Periodistas iraníes de medios públicos dimiten por la cobertura del avión siniestrado: “Nunca volveré a la televisión, perdóneme”
Al menos dos presentadoras que trabajan para la corporación estatal iraní de radio y televisión (IRIB, por sus siglas en inglés) han anunciado que renuncian a sus puestos de trabajo, y una tercera ha dicho que abandonó su empleo hace un tiempo tras haber mentido en nombre del Estado durante 13 años, según sus propias palabras.
La postura de estas profesionales se enmarca en una crisis de confianza con el régimen iraní tras los primeros intentos del Estado de negar que el avión ucraniano siniestrado el pasado miércoles hubiera sido derribado erróneamente por miembros de la fuerza de defensa aérea de de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC). Tras dos jornadas negándolo, el presidente Hasan Rohaní reconoció el viernes el derribo “involuntario” y prometió juzgar a los responsables, lo que no ha impedido un fin de semana de manifestaciones.
Gelare Jabbari se ha disculpado en un post de Instagram: “Fue muy difícil creer que a nuestros compatriotas les habían matado. Perdónenme por haberme enterado tan tarde. Les pido disculpas por mentirles en televisión durante 13 años”, ha dicho la presentadora a sus telespectadores. La publicación ya ha sido retirada de la red social.
La presentadora Zahra Khatami ha renunciado a su puesto en IRIB con las siguientes palabras, recogidas por The Guardian: “Gracias por aceptarme como presentadora hasta hoy. Nunca volveré a la televisión. Perdóneme”. Su compañera de programa, Saba Rad, ha publicado en Instagram: “Gracias por vuestro apoyo en todos los años de mi carrera. Anuncio que después de 21 años trabajando en la radio y la televisión, no puedo continuar mi trabajo en los medios de comunicación. No puedo”.
Pérdida de credibilidad del régimen y los medios
La crisis está llevando incluso a algunas de las agencias de noticias más ligadas al régimen a informar sobre las protestas civiles, o al menos a empezar a abordar las acusaciones sobre un posible encubrimiento estatal. La Asociación de Periodistas Iraníes, con sede en Teherán, ha dicho en un comunicado que que el país está siendo testigo de “un funeral por la confianza pública” que daña la ya débil reputación de los medios oficiales de Irán.
“Los empleados de la televisión estatal de la República Islámica del Irán reconocen que su credibilidad se ha perdido. No son conscientes de que la credibilidad de estos medios y de la mayoría de los medios nacionales se desvaneció hace mucho tiempo”, han criticado. “Este incidente demuestra que la gente no puede confiar en los datos oficiales y los periodistas deben tratar de llenar este vacío en la medida de lo posible”.
Las críticas y renuncias de periodistas llegan después de un fin de semana en el que cientos de personas salieron a las calles Teherán para protestar por la actuación del Gobierno. Vídeos que circulan en redes sociales y testimonios de testigos a medios como The Guardian apuntan a que las fuerzas de seguridad dispararon presuntamente munición real y gases lacrimógenos contra las personas que desafiaron la fuerte presencia policial para marchar en la Plaza Azadi, en el centro de la capital iraní.
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