En apenas 24 horas, más de un millón de británicos han firmado una petición para que se suspenda la visita oficial de Donald Trump a Reino Unido, prevista para el próximo verano. Ahora, el Parlamento británico está obligado a debatir si secundará la propuesta ciudadana, aunque el Gobierno de May ya ha advertido de que la visita se mantendrá.
No es la primera vez que en Reino Unido se reúnen firmas contra Trump para vetarle la entrada en el país, aunque sí en su etapa como presidente. En enero del año pasado, se recabaron más de medio millón de firmas contra el actual presidente estadounidense por su “discurso de odio” contra los musulmanes.
En esta ocasión, la petición popular se produce apenas unas horas después de lanzar Trump su veto contra ciudadanos de siete países de mayoría musulmana. A las críticas también se han sumado los partidos de la oposición británica, que han instado al Gobierno que no reciba al presidente.
“La misoginia y la vulgaridad que muestra Trump le descalifican para ser recibido por la reina Isabel II, por lo que no debería ser invitado en el contexto de una visita oficial”, recoge la petición colgada en la web del Parlamento británico.
Como la solicitud ha superado las 100.000 firmas, los diputados están obligados a debatirla en algún momento en el Parlamento. El Gobierno también está obligado a responder.
La primera ministra, Theresa May, ya ha advertido de que “la invitación ha sido cursada y aceptada” por el presidente estadounidense. En su reunión del viernes en Washington, May invitó a Trump a visitar Londres para ser recibido por la reina Isabel II.
Protestas por el veto migratorio
Aunque los británicos que tengan doble nacionalidad no se verán afectados por la orden ejecutiva de Trump, hay convocadas para esta tarde varias manifestaciones para protestar contra el decreto.
La medida suspende tanto la entrada de todos los refugiados durante 120 días como la concesión durante 90 días de visados a ciudadanos con pasaportes de Sudán, Irak, Somalia, Siria, Yemen e Irán.
Las manifestaciones se concentrarán en la residencia oficial de Downing Street, en Londres, y en las ciudades escocesas de Edimburgo y Gales, en las galesas de Cardiff y Swansea, y en las inglesas de Manchester, Liverpool, Brighton y Bristol.