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La Asamblea de la ONU da más derechos a Palestina y pide que sea admitida como Estado miembro

El embajador de Palestina en Naciones Unidas Riyad Mansour habla en la Asamblea de las Naciones Unidas. Nueva York, 10 de mayo de 2024

Antònia Crespí Ferrer

Washington —
10 de mayo de 2024 17:31 h

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La Asamblea General de la ONU ha respaldado este viernes el intento de Palestina de convertirse en un Estado miembro de pleno derecho de Naciones Unidas, reconociendo que cumple los requisitos para su admisión y devolviendo la solicitud al Consejo de Seguridad, encargado de la cuestión, para que “reconsidere el asunto favorablemente” después de que el pasado abril EEUU frustrara en solitario la entrada de Palestina con su derecho a veto.

La Asamblea General no puede conceder a Palestina la membresía en la ONU, ya que esto requiere una recomendación del Consejo de Seguridad, pero la votación sirve para calibrar cuántos países apoyan su derecho a convertirse en Estado miembro de pleno derecho. Y el respaldo a la resolución ha sido abrumador: 143 votos a favor –España entre ellos–, 25 abstenciones y nueve votos en contra, entre ellos los de Estados Unidos, Israel y Argentina, así como República Checa y Hungría.

Además de expresar la opinión del órgano, la resolución adoptada sí otorga a los palestinos algunos derechos de participación y privilegios adicionales que mejoran su estatus de observador dentro del organismo mundial a partir del próximo septiembre, como un asiento entre los miembros en la Asamblea, aunque no se le concederá voto en la misma.

Así, la aprobación de este documento no solo es una herramienta de presión para el Consejo, sino que también supone una mejora efectiva del estatus de observador de Palestina dentro de la ONU –rol que tiene desde el 2012–. El texto que se ha votado este viernes incluye un anexo con cambios significativos, que se prevén a partir del inicio del nuevo período de sesiones el 10 de septiembre, entre ellos el derecho a presentar propuestas y enmiendas e introducirlas, incluso en nombre de un grupo; y el derecho a presentar mociones de procedimiento, como plantear cuestiones de orden del día y solicitar que se someta a votación una propuesta, incluido el derecho a impugnar la decisión de la presidencia.

Ahora bien, Palestina seguirá sin tener derecho a votar en la Asamblea General y a presentar su candidatura para los organismos de la ONU como como el Consejo de Seguridad o el Consejo Económico y Social (ECOSOC).

El embajador israelí saca una trituradora

Minutos antes de proceder a la votación, Riyad Mansour, el observador permanente de Palestina, había pedido a todos los miembros de la Asamblea que decidan “estar del lado de la paz”, lo cual “exige el reconocimiento de nuestros derechos”. “Pueden quedarse al margen de la historia, o peor, obstaculizar el camino hacia delante”, ha dicho Mansour desde el atril. El representante palestino también ha afirmado que Israel y “sus conspiradores” (en una clara referencia a Estados Unidos) “continúan, 76 años después de la Nakba, intentando terminar el trabajo”. “La guerra de Israel es una guerra contra el pueblo de Palestina”, ha afirmado.

A continuación, siguiendo con el discurso incendiario que ya ha utilizado en otras sesiones, el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, ha acusado a la Asamblea de “promover el establecimiento de un Estado terrorista palestino liderado por el Hitler del siglo XXI”. El argumento de Erdan para oponerse a la votación de la resolución ha consistido en asegurar que se concederán “privilegios y derechos al futuro Estado terrorista de Hamás” y que se abrirán las puertas de la ONU para los “nazis contemporáneos” y “yihadistas genocidas”.

Mientras hablaba en el podio de la Asamblea General, Erdan ha levantado la foto del líder militar de Hamás, Yahya Sinwar, con la palabra “presidente”. Después, en señal de protesta contra una futura admisión de Palestina, ha sacado una minitrituradora con la que ha destruido páginas de un ejemplar de la Carta de Naciones Unidas, diciendo, airadamente: “Estáis destrozando la Carta de Naciones Unidas con vuestras propias manos”. “Qué vergüenza”, ha concluido.

La votación de este viernes sigue a la que se celebró el mes pasado en el Consejo de Seguridad, en la que el borrador presentado por Argelia para la admisión de Palestina obtuvo el apoyo de 12 miembros de 15. Solo dos se abstuvieron, Reino Unido y Suiza. Pero el veto de Washington dejó sin efecto el amplio apoyo que había recibido el texto.

Una vez votada la resolución este viernes, ahora, toda la cuestión del estatus de Palestina volverá al Consejo de Seguridad, donde lo más probable es que cualquier intento para lograr la membresía plena sea nuevamente bloqueado por Estados Unidos. En el proceso ordinario para admitir un nuevo Estado miembro en la ONU primero se debe obtener la recomendación del Consejo de Seguridad para que después se vote en la Asamblea General. Concretamente, es necesario que este obtenga el apoyo de dos tercios.

Este viernes, Robert Wood, el embajador adjunto de Estados Unidos ante la ONU, ha justificado su voto en contra del texto asegurando que “esta resolución de la Asamblea General no es ninguna excepción”. Woods ha defendido que su país busca “la paz en la región” pero que “solo” puede lograrse a través de la solución de los dos Estados. “Nuestra votación no refleja nuestra oposición a la estatalidad palestina, hemos dejado muy claro que estamos a favor y que pretendemos promoverla de forma significativa. Lo que hacemos es reconocer que la estatalidad llegará solo saliendo de un proceso que suponga negociaciones directas entre las partes”, ha sostenido Woods enrocándose en el mismo argumento que ya utilizó para vetar la admisión de Palestina en la votación del Consejo de Seguridad.

“No hay ningún otro camino”, ha insistido, tras lo que ha avisado de que si el Consejo recibe una solicitud de ingreso similar a la del abril, “va a llegar, probablemente, a la misma situación”. Es decir, la propuesta acabará siendo vetada. Justo cuando el representante norteamericano pronunciaba estas palabras, la cámara de la Asamblea ha enfocado al embajador israelí, quien se había levantado de su asiento y estaba recogiendo sus pertenencias.

Ante el empeoramiento de la situación humanitaria de Gaza, con Israel cercando a más de un millón de palestinos que se refugian en Rafah, en el extremo sur del enclave palestino, y amenazando con una invasión sobre este territorio, la Asamblea ha retomado la décima sesión especial de emergencia (ESS) sobre la crisis en el territorio palestino para someter a votación la resolución y presionar el Consejo. 

Al inicio de la sesión, el presidente, el presidente del órgano, Dennis Francis, ha recordado que la “paz para todos” es el propósito de la ONU. “Insto a las partes en este conflicto de inmediato, y con el apoyo de quiénes puedan influir en ella, a hacer lo imposible, para lograr un acuerdo que permita fijar un alto el fuego que ponga fin a este sufrimiento y que acabe con esta sangría y que libere todos los rehenes”, ha dicho Francis, no solo refiriéndose a Israel, sino también a EEUU, quién siempre ha actuado en favor de su socio. Desde que empezó el conflicto, Washington no solo ha frustrado en el Consejo la admisión de Palestina como miembro de pleno derecho, sino que también ha vetado hasta en tres ocasiones la petición de un alto el fuego –hasta que se abstuvo a finales de marzo–. 

“Estados Unidos está resignado a tener otro mal día en la ONU”, ha dicho Richard Gowan, experto en Naciones Unidas del International Crisis Group, al New York Times, tras la adopción de la resolución este viernes.

La última vez que se celebró una sesión en el marco de la sesión especial de emergencia fue el 12 de diciembre de 2023, también con motivo de un empeoramiento de la situación en Gaza después del comienzo de la ofensiva israelí el 7 de octubre tras los atentados de Hamas. En esa reunión, la Asamblea exigió un alto el fuego humanitario inmediato, así como la liberación inmediata de los rehenes israelís capturados por la milicia palestina.

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