Argentina ha anunciado este jueves la firma de un acuerdo “stand by” a tres años con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 50.000 millones de dólares, a los que se sumarán 5.650 millones aportados por otros organismos, para bajar la inflación, lograr equilibrio fiscal y evitar una crisis.
“Lo que hemos logrado con el apoyo de la comunidad internacional es evitar una crisis y poder continuar con el proceso de crecimiento”, aseguró en rueda de prensa en Buenos Aires el ministro de Hacienda argentino, Nicolás Dujovne, después de que el FMI anunciara en Washington el cierre del acuerdo.
Los fondos estarán disponibles desde el 20 de junio y se prevé que de forma inmediata se concrete el primer desembolso, por unos 15.000 millones de dólares, que se aplicarán a reforzar las partidas presupuestarias y las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
El Gobierno argentino había solicitado negociar un acuerdo con el FMI el pasado 8 de mayo, en medio de fuertes turbulencias financieras que hicieron que el peso argentino se depreciara casi un 25% con relación al dólar en el último mes. En esa puja con el mercado, el BCRA perdió 6.500 millones de dólares de reservas monetarias, que este jueves cerraron en 49.846 millones de dólares.
Según el Gobierno de Mauricio Macri, el plan económico que se aplicará durante los 36 meses de vigencia del acuerdo es “consistente y sostenible económica, social y políticamente” y buscará una “convergencia más rápida” al equilibrio fiscal y reducir la inflación.
El programa establece metas fiscales más ambiciosas: un déficit primario del 2,7% del PBI este año y del 1,3% en 2019, así como equilibrio primario en 2020 para pasar a un superávit del 0,5% en 2021. Esto supondrá que en el período 2018-2021 Argentina deberá reducir su déficit en 19.300 millones de dólares, un ajuste que Dujovne no precisó cómo se concretará.
Destacó que el acuerdo contiene por primera vez en la historia en un programa con el FMI una salvaguarda que permite incrementar el gasto social si el Gobierno argentino lo considerara necesario. El plan también incluye metas de inflación, con las cuales se guiará el Banco Central dentro de un régimen de tipo de cambio flotante: 17% para 2019, 13% para 2020 y 9% para 2021.
Para fortalecer la situación patrimonial del Banco Central, este dejará de financiar al Tesoro y, además, el Gobierno enviará al Parlamento un proyecto de reforma de la Carta Orgánica del BCRA para reforzar su autonomía. “De este programa emerge un Banco Central más fuerte, que nos hace estar muy confiados”, afirmó en la rueda de prensa el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger.
Argentina deberá devolver cada uno de los desembolsos de este préstamo en ocho cuotas trimestrales, con tres años de gracia y con tasas de interés variables -que van del 1,96% al 4,96%-. Además del pacto con el FMI, Argentina anunció que acordó con otros organismos multilaterales financiación adicional por 5.650 millones de dólares.
Los fondos serán aportados por el Banco Interamericano de Desarrollo (2.500 millones), el Banco Mundial (1.750 millones) y CAF-Banco de Desarrollo de América Latina (1.400 millones) y serán desembolsados durante los próximos 12 meses. Dujovne dijo que Argentina debe “entender” que la solución a los problemas del país “depende de los argentinos y que no hay magia”.
“El FMI nos puede ayudar, pero que resolvamos nuestros problemas depende de nosotros”, dijo el ministro sobre los alcances del acuerdo, ante el que el kirchnerismo opositor ya expresó su “preocupación” y pidió que sea tratado en el Parlamento.
La directora del FMI, Christine Lagarde, hizo énfasis tras el anuncio del acuerdo en la necesidad de “acelerar el ritmo de reducción del déficit del Gobierno federal” y respaldó las medidas para reducir una inflación que “carcome los cimientos de la prosperidad económica de Argentina”.
Con la devaluación presionando al alza a la ya elevada inflación en Argentina, el BCRA optó en mayo por subir la tasa de referencia de política monetaria hasta el 40%.
La devaluación y la subida de los tipos de interés movieron a los consultores privados a revisar a la bajada las proyecciones de crecimiento de la economía argentina para este año, llevándola de un promedio del 2,5% a un 1,3%, según el último informe de Expectativas de Mercado difundido por el Banco Central. Según ese mismo sondeo de expectativas entre consultores privados, la previsión de inflación para 2018 pasó de un 22% en abril a un 27,1% en mayo, como consecuencia de las turbulencias registradas en el último mes.