Quito, 11 nov (EFE).- El Women Economic Forum (WEF) 2021, organización conformada por 150 países, celebra desde Ecuador su convención anual con el objetivo de seguir empoderando a la mujer y transformando los ecosistemas, con base en iniciativas que buscan el progreso económico y su inclusión.
Al inaugurar el evento, que se realiza por primera vez en Ecuador, Catalina Cajías, directora de WEF Ecuador, recordó que el lema de la cita es “reafirmar, recalcar y reconocer la inclusión de la mujer en la economía”.
Según la embajadora de Ecuador en EE.UU., Ivonne Baki, el Foro en Ecuador cuenta con la participación de más de 19 países y unas 88.000 personas conectadas para tratar sobre el rol de la mujer en negocios, liderazgo, política, equidad de género y sostenibilidad.
“En tiempo de pandemia, han sido las mujeres las que han sostenido las familias y la economía de Ecuador. Es hora de proteger el rol articulador de las mujeres en la sociedad y su capacidad para dar soluciones duraderas a problemas globales”, dijo.
PANDEMIA, UN DURO GOLPE A LA MUJER
Según la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, la pandemia ha provocado un retroceso de más de 18 años en la participación laboral de la mujer en América Latina y el Caribe.
Y el cambio drástico hacia la educación en línea, el teletrabajo y el comercio electrónico, ha hecho que las personas con menos acceso a las tecnologías digitales, en su mayoría mujeres y niñas, “se queden rezagadas”.
“Además, son también las mujeres y las niñas las que han absorbido mayoritariamente las necesidades de cuidados creadas por la pandemia, sacrificando sus empleos y su educación. De hecho, las mujeres de entre 15 y 29 años tienen tres veces más probabilidades de estar fuera del mercado laboral y de las aulas que los hombres de la misma edad”, anotó en su intervención virtual en el Foro.
Asimismo, señaló que desde el brote de la covid-19 “se ha intensificado todo tipo de violencia contra las mujeres y las niñas, en particular, la violencia doméstica”.
De acuerdo a María-Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, antes de la covid, la mujer hacía 3,5 veces más de trabajo no remunerado en el hogar que los hombres, cifra que aumentó con la pandemia, lo que dificulta aún más el retorno de la mujer al mercado laboral.
“Las mujeres siguen en esa división sexual del trabajo que viene desde hace 2.000 años”, reclamó antes de agregar que ahora hay más féminas con estudios universitarios, pese a lo cual “tenemos menos mujeres que ingresan al mercado laboral”.
Pidió mayor inversión del Estado y la sociedad en general para que la mujer entre en el mundo digital y que quienes normalmente trabajan en la informalidad tengan capacitación y plataformas que las acojan, entre otros.
“Es imprescindible mejorar sus condiciones de trabajo para evitar que sigan siendo economías informales”, dijo y señaló que en política pública se debe eliminar la legislación discriminatoria pues algunos países aún no permiten a la mujer abrir cuentas bancarias.
Asimismo, ve necesario colocar los cuidados en el centro de la economía sostenible y justa pues influye en el bienestar de las personas, en la creación directa e indirecta de empleo de calidad y en la participación de la mujer en las fuerzas de trabajo, “lo que supone un ingreso para el Estado vía impuesto y una mayor renta para las personas”.
Una encuesta realizada en Colombia sobre la utilización del tiempo entre mujeres y hombres reveló que la mujer lo invierte en cuidados: “Y si uno lo suma, en Colombia nos dio 15 % del producto bruto. Si le damos el salario mínimo a ese uso de tiempo, es mucho mayor que cualquier industria”.
“Estamos hablando de que el crecimiento se está dando en los hombros de la mujer, gratis”, subrayó.
La representante de ONU Mujeres añadió que se requiere la inclusión financiera de la mujer para que tenga acceso a créditos: “Sólo el 2 % de emprendimientos dirigidos por mujeres en tecnología tienen acceso a financiamiento, esto es discriminador”.
Asimismo, pidió políticas macroeconómicas, de protección social, políticas que estimulen el trabajo de la mujer, por lo que propone un nuevo contrato social basado en la igualdad y en la diversidad.
LA EDUCACIÓN, PILAR FUNDAMENTAL
“Menos del 10 % de presidentes o jefes de Gobierno son mujeres en el mundo entero”, dijo en el Foro Rosalía Arteaga, expresidenta de Ecuador, al reclamar la posibilidