algunos jefes, según relatan los trabajadores, intenten coaccionar al personal ante una posible inspección: “Si te preguntan, tú di que trabajas ocho horas”. Desde Terracor, sin embargo, eluden hacer declaraciones al respecto.
La realidad, reconocen muchos, es otra bien distinta. Tal como ha podido constatar este medio, los temporeros firmaron contratos por jornadas de 40 horas semanales, aunque la media real de las trabajadas ronda las 70. “En algunas empresas del grupo nos dicen que trabajar los domingos es opcional, en otras es obligatorio, pero sólo de 7 a 12 de la mañana”, explican. Mientras que algunos han conseguido una copia de los cuadrantes reales, otros aseguran que se han visto “forzados” a firmar otros con el horario que les indicaban sus jefes. “Llegan en mitad de la jornada, no te dan tiempo a parar y te dicen ‘¿pero para qué lo quieres leer? Si está bien, tú firma’”. Tal y como reveló elDiario.es, los documentos muestran jornadas de 13, 14 y hasta 17 horas en algunos casos, lo cual supondría más del doble de la jornada legal.
Según ha podido saber elDiario.es, la inspección de trabajo llevada a cabo la pasada semana –a la que acudió el propio Toni Gili, secretario general de Vox en Balears, pese a que, según su versión, dejó de ser socio del grupo a finales de julio- ya ha tenido las primeras consecuencias. Por un lado, al menos uno de los temporeros ha interpuesto de manera oficial una denuncia ante la Policía Nacional de Manacor por su situación laboral. Por otro, una de las empresas investigadas –Terracor agrupa hasta cinco compañías diferentes- anunció a sus empleados que a partir de ahora trabajarán solo ocho horas diarias. Es decir, las que legalmente establece su contrato. “Pero nos advirtieron de que se habían acabado las horas extras, con lo que es bastante posible que además nos bajen el sueldo”, señalan.
Insultos y presiones
La investigación abierta por el Gobierno ha generado nerviosismo en la cúpula de Terracor –una de la cuatro mayores empresas agrícolas de Mallorca- donde, según algunos de sus empleados, las advertencias son constantes. “Cuando llegué hace cuatro meses dije que yo no quería trabajar los domingos. Mi contrato no lo ponía y eso significaba no tener ni un día libre, pero ahí empezó todo”, recuerda Enrique. Un nombre falso con el que poder contar su historia.
A partir de ahí, dice, le pusieron a trabajar solo, separado de sus compañeros. Luego llegó la “presión” y los objetivos imposibles. Después, los gritos de “eres tonto” porque no cumplía los objetivos. Cuando inevitablemente llegó el accidente laboral, le acompañaron al centro de salud de Manacor y le dejaron solo, según su relato. “Como dije que el accidente había sido trabajando, me mandaron a la mutua y ahí el jefe se enfadó porque no quieren que digamos que ha sido trabajando”, afirma. A todo eso se sumó el problema de no tener aún la tarjeta sanitaria porque les descuentan del sueldo las horas que tarden en gestionarla.
elDiario.es se ha puesto en contacto con Terracor para corroborar las quejas de los temporeros, pero remiten al comunicado oficial que la semana pasada la empresa difundió tras la publicación del reportaje de elDiario.es. “De momento, no haremos más declaraciones”, señalan a este medio. En la nota, la compañía señala que el grupo siempre ha puesto su empeño “en cumplir con la normativa vigente” y que cuenta con “el aval” de Unió de Pagesos. Asimismo, aseguran que la empresa se ha “sometido y superado” verificaciones de los alojamientos de temporeros por parte de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Sin embargo, no concretan si las instalaciones revisadas fueron las mismas a las que hace referencia el reportaje de elDiario.es. Por su parte, Gili asegura que no es socio de la empresa desde el pasado mes de julio.
“Al último que habló lo mandaron a Colombia”
Pese a que es la primera vez que la denuncia de los temporeros colombianos ha desembocado en una investigación, las quejas internas en Terracor existen desde hace tiempo. Algunas de ellas, también, porque, pese a que su convenio establece que llegan para trabajar en la temporada agrícola, la empresa ha destinado a varios de los trabajadores de temporada como ayudantes de cocina de su restaurante.
La “amenaza” ha sido una de las formas con las que se ha intentado contener el descontento de la plantilla de temporada. “Nos dicen ‘te dejo una semana en la casa' –lo que supondría una semana sin empleo y sueldo en la casa que comparten entre diez personas- y luego te mando de vuelta”, aseguran. El chantaje de devolverlos a su país está a menudo sobre la mesa. Tanto que ya se ha extendido entre los propios compañeros. “Al último que habló lo mandaron pa' Colombia”, advierten a quienes llegan por primera vez.
“Nosotros caímos inocentes, no sabíamos nada de la empresa. Llevan años contratando colombianos, pero a la vuelta nadie cuenta nada por miedo”, explica Ricardo, otro de los temporeros. Lo cierto es que tanto si les despiden como si es uno de ellos quien renuncia, su situación legal se vuelve bastante complicada, ya que el convenio por el que llegan a España liga sus permisos a la empresa para la que trabajan. “De hecho nos aterrorizan diciendo que si no trabajamos durante cuatro años para ellos perderemos el NIE porque fueron ellos los que nos empadronaron”, añaden.
“Unió de Pagesos no avala nada”
Tras la publicación del reportaje de elDiario.es y después de que Terracor asegurase que cuenta “con el aval de Unió de Pagesos” -uno de los dos sindicatos agrícolas que existen en Mallorca-, dado que supervisan “el cumplimiento de todas las normativas”, su coordinador, Joan Gaià, puntualiza que la única labor del sindicato dentro del convenio es la gestión y tramitación de los permisos para la llegada de los temporeros. “Actuamos como una gestoría, nosotros no avalamos nada porque no somos una entidad certificadora”, corrige.
Gaià señala que es necesario que en Balears se abra el debate de la situación de los temporeros, que califica de “drama social”. “Por un lado, porque hace veinte años que vienen y no hemos podido solucionarla. Por otro porque cabría preguntarse cómo puede ser que la agricultura dependa de la mano de obra exterior. Es algo dramático que no seamos capaces de dar trabajo aquí”, señala en referencia a que todos los contratos de temporeros se ofrecen primero al servicio balear de empleo, el SOIB, pero quedan desiertos.
Según el coordinador de Unió de Pagesos, el panorama de los temporeros en Mallorca “no es tan grave” como en Andalucía, ya que la gran mayoría están regularizados y llegan con contrato. “De hecho hay experiencias muy positivas que son las que debemos reivindicar”, subraya. En lo que se refiere a los alojamientos, reconoce que la normativa es “muy laxa”, lo cual puede desembocar en situaciones habitacionales con estándares muy por debajo de lo deseable.
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