ENTREVISTA

Alexander Stubb, exprimer ministro de Finlandia: “La reacción de Rusia ante nuestra entrada en la OTAN ha sido bastante moderada”

17 de mayo de 2022 23:01 h

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Alexander Stubb, de 54 años, es director y profesor de la Escuela de Gobernanza Transnacional en el Instituto Universitario Europeo de Florencia, académico europeísta y durante dos décadas uno de los políticos finlandeses más visibles en Europa. Entre 2004 y 2017 fue primer ministro, ministro de Economía, de Exteriores, de Comercio y de Asuntos Europeos, eurodiputado y diputado. En 2018 aspiró a ser el candidato del Partido Popular Europeo para presidir la Comisión. También fue durante años una de las voces minoritarias que defendían la entrada de su país en la OTAN. Este martes el Parlamento finlandés apoyó la petición de adhesión a la Alianza por 188 votos frente a ocho, unas horas antes de presentarla junto a Suecia de manera formal en Bruselas

¿Le ha sorprendido la velocidad con la que se ha tomado la decisión?

Supongo que la respuesta es sí y no. Sí, en el sentido de que he sido un defensor de la membresía durante 30 años y en algún momento perdí la esperanza, especialmente después de la guerra en Georgia en 2008, cuando abogué por relanzar el debate y hubo una reacción negativa. Pero no, en el sentido de que cuando Putin atacó a Ucrania sentí que la opinión en Finlandia cambiaría de inmediato. Y cuando digo en Finlandia, me refiero a la sociedad, porque antes de la guerra había en las encuestas un 50% en contra y un 25% a favor. Tres días después de la guerra, era un 50% a favor y un 20% en contra. Y en la última encuesta es un 76% a favor y un 13% en contra. Y ahora que la decisión ha sido tomada por el presidente, el Gobierno y el Parlamento, pasaremos del 80% a favor. Creo que la decisión de que Finlandia sea miembro de la OTAN se tomó de facto a las 5:00 de la mañana del 24 de febrero, cuando Putin atacó Ucrania. Y este fue en gran medida un proceso liderado por la sociedad en general. Y luego las élites políticas se adaptaron. Pero la élite política hizo un muy buen trabajo durante todo el proceso.

¿De alguna manera fue más fácil porque los socialdemócratas están en el poder?

No, para nada. Ese puede haber sido el caso en Suecia, pero no en Finlandia, porque en Finlandia la política de seguridad exterior está bastante consensuada. Y creo que todos entendieron desde el principio que el cambio se iba a producir. El tren salió de la estación el 24 de febrero, era solo una cuestión de cómo lo llevas a la sede en Bruselas en el menor tiempo posible. Hacerlo en menos de tres meses es un muy buen logro del Gobierno y del presidente. Así que creo que lo han hecho muy bien.

Suecia sí era más reacia...

Sí. La razón es que la política de seguridad finlandesa siempre se ha basado en la necesidad y la realpolitik, mientras que en la política de seguridad sueca a menudo la neutralidad ha sido una cuestión ideológica, y por lo tanto, especialmente para los socialdemócratas en Suecia, cambiar la posición sobre la membresía de la OTAN ha sido un poco como cambiar de religión. Y no me refiero a como si un católico se convierte en protestante: es como si un cristiano se convierte en musulmán, o como si un ateo se convierte en cristiano. Fue un gran movimiento para Suecia. Si tuviera que poner esto en una línea de tiempo, en una secuencia, lo pondría así: número uno, Putin ataca a Ucrania; número dos, la opinión pública finlandesa cambia; número tres, la opinión pública sueca cambia; número cuatro, la posición de la élite política finlandesa cambia; número cinco, la posición de la élite política sueca cambia. Y luego, número seis, Finlandia y Suecia hacemos una declaración de intenciones conjunta para ir a la OTAN. 

¿Cree que ha habido una idea errónea sobre la neutralidad de Finlandia y el uso de esta palabra?

En los medios internacionales, sí. Porque durante la Guerra Fría éramos neutrales por necesidad, no por nuestra propia voluntad. Cuando terminó la Guerra Fría, inmediatamente abandonamos la doctrina de la neutralidad, de neutralidad en el sentido de la de Irlanda, Suiza o Austria. Así que no éramos neutrales. Simplemente no pertenecíamos a una alianza militar. Así que en ese sentido, hubo un concepto erróneo durante muchos años. Y no creo que puedas ser realmente neutral en la Unión Europea, especialmente si cumples el Artículo 42.7 sobre la solidaridad (el artículo del Tratado de la UE que obliga a la defensa mutua en caso de ataque).

¿Le preocupa que a largo plazo, más allá de la guerra en Ucrania, pueda ser más difícil para Finlandia o Suecia tener buenas relaciones con Rusia o con una futura Rusia?

