El presidente palestino, Mahmud Abás, ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que ponga fin a la ofensiva militar sobre Gaza. Abás ha calificado de “genocidio” lo que está ocurriendo porque es la población civil la que está sufriendo las represalias militares, y no sólo las milicias islamistas de Hamás. “Es un genocidio”, ha dicho Abás. “La muerte de familias enteras es un genocidio por Israel contra el pueblo palestino. Lo que está sucediendo es una guerra contra todos los palestinos, y contra las facciones (islamistas)”.
El último balance de víctimas realizada por el Ministerio de Sanidad de Gaza indica que ya son 76 los muertos en los ataques israelíes, entre los que incluye a 15 niños y adolescentes y ocho mujeres. El número de heridos supera los 450.
Siete civiles palestinos -tres mujeres y 4 menores- murieron en los ataques registrados en la madrugada del jueves al impactar tres misiles israelíes en sus casas en la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza. En esta noche Israel bombardeó en una ofensiva conjunta que se desarrolla por aire y mar 108 blancos en la Franja, con los que suman ya 750 los objetivos alcanzados, según un comunicado del Ejército israelí.
Los bombardeos israelíes fueron constantes el miércoles con sucesivas explosiones que afectaron a distintos puntos de Gaza cada pocos minutos. La Fuerza Aérea ha recibido permiso del Gobierno para atacar cualquier objetivo que sea necesario. Fuentes militares citadas por The Jerusalem Post alardean de que “en las últimas 36 horas hemos destruido más que lo que destruimos en toda la Operación Pilar Defensivo” de 2012.
Las milicias palestinas responde con sucesivas andanadas de cohetes. Son capaces de llegar mucho más lejos que en 2012 y han conseguido que hayan sonado las alarmas antiaéreas en ciudades muy alejadas de Gaza, incluida Jerusalén, y que muchos habitantes se hayan apresurado a esconderse en los refugios. Hasta ahora, aunque han causado daños materiales, ningún israelí ha resultado muerto o herido en esos ataques.
El Ejército cifra en unos 360 los cohetes de distinto alcance disparados desde el territorio palestino contra Israel, de los cuales 255 impactaron sobre el terreno y aproximadamente 67 fueron interceptados por las baterías antimisiles del sistema “Cúpula de Hierro”. Cada misil de interceptación cuesta unos 95.000 dólares. Todo el sistema está en parte subvencionado por la Administración norteamericana. No todos los cohetes son detenidos, ya que el sistema no actúa cuando la proyección de su trayectoria indica que caerán en zonas deshabitadas.
Varios dirigentes de Hamás han muerto en ataques dirigidos contra sus viviendas, y con ellos también algunos de sus familiares. En Beit Hanun, en el norte de Gaza, un misil eliminó a un dirigente del grupo islamista Yihad Islámica llamado Hafez Hamad. Con él fallecieron cinco de su familiares, entre ellos una mujer y dos niños.
“Aquí llega un F-16, mata a niños y civiles y el mundo entero se queda sentado mirando”, dijo a AFP un vecino de Beit Hanun, Yaser Abu Awda, que también perdió su casa en el ataque.
“No tengo nada clara esa historia de los ataques a radicales”, ha dicho Fikr Shalltoot, director de programas de la ONG Ayuda Médica a los Palestinos, a The Guardian. “Lo que he visto es que están matando a niños. Tenemos una lista de los muertos, y siete de los 25 (muertos conocidos en el momento de la entrevista) tienen menos de 16 años. Cuarenta casas han sido atacadas desde ayer. Cuando bombardean esas casas y las familias están dentro, incluso si hay un radical dentro, desde luego hay muchos civiles que también son alcanzados en esos ataques”.
“No hay aún mediación”
En la ofensiva israelí, el Gobierno egipcio de Morsi jugó un papel fundamental para lograr un alto el fuego entre el Gobierno de Binyamín Netanyahu y Hamás. Pero los Hermanos Musulmanes ya no están en el poder en El Cairo, y el nuevo presidente, elexgeneral Sisi, no ha escondido su desprecio por los islamistas, sean egipcios o palestinos. Las relaciones de El Cairo y Hamás no son ahora muy buenas, lo que no impedirá que los egipcios rechacen el uso de la fuerza por Israel.
Eso no impide que se vuelva a confiar en la capacidad de Egipto para ponerse al frente de una mediación. De momento, sólo se trata de una esperanza. “No hay aún mediación, en el sentido formal del término”, ha dicho el portavoz del Ministerio de Exteriores, que sí ha dicho que existen contactos para “detener la agresión israelí”.
Israel no ha dado ninguna indicación de que la operación esté cerca de su final. El Gobierno ha autorizado el llamamiento a filas de 40.000 reservistas. De momento, el Ejército ha llevado a efecto la convocatoria con 15.000 de ellos. La posibilidad de una ofensiva terrestre sigue estando abierta. “La operación se ampliará y continuará hasta que se detenga el fuego de los cohetes contra nuestras ciudades y vuelva la tranquilidad”, ha advertido Netanyahu.
Ataque por mar
En la noche del martes, cinco miembros de las brigadas Azedim al Kasem murieron en una escaramuza con fuerzas israelíes cuando intentaban penetrar en territorio de Israel a través del mar. El Ejército difundió horas después estas imágenes en las que se puede apreciar que los militares estaban esperando al comando, que fue eliminado con disparos de mortero.