Con casi el 90% de los votos escrutados en Brasil, Lula Da Silva ha tomado ventaja y se sitúa por delante de Jair Bolsonaro con más de dos puntos por encima en un recuento que ha sido más lento de lo esperado. Si ninguno de los dos candidatos logra superar la barrera del 50 % al final del escrutinio, definirán las elecciones en una segunda vuelta el próximo 30 de octubre.
Los centros de votación para las elecciones generales de este domingo han comenzado a cerrar a partir de las 17, la hora prevista, aunque en muchos casos han tardado más debido a la gran afluencia de votantes que han formado largas colas frente a ellos. Por ello, el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, ha anunciado que se espera que todos a los votantes puedan sufragar.
Más de 156 millones de brasileños estaban llamados a las urnas para definir el rumbo político de la principal economía de Latinoamérica. Tras la campaña más tensa y violenta de la historia brasileña, Jair Bolsonaro va a por la reelección y Luiz Inácio Lula Da Silva a por su tercera presidencia. Las encuestas situaban al líder del Partido de los Trabajadores en el umbral de un triunfo en primera vuelta.
El voto en Brasil es obligatorio para los ciudadanos de entre 18 y 69 años y opcional para los que tienen 16 y 17 y los mayores de 70. El TSE contabiliza únicamente los válidos para elegir presidente, es decir, no incluye a los sufragios en blanco o los nulos.
Según el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, en el país se habían registrado hasta dos horas antes del cierre 663 delitos electorales, por los que han sido detenidas 250 personas, entre ellas algunos de los candidatos regionales que se promovían dentro de los lugares de votación e infringían la legislación electoral.
Lula se impone en el exterior, según los primeros sondeos
En el exterior también se han tenido nueve horas para votar, pero con los horarios de cada país, por lo que se conocen ya algunos resultados finales. En ese sentido, Da Silva ha ganado ya las elecciones en Australia, Nueva Zelanda y China, mientras que Bolsonaro se ha impuesto en Japón. Las mesas de Portugal, por otro lado, han tenido que extender el horario por la importante afluencia de votantes, según datos oficiales.
En Buenos Aires (Argentina) había 11.570 personas habilitadas para ejercer su derecho al voto. Más del doble que en 2018. elDiarioAR ha recorrido esta mañana las filas de votantes que llegaban a la esquina de Juncal, en el barrio porteño de Recoleta, daba vuelta la manzana.
Los comicios son claves porque también eligen a los 513 diputados de la Cámara baja y a 27 de los 81 senadores nacionales, a la vez que renuevan las asambleas legislativas de los estados.
Las elecciones se han celebrado con la seguridad reforzada por el Ejército en 568 de los 5.570 municipios del país, en su mayoría en la región amazónica y en ciudades con índices altos de violencia como Río de Janeiro.
La votación ha sido con el sistema de urnas electrónicas, que fue implantado en Brasil en 1996 sin que hasta ahora se hayan comprobado fraudes en todas las elecciones desde entonces, pero Bolsonaro ha puesto en duda la seguridad de este sistema y ha señalado que reconocería el resultado de las elecciones “si estas eran limpias”.