La Habana se despide de Fidel Castro en un acto multitudinario marcado por las ausencias de Europa y EEUU

La Habana ha dado en la tarde del martes su último adiós a Fidel Castro. Lo ha hecho en un acto multitudinario, en la Plaza de la Revolución de la capital cubana, desde la que Castro protagonizó varios mítines. Durante más de cuatro horas se ha prolongado el homenaje póstumo, que ha contado con las intervenciones de los representantes de las delegaciones internacionales que se han desplazado a La Habana para asistir a los funerales. Los más entusiastas al recordar la figura del “comandante” han sido los líderes latinoamericanos, especialmente los presidentes de Venezuela y Bolivia, Nicolás Maduro y Evo Morales, que se han declarado los herederos políticos y espirituales del político cubano.

“Viva Cuba” o “te queremos comandante” fueron dos de las consignas más repetidas por la marea de gente que -cargada con pancartas y banderas cubanas- se repartía en la Plaza de la Revolución de la Habana frente a una imagen gigante de un Fidel vestido de guerrillero y con las siluetas iluminadas de Camilo Cienfuegos y Ernesto 'Che' Guevara a su espalda.

El homenaje más internacional al político cubano contó con la representación de medio centenar de delegaciones oficiales y la asistencia de una veintena de presidentes y primeros ministros, especialmente de América Latina. Pero fueron las alocuciones de Nicolás Maduro y Evo Morales -los dirigentes latinoamericanos más afines al régimen castrista- las que se llevaron la mayor ovación del millón de asistentes al acto, según datos de las autoridades cubanas.

Herederos políticos de Fidel Castro

El presidente venezolano fue el encargado de cerrar las intervenciones de los dirigentes internacionales. En su discurso, el penúltimo de la noche (precediendo la intervención de Raúl Castro), Maduro aprovechó para revelar el encuentro que mantuvo con Evo Morales y Fidel Castro en su 89 cumpleaños.

“Nos miró a los ojos y nos dijo: ¡Maduro, Evo, yo los acompaño hasta los 90 años! Y yo le dije, sorprendido, porque Fidel todo lo que decía lo cumplía: 'No comandante, no nos puede dejar'”, explicaba Maduro, en declaraciones recogidas por Efe.

“Y él me dijo, con mirada compasiva, como de un padre a un niño, 'yo ya hice lo que tenía que hacer, ahora les toca a ustedes, Evo, Maduro'. Contundente. ¡Ahora nos toca a nosotros!”, continuaba el presidente venezolano.

Maduro repitió posteriormente la misma idea al señalar que “ahora nos toca a nosotros, a ustedes estudiantes, jóvenes, militares, campesinos, patriotas, levantar las banderas de la independencia, la dignidad y la libertad de los pueblos”. “A pesar de las dificultades, lo haremos. Seguiremos el camino victorioso de este fundador de la patria grande” concluyó.

El presidente de Bolivia, que ya decretó que en su país una semana de luto oficial por el fallecimiento del expresidente cubano, subrayó que Fidel Castro “no ha muerto”, sino que está “más vivo que nunca” y sigue siendo “más necesario que nunca”.

Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y Nicaragua, Daniel Ortega, también tuvieron un papel destacado en la ceremonia, que también contó con la presencia de mandatarios del continente africano. Entre ellos, los dirigentes de Zimbabue, Robert Mugabe; Sudáfrica, Jacob Zuma; o Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang.

Raúl Castro puso el broche final al homenaje con un discurso en el que repasó los hitos que vivieron juntos. Desde la reforma agraria a la muerte del Che Guevara o el dramático “periodo especial”.

Ausencia de Europa y EEUU

El homenaje también ha estado marcado por las ausencias de los líderes europeos y de Estados Unidos. Tanto la primera ministra británica, Theresa May, como el presidente galo, François Hollande, declinaron asistir a los funerales. En su lugar, optaron por enviar una comitiva con representantes de menor rango.

El único dirigente europeo que decidió personarse en La Habana fue el presidente griego, Alexis Tsipras. Durante su discurso, reflexionó acerca de que la Cuba revolucionaria de Fidel mostró al mundo “que el camino al socialismo no está cubierto de rosas”, lo que permitió a otros países aprender “de sus logros y reveses”.

La ausencia del presidente ruso fue una de las más destacadas de la jornada por las relaciones históricas entre ambos países. El presidente de la Duma acudió al acto en representación de Vladimir Putin, que alegó “problemas de agenda”. Durante su discurso, el representante ruso recordó que su país concede un “inmenso valor” a los lazos con la isla.

Tampoco se presentó en el acto el presidente estadounidense, Barack Obama, que este verano viajó a La Habana para sellar el deshielo entre ambos países. El país, que no mandó delegación oficial, estuvo representado por el asesor adjunto de seguridad nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, y su embajador en La Habana, Jeffrey DeLaurentis.

Juan Carlos I no intervino en el homenaje

El rey emérito fue el encargado de encabezar la delegación española en los funerales, dado que Felipe VI tenía programada una visita oficial a Portugal esta semana. Juan Carlos I no habló durante el homenaje. Tampoco lo hizo el representante del Gobierno, el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia.

Podemos, Izquierda Unida y la CUP decidieron enviar a sus propios representantes. El líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, también mostró su intención de acudir al homenaje, aunque finalmente tuvo que quedarse en tierra. Otegi pretendía volar desde París a La Habana sobrevolando el espacio aéreo de Estados Unidos, pero este país se lo ha prohibido por haber sido condenado por terrorismo.

Una semana de funerales

El domingo se pondrá fin a una semana de tributos, en la que los restos mortales del dirigente cubano viajarán de punta a punta de la isla hasta ser enterrados en Santiago de Cuba. Será en el mismo cementerio donde reposa José Martí, el líder de la independencia cubana del siglo XIX.

El velatorio, que comenzó en la mañana del lunes, se ha prolongado hasta la noche del martes. Cientos de personas guardaron fila desde la madrugada del lunes para acceder al Memorial José Martí, donde el Gobierno habilitó un altar para que el pueblo cubano pudiera despedirse del hombre que gobernó la isla durante más de medio siglo.

El miércoles, las cenizas de Castro serán trasladadas a lo largo del país. En una ruta de cuatro días, los restos mortales de Castro recorrerán 900 kilómetros, desde la Habana a Santiago de Cuba, siguiendo el itinerario inverso que realizó en 1959 la “Caravana de la Libertad”.

El entierro se celebrará el domingo, en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, el mismo en el que está enterrado el héroe de la independencia cubana y principal fuente de inspiración de Fidel Castro, José Martí.