De un lado las muertes de civiles se multiplican en Palestina. En el otro lado, un socio ha sufrido el mayor ataque terrorista en décadas de conflicto. En el medio se sitúa la UE, que hace equilibrios para apoyar a Israel mientras las imágenes víctimas inocentes –un gran porcentaje de ellos niños– conmocionan a la opinión pública. El conflicto en Oriente Medio copará buena parte del debate de los líderes de los 27 en la reunión del Consejo Europeo este jueves en el que el punto de partida es alcanzar un acuerdo de mínimos ante la catástrofe humanitaria en la Franja de Gaza. El núcleo de la discusión está en torno a la petición de un cese temporal de las hostilidades para que la ayuda pueda llegar. Hasta hace unos días, varios países, como Alemania o Austria, se oponían incluso a la petición de una “pausa humanitaria”, al igual que Estados Unidos, y ahora la presión va en aumento para que una referencia de ese tipo figure en las conclusiones de la cumbre. Sin embargo, gana fuerza la posibilidad de rebajar el nivel con el concepto “pausas humanitarias”.
Las exigencias a Israel por parte los aliados occidentales se limitan a que cumpla con el derecho internacional, pero ni siquiera ante el asedio a Gaza, que mantiene durante días la franja sin agua, alimentos o combustible, se ha condenado al Gobierno de Benjamín Netanyahu. Los llamamientos se circunscriben a pedir que se proteja a los civiles y, mientras se disparan las cifras de muertos –más de 6.500 gazatíes fallecidos, 2.700 de ellos niños–, en el borrador de las conclusiones del Consejo Europeo no figura ni una palabra de condena a Israel por violación del derecho internacional, según fuentes diplomáticas. El único que, por ahora, lo ha hecho ha sido el alto representante, Josep Borrell.
A medida que el asedio sobre la población civil ha ido en aumento debilitando cada vez más la situación humanitaria, la presión se ha incrementado para mover a las grandes potencias. Tibiamente. El secretario general de la ONU, Antònio Guterres, habló de un alto el fuego, que fue secundado por Pedro Sánchez con la coletilla de que fuera humanitario, es decir, para que el cese de las hostilidades tuviera como objetivo que la ayuda humanitaria pudiera llegar a una Franja de Gaza bloqueada. Esa posibilidad fue desechada por la mayoría de aliados bajo el argumento de que chocaba con el “derecho a la autodefensa” de Israel que propugnan tras el ataque de Hamás.
De ahí el debate ha ido virando hacia la petición de una pausa humanitaria a la que, en principio, varios socios europeos se oponían. “Todos hemos visto que el terrorismo continúa sin parar, que se siguen llevando a cabo ataques masivos con cohetes contra Israel –dijo el lunes la ministra de Exteriores alemana, la verde Annalena Baerbock–. No podemos contener la catástrofe humanitaria si continúa el terrorismo en Gaza. No habrá seguridad ni paz ni para Israel ni para los palestinos si continúa este terrorismo”. La jefa de la diplomacia germana respondía así a una pregunta sobre la pausa humanitaria y reconocía que era necesario una “cuadratura del círculo” para que la ayuda llegara a Gaza. “La cuestión no es sobre un alto el fuego sino cómo hacer llegar la ayuda. Los corredores humanitarios de la ONU son la posicion de Suecia”, dijo el ministro Tobias Billström.
“Hay un consenso básico sobre que una pausa por razones humanitarias sería muy necesaria para que la ayuda humanitaria pueda entrar sin correr riesgos por la acción bélica continuada”, dijo un optimista Borrell al acabar la reunión de los ministros de Exteriores en la que afloraron las divisiones el lunes. “El secretario general de la ONU habló de un alto el fuego, que es ciertamente más que una pausa humanitaria. Una pausa es una pausa, una interrupción de algo que luego continua. Es un objetivo menos ambicioso que un alto el fuego que significa un acuerdo entre las partes. Una pausa puede ser acordada de una manera más rápida”, explicó Borrell. Quienes se oponen a la medida afirman que un alto el fuego o una pausa humanitaria prolongada beneficiaría a Hamás frente al derecho a la autodefensa de Israel.
Ceses breves y específicos
Fuentes de varios países se muestran convencidas de que la petición acabará reflejada en las conclusiones, aunque admiten el “debate semántico” sobre el asunto: el nivel puede rebajarse aún más desde la pausa humanitaria hasta “pausas humanitarias”. Esa es la puerta que ha abierto Alemania al plantear que haya “ventanas humanitarias” para permitir “alcanzar a las personas, a las mujeres y niños inocentes”, según explicó la ministra Baerbock. Y la exigencia que plantea, por ejemplo, Austria. La alusión a una “pausa humanitaria” que figuraba el martes en el borrador de las conclusiones del Consejo Europeo ha virado hacia la petición de “corredores y pausas humanitarias” que permitan la llegada de ayuda ante la “honda preocupación por el deterioro” de la situación, informa la Agencia EFE.
Para entonces, Estados Unidos también se había abierto al concepto “pausas humanitarias”, que es insuficiente para el mundo árabe, que reclama un alto el fuego que Israel no está dispuesto a aceptar, aunque por ahora se retrasa la invasión terrestre. La diferencia en términos prácticos es que el plural supone unos ceses de los ataques más cortos y específicos.
“Las palabras importan siempre que nos permitan conseguir nuestros objetivos”, señalan fuentes comunitarias, que tratan de restar importancia a ese debate y enfatizan la necesidad de que la ayuda llegue y se proteja a los civiles en un momento en el que la ONU ha advertido de que la falta de combustible le hace imposible la asistencia a los hospitales.
Pero lo que planea detrás de esa discusión es el equilibrismo de la UE entre la conmoción por los ataques indiscriminados de Israel sobre la población civil y el apoyo a un socio económicamente poderoso que tiene, además, el respaldo de Estados Unidos. Varios primeros ministros europeos (Alemania, Austria, República Checa y Francia) han viajado a Tel Aviv. Israel ha cargado incluso contra la ONU, a la que ha declarado 'non grata' y ha reclamado la dimisión del secretario general para referirse a la grave situación en palestina y las décadas de “ocupación asfixiante” previas a los ataques de Hamás del 7 de octubre. Guterres sí ha recibido el apoyo países europeos, como Alemania o España.
La máxima ejemplificación del doble rasero de la UE lo ejemplificó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que dio su apoyo incondicional a Israel tras el ataque de Hamás cuando el Gobierno de Netanyahu ya había comenzado los bombardeos indiscriminados sobre la población civil. Durante varios días, la alemana obvió exigir a Israel que cumpliera las reglas básicas del derecho internacional y tuvo que ser reconvenida por los 27, en cuya respuesta sí incluían esa coletilla que ha quedado sobrepasada por las circunstancias.
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