El acceso a los medicamentos para el VIH se ha visto gravemente afectado por la COVID-19. Según una nueva encuesta de la Organización Mundial de la Salud divulgada este lunes, 73 países han advertido de que corren el riesgo de agotar las existencias de medicamentos antirretrovirales, utilizados como tratamiento contra el virus, como consecuencia de la pandemia. De acuerdo con sus cifras, más de 17 millones de sus habitantes están siendo tratados con estos fármacos que pueden controlar el VIH y prevenir la transmisión sexual a otras personas. Para el 41% de los países, este riesgo es medio-alto.
Además, 24 Estados aseguran que cuentan con unas “existencias críticamente bajas” de antirretrovirales, para tres meses o menos. Se estima que, en 2019, 8,3 millones de personas se beneficiaban de los antirretrovirales en estos territorios que actualmente sufren escasez de suministro. De acuerdo con la OMS, esto representa alrededor de un tercio, el 33%, de todas las personas que reciben tratamiento contra el VIH a nivel mundial. Siete de estos países están en África, tres en América, tres en Europa, cinco en la región del Mediterráneo Oriental y seis en el Pacífico Occidental. Un total de 36 naciones indican que han interrumpido la prestación de servicios de estos fármacos.
La imposibilidad de los proveedores de entregar a tiempo los medicamentos, el cierre de los servicios de transporte terrestre y aéreo, así como el acceso limitado a los servicios sanitarios dentro de los países como consecuencia de la pandemia son algunas de las causas citadas por los países a la hora de explicar la interrupción en el suministro.
En mayo, una serie de modelos matemáticos elaborados por especialistas a petición de la OMS y ONUSIDA –el programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida–, estimaron que una interrupción de seis meses en el acceso a los medicamentos antirretrovirales puede provocar que se dupliquen las muertes relacionadas con el sida en África subsahariana solo en 2020.
“A medida que los confinamientos por la COVID-19 entraron en vigor en todo el mundo en marzo de 2020, creció la preocupación por las posibles interrupciones en la adquisición, suministro y cadenas de distribución de medicamentos antirretrovirales y otros productos sanitarios esenciales”, recuerda ONUSIDA en un informe. “Todas las formas de transporte de mercancías se han ralentizado durante la pandemia, y el cierre de las fronteras internacionales (y, en algunos casos, internas) se ha sumado a las demoras. Esto está afectando al abastecimiento de materias primas para medicamentos y a la adquisición y distribución de productos. Además, la concentración de la producción de medicamentos antirretrovirales genéricos en un país (India, que representa aproximadamente el 80% de la producción) hace que la cadena de suministro sea vulnerable a las disminuciones o cierres de la producción”.
Según la encuesta, 38 países han interrumpido las pruebas de detección del VIH, 17 en los servicios para población clave, 12 en el suministro de preservativos y 7 profilaxis pre-exposición (PrEP), tratamiento para prevenir el VIH en aquellas personas con alto riesgo de contagiarse.
Avances en peligro de estancarse
Para Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la agencia de la ONU, las conclusiones de esta encuesta son “profundamente preocupantes”. “Los países y sus socios deben hacer todo lo posible por garantizar que las personas que necesitan tratamiento contra el VIH sigan teniendo acceso a él. No podemos permitir que la pandemia de COVID-19 anule los avances logrados con tanto esfuerzo en la respuesta mundial a esta enfermedad”.
Entre 2010 y 2019, las nuevas infecciones de VIH se redujeron en un 23% –gracias en gran parte a una disminución sustancial en África oriental y meridional– y las muertes relacionadas con el virus bajaron un 39% durante el mismo período de tiempo. La terapia antirretroviral permitió salvar, dicen, millones de vidas. El año pasado, el total de personas que viven con el VIH ascendió a 38 millones.
No obstante, alertan de que los avances se están estancando. En los dos últimos años, el número anual de nuevas infecciones por el VIH se ha estabilizado en 1,7 millones y “solo se ha producido una modesta reducción” de las muertes relacionadas con el VIH, de 730.000 en 2018 a 690.000 en 2019.“ A pesar de los constantes avances en la ampliación de la cobertura del tratamiento –más de 25 millones de personas lo recibieron el año pasado- ”no se alcanzarán los principales objetivos mundiales para 2020“, que consisten en reducir los fallecimientos a menos de 500.000 y las nuevas infecciones a menos de 500.000.
“Los servicios de prevención y pruebas del VIH no están llegando a los grupos que más los necesitan. La mejora de la orientación de los servicios de prevención y pruebas de eficacia probada será fundamental para revitalizar la respuesta mundial al VIH”, agrega la OMS. La COVID-19, insisten, corre el riesgo de exacerbar la situación.
La OMS ha recomendado a los países limitar las interrupciones en el acceso al tratamiento del VIH a través de la “dispensación de varios meses”, una política mediante la cual los medicamentos se recetan por períodos más largos de tiempo, hasta seis meses. Hasta la fecha, 129 países han adoptado esta política, de acuerdo con la agencia de Naciones Unidas.
Según indican, varios países están mitigando el impacto de las interrupciones tratando de mantener los vuelos y las cadenas de suministro, “involucrando a las comunidades en la entrega de medicamentos contra el VIH y trabajando con los fabricantes para superar los desafíos logísticos”.