No, en realidad no. Ahora estamos avanzando hacia un mundo que se divide en dos. A un lado de la nueva Cortina de Hierro, tienes una Rusia revisionista, autoritaria y agresiva. Al otro lado, tienes aproximadamente 40 democracias europeas que tienen diferentes tipos de vínculos. Y a largo plazo, por supuesto, queremos que Rusia regrese a la familia de estados internacionales. Pero por el momento, no es posible. Y esa es simplemente una realidad con la que tenemos que vivir.

¿Pero no sería útil en ese escenario tener a Finlandia fuera de la OTAN para dialogar con Rusia?

En absoluto. Eso sería una locura. Quiero decir que tenemos uno de los ejércitos más grandes de Europa con 900.000 reservistas, de los cuales podemos movilizar a 280.000 en tiempos de guerra. Tenemos 62 F-18. Acabamos de comprar 64 F-35. Tenemos una de las artillerías más fuertes y sistemas de defensa antimisiles aire a tierra y tierra a aire. Así que somos un activo para la OTAN, y la OTAN es un activo para nosotros. Así que no creo para nada que debamos estar fuera de la OTAN. Estoy muy contento de que entremos. Es mucho más seguro.

El mensaje de Rusia ha ido cambiando en las últimas horas, ahora que Putin parece quitarle importancia diciendo que la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN no es una amenaza y su ministro de Exteriores dice que no supone "diferencia".

Sí, creo que la reacción de Rusia en realidad ha sido bastante, bastante moderada. Esperábamos que hubiera una reacción más fuerte. Y por reacción me refiero a cibernética, híbrida o de información. Así que, hasta ahora, todo bien. Y no espero que esto suponga una escalada importante. Así que estoy bastante relajado con la situación.

¿Habrá más despliegue de tropas en la región? 

A Rusia no le quedan muchas tropas. Y sus tropas siempre han estado ahí. Medvedev dijo recientemente que iban a desplegar armas nucleares en la región del Mar Báltico. Pero ya están en Kaliningrado. Así que no hay nada realmente súper nuevo en eso. Y en ese sentido, no estamos demasiado preocupados.

El mensaje de Putin ¿podría ser una señal de desescalada o es leer demasiado?

Siempre es leer demasiado. Creo que los medios internacionales necesitan entender a Rusia. Los medios internacionales siempre ven escaladas. Lo pondré en los términos del piloto de Fórmula Uno Kimi Räikkönen: “Sé lo que estoy haciendo”.

¿Es posible que Erdogan bloquee la adhesión? 

No lo creo. Tenemos que entender que hay diferentes tipos de problemas políticos internos que deben abordarse en los países. Y recuerde que Finlandia realmente apoyó la membresía turca en la UE. Así que estoy seguro de que al final también habrá un buen apoyo de Turquía.

¿Trató de promover la membresía de la OTAN cuando estaba en el Gobierno? 

Sí, di un discurso llamado 080808 por la invasión de Georgia. Después de haber mediado por la paz en Georgia, pedí retomar el debate de la OTAN. Entonces, sí, lo intenté, pero no lo conseguí. Estaba en minoría.

¿Y cómo fue el trato con Putin cuando estaba en el Gobierno?

Estuve con él algunas veces, pero siempre fui parte de la delegación, sobre todo cuando era ministro. Putin siempre estaba muy bien preparado. Él es bastante analítico, bastante racional, bastante astuto y bastante frío. 

¿Hay algo que Macron o Scholz, los que han intentado negociar con él, se estén perdiendo?

Lo único que Putin entiende es el poder. Y hay un dicho ruso que supuestamente pronunció Lenin de que si tienes una bayoneta clávala en la tierra y si está blando, empuja y sigue adelante; si está duro, retírala. Y la conclusión es que Putin solo entiende el poder. La única razón por la que atacó a Ucrania fue porque pensó que podía hacer lo mismo que hizo en Georgia y en Crimea. Y, obviamente, se equivocó.

¿Qué salida ve para esta guerra?

No sé de una salida para esta guerra. Yo he sido mediador para la paz. Pero creo que las apuestas son demasiado grandes. Así que este conflicto no terminará a través de la negociación de paz. Terminará a través de la guerra. Con uno u otro lado ganando o al menos declarando victoria. Así que no lo sé. No tengo respuesta, me temo.

¿Esto va a ser una nueva Guerra Fría, con una OTAN más grande y más armada y una Rusia aislada y tal vez impredecible con o sin Putin? 

Sí. Europa dividida en dos. Por un lado, tienes una Rusia aislada, que es autoritaria, revisionista, imperialista y agresiva. Y por otro lado, los 40 estados europeos, que van desde Georgia, Ucrania, Moldavia hasta las Islas Británicas. Y tenemos que encontrar una forma de cooperar todos nosotros, porque las dos instituciones que tenemos están hechas, la Unión Europea y la OTAN. Hay algunos miembros de ambas, algunos que no son miembros de ninguna, algunos que quieren unirse a una u otra y algunos que quieren quedarse fuera. Así que tenemos que encontrar una manera de cooperar todos.