Ursula von der Leyen ha logrado la cuadratura del círculo. El Parlamento Europeo la ha ratificado como presidenta de la Comisión Europea para un segundo mandato. Tras semanas de negociación a varias bandas con populares, socialistas, liberales y verdes, la candidata del Partido Popular Europeo que fue designada por los líderes de la UE a finales de junio ha recibido el visto bueno de la Eurocámara con 401 votos a favor (cuarenta más de los 361 que necesitaba). En una votación secreta con la participación de 707 eurodiputados, 284 se han opuesto y 15 se han abstenido.
La gran novedad en esta ocasión es que Von der Leyen ha seducido a la dirección de Los Verdes, que ha pedido a sus 53 eurodiputados que votaran a favor, aunque contaban con que no hubiera una disciplina total. Los gestos de la alemana, que mantiene la agenda verde en sus prioridades políticas enfocado a una política industrial 'limpia' y que ha hecho algunos guiños en materia de política social, han servido a la cúpula del grupo ecologista para justificar la decisión. Se ha desmarcado del grupo de los verdes el eurodiputado de Comuns, Jaume Asens, que votó en contra.
Los Verdes han cambiado, por tanto, la estrategia respecto a hace cinco años al apostar ahora por integrarse en la mayoría con lo que pretenden incrementar su influencia en la política europea tras haber perdido una veintena de escaños en las elecciones de junio. En esta ocasión han negociado con Von der Leyen bajo la premisa de que sumarles a la ecuación es la única forma de que haya una “legislatura estable” ante el auge de la extrema derecha y la presión dentro de las filas del Partido Popular Europeo para mirar hacia esos grupos en detrimento de las fuerzas que tienen a su izquierda.
“No podemos retroceder en el Pacto Verde. Necesitamos una legislación de adaptación al clima para ser más resilientes. El Pacto Verde es la supervivencia humana en el planeta”, ha alertado en el debate la copresidenta de Los Verdes, Terry Reintke, que ha dicho que en las negociaciones han alcanzado “soluciones de compromiso” y ha defendido una mayoría de fuerzas proeuropeas. “Tenemos que mantener a la extrema derecha lejos del poder para que no tenga influencia”, ha aseverado Reintke, que tras la votación ha sido una de las primeras dirigentes en saludar afectuosamente a Von der Leyen. Los eurodiputados de ERC y Compromís, Diana Riba y Vicent Marzá, que forman parte de la Alianza Libre Europea que se integra en ese grupo, han votado en contra.
Los equilibrios Von der Leyen
La dificultad de Von der Leyen radicaba en que la mayoría de las tres fuerzas que la sostenían había menguado ligeramente y ya hace cinco años tuvo dificultades para salir elegida. Lo hizo por tan solo nueve votos más de los que necesitaba y gracias al apoyo de algunas delegaciones de la extrema derecha, como los ultranacionalistas polacos de Ley y Justicia, con los que ha habido una ruptura total esta legislatura por la deriva autoritaria del Gobierno en Polonia.
La suma de los cuatro grupos que formalmente han apoyado a Von der Leyen es 454, por lo que ha habido fugas teniendo en cuenta, además, que algunas delegaciones del grupo de Reformistas y Conservadores (ECR), como los checos o los flamencos belgas, habían deslizado su apoyo. Tanto en las familias que forman la coalición como en el equipo de la alemana eran conscientes de que habría brechas, que calculaban fueran de un 10% del total.
De ahí que Von der Leyen haya buscado ampliar los apoyos por la izquierda y también por su derecha. La alemana ha puesto más énfasis en Los Verdes, que se abrieron claramente a respaldarla, a pesar de las reticencias que genera en el Partido Popular Europeo, donde un sector prefiería buscar la alianza con el grupo de los Conservadores y Reformistas (ECR) del que forman parte los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni. La presidenta de la Comisión Europea mantuvo una reunión el martes con el grupo mientras que ha aplicado el cordón sanitario a las otras dos fuerzas ultras de la Eurocámara y ha buscado el respaldo de delegaciones nacionales, como el partido de Meloni, a la que también ha hecho algunos gestos, como el mensaje de la reducción de la burocracia, que le llevará a crear una vicepresidencia de Aplicación, Simplificación y Relaciones Interinstitucionales.
El 'no' de Meloni
A pesar de esos guiños, el partido de Meloni asegura que ha votado 'no'. Durante el debate, el portavoz de ECR, Nicola Procaccini, había recordado que las delegaciones del grupo votarían en función de sus intereses nacionales. “No tenemos nada personal contra usted. En su mandato ha tenido que aceptar lo que quería la izquierda porque el Consejo, la Comisión de hace cinco años eran rehenes de una mayorías de izquierdas, pero hoy ya no es el caso”, le ha dicho.
“Hemos trabajado duro para unir a una mayoría en el centro. El resultado habla por sí sólo: era el enfoque correcto”, ha respondido en la rueda de prensa tras ser reelegida a la pregunta de si, en vista del resultado, la mano tendida a Meloni durante la campaña fue la estrategia correcta.
Von der Leyen ha hecho equilibrios hasta el final para no enfadar a los suyos y lograr retener a los progresistas tanto en su discurso como en la presentación de las prioridades políticas que marcarán la agenda de la Comisión Europea para los próximos cinco años. Por un lado, mantiene el Pacto Verde Europeo frente a la derecha que empujaba por echar el freno y ha hecho guiños a los socialistas en materia como la vivienda. Por otro lado, pone el énfasis en la 'Europa fortaleza' del control de las fronteras vinculando incluso el fenómeno migratorio con la seguridad y refuerza todo lo que tiene que ver con la política de defensa, incluyendo a un comisario específico para esa cartera.
El portavoz del PPE, Manfred Weber, ha defendido sin entusiasmo a la candidata a la reelección, aunque ha asegurado que es la “elección correcta”. El jefe de los populares, que en la anterior legislatura no ocultó su enfrentamiento con su correligionaria, a la que acusa de haber dejado al margen la agenda de su partido para cumplir con exigencias de socialistas, liberales e incluso verdes, ha colocado en el mismo saco a los ultraderechistas a los que mantiene el cordón sanitario, Marine Le Pen o Viktor Orbán, con el líder de la Francia Insumisa Jean Luc Mélenchon, a los que ha acusado de “dividir a la gente”.
“Nuestro apoyo a su presidencia estará condicionado a la obligación de ofrecer un proyecto de Europa que acabe con las desigualdades”, ha advertido la socialista Iratxe García, que celebra que Von der Leyen haya recogido sus demandas en materia de vivienda. La dirigente del PSOE ha reclamado a la alemana que se “enfrente” a las fuerzas ultras: “Debe saber cuál es el lado correcto de la historia”.
La coportavoz de La Izquierda, Manon Aubry, ha ratificado el voto en contra de su grupo a Von der Leyen, a quien ha pedido que “salga de su torre de marfil y se enfrente a la realidad”. “Nos negaremos a participar en la farsa de su mortífera gran coalición”, le ha dicho a la presidenta de la Comisión Europea, que le ha reprochado las políticas de “austeridad”. “Esta es una gran coalición de guerra y de recortes y también cómplice con el Estado genocida de Israel”, ha dicho al acabar el pleno la eurodiputada de Podemos Irene Montero.