El ex futbolista Gary Lineker volverá a presentar el programa deportivo Match of the Day de la BBC y el director general ha pedido perdón después de haberle suspendido por unos tuits críticos con la nueva ley migratoria del Gobierno británico que supuestamente infringen las reglas sobre la imparcialidad del medio público. La decisión llega tras la protesta de los colegas que obligó a suspender la mayoría de la programación deportiva el fin de semana, el apoyo de la opinión pública a Lineker y la incomodidad del primer ministro.
“Todo el mundo reconoce que ha sido un momento muy difícil para la plantilla, los colaboradores, los presentadores y, lo más importante, nuestras audiencias. Pido perdón por esto”, dijo el director general de la BBC, Tim Davie, en un comunicado este lunes. La cadena se compromete también a revisar la guía para el comportamiento de periodistas y presentadores en redes sociales que adoptó en 2020. Davie, el principal responsable de esta política y de la decisión de suspender a Lineker, dijo que ahora hay “zonas grises” que pueden llevar a “confusión”, pero que la cadena sigue comprometida con la imparcialidad y la libertad de expresión. En una entrevista con la BBC, Davie aseguró que, mientras revisan las reglas, Lineker “cumplirá con la guía editorial” actual sobre redes.
Tras el anuncio del acuerdo, en Twitter, Lineker describió los últimos días como “surrealistas” y dio las gracias a sus colegas por su solidaridad. “El fútbol es un deporte de equipo pero su apoyo ha sido abrumador”, dijo. También aprovechó el mensaje en la plataforma para insistir en su respaldo a los refugiados que llegan a las costas británicas. “Por muy difíciles que hayan sido estos días, simplemente nada es comparable a tener que marcharte de tu casa para huir de la persecución o la guerra en busca de refugio en una tierra lejana”, tuiteó. “Seguimos siendo un país de gente mayoritariamente tolerante, acogedora y generosa”, añadió.
La suspensión de Lineker el viernes abrió un debate más amplio sobre las reglas de imparcialidad de la BBC y cómo se aplican. El medio público, que se financia con un canon que tiene que pagar cualquiera que vea la televisión, está sujeto a una guía larga y detallada de reglas que incluye indicaciones para preservar la “debida imparcialidad”. “El término ‘debida’ significa que la imparcialidad debe ser adecuada y apropiada para el producto teniendo en cuenta el tema y la naturaleza del contenido, las probables expectativas de la audiencia y cualquier señal que pueda influir en esa expectativa”, dice el texto, que también tiene un apartado especial sobre el comportamiento en redes sociales. Sin embargo, la propia BBC subraya que “el riesgo es mayor cuando las expresiones de opinión se superponen con el área del trabajo del individuo” y pone como ejemplo el riesgo “menor” de un periodista deportivo que opine sobre política.
Lineker, que presenta el programa de la BBC desde 1999 pero no es empleado de plantilla, no tiene ningún papel en la cobertura de la actualidad política. Otros presentadores de espacios de entretenimiento no han sido sancionados por expresar opiniones políticas e incluso pedir el voto para un partido.
Incomodidad de Sunak
El primer ministro, Rishi Sunak, insistía este fin de semana en que el Gobierno no debe interferir en debates internos de la BBC mientras alababa a Lineker como presentador deportivo. Sunak parecía incómodo con el tema y varios ministros se abstuvieron de opinar el fin de semana. En cambio, la semana pasada una treintena de diputados conservadores firmaron una carta para reclamar a la BBC “una investigación independiente” sobre los tuits del presentador deportivo y que le obligara a pedir perdón. Varios diarios de línea editorial conservadora publicaron portadas y artículos pidiendo que Lineker fuera apartado del programa.
Más allá del papel de la BBC, el Gobierno de Sunak teme ahora la complicación de su nueva legislación, con la que hasta algunos tories empiezan a sentirse incómodos. La propuesta de ley migratoria ha sido cuestionada por la ONU, la Comisión Europea y múltiples organizaciones de derechos humanos por una posible vulneración de las convenciones internacionales que el Reino Unido ha escrito y firmado.
Davie, el director general de la BBC, dijo este lunes que no había recibido presión para suspender a Lineker. “Así no es como trabajamos editorialmente en la BBC”, aseguró en una entrevista en el medio público donde el periodista le preguntó por su pasado en el Partido Conservador como candidato (fallido) a concejal.
La posición de la BBC y su relación con el partido gobernante es ahora especialmente delicada por su actual presidente de la BBC, Richard Sharp, un ex banquero que está siendo investigado por ayudar al ex primer ministro Boris Johnson a conseguir un crédito de 800.000 libras (más de 900.000 euros). Sharp sigue en el puesto pese a las investigaciones en curso.
La opinión pública
La mayoría de la opinión pública está a favor de Lineker en esta disputa, pero hay una disparidad entre los votantes laboristas y los conservadores, que son más críticos y son los que están perdiendo la confianza en la BBC.
Según una encuesta de YouGov de este fin de semana, Lineker tiene el apoyo de la mayoría de los encuestados (50% contra 30%), pero, al examinar los datos por ideología, el 72% de los que dicen ser votantes laboristas tienen una opinión favorable del presentador en esta controversia mientras que el 56% de los conservadores tienden a una opinión negativa.
La BBC es el medio que tiene un nivel más alto de confianza del Reino Unido, pero su posición ha bajado en los últimos años. El 55% de los encuestados por el Instituto Reuters para el estudio del periodismo de la Universidad de Oxford dice confiar en el medio público británico, pero los que dicen desconfiar han pasado del 11% en 2018 al 26% en 2022. Quienes desconfían son sobre todo hombres, tienen niveles más bajos de formación académica y tienden a estar menos interesados en las noticias, según los datos del informe de 2022. Más de la mitad de los que dicen desconfiar de la BBC son votantes conservadores y dos tercios votaron a favor del Brexit en 2016.