El soldado Bradley Manning, acusado de violación de la ley de espionaje, robo de información gubernamental y filtración a WikiLeaks de miles de documentos clasificados de EEUU, ha sido condenado a 35 años de cárcel por una corte militar. La jueza, Denise Lind, ha ordenado también su expulsión sin honores del Ejército.
Manning trabajó como analista de inteligencia en Irak desde otoño de 2009 hasta mayo de 2010. Fue entonces cuando fue detenido tras filtrar cerca de 700.000 documento oficiales de Estados Unidos sobre las guerras de Irak y Afganistán, además de cables diplomáticos del Departamento de Estado, que acabaron viendo la luz gracias a las publicaciones de WikiLeaks.
El Gobierno estadounidense aseguró entonces que el soldado había comprometido la seguridad nacional. Así, en diciembre de 2011 comenzaron las vistas del que ha sido un complicado proceso judicial en el tribunal militar de Fort Meade, en Maryland, que derivó en un juicio que se inició el pasado junio y que ha finalizado hoy, con la condena a 35 años de prisión.
A esa pena se le restarán los poco más de tres años en los que el soldado ha permanecido en prisión desde su arresto. También se reducirán 112 días por el trato recibido en una cárcel militar que fue considerado ilegal por un tribunal.
La pena anunciada hoy por la jueza Lind se acerca más a la solicitada por la defensa que a la de la Fiscalía. Si la acusación reclamaba para él una sentencia a 60 años de prisión cuando podría haber sido condenado a un máximo de 90, la defensa reclamaba una pena inferior a 25 años, el tiempo que tardan los documentos que filtró en desclasificarse.
El soldado evitó la cadena perpetua, que reclamaba el Gobierno de Estados Unidos, al no ser inculpado de “ayuda al enemigo”, la acusación más grave a la que ha tenido que hacer frente. Además, Manning confesó sus filtraciones y pidió perdón por el daño causado a su país.
Pese a esta condena, las filtraciones de Manning y WikiLeaks han abierto un amplio debate en todo el mundo acerca de los métodos de Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Assange y Snowden
Uno de los primero perseguidos en esta cruzada contra las filtraciones ha sido el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, que llegó a calificar a Manning de “héroe”. Lo hizo desde la embajada de Ecuador en Londres, donde permanece refugiado desde junio de 2012.
El motivo de su encierro en la embajada ecuatoriana es evitar que las autoridades inglesas le envíen a Suecia, donde está acusado de agresión sexual. Unos cargos que Assange niega y que teme que sean una excusa para extraditarle desde allí a EEUU, donde sería juzgado por haber publicado miles de datos confidenciales de ese país.
Por un motivo similar al que Manning ha sido condenado está refugiado en Rusia Edward Snowden, un exempleado de la CIA que reveló los programas de vigilancia secretos en EEUU. De él y del soldado Assange ha llegado a decir que son héroes “dispuestos a arriesgar la vida y la libertad para defendernos”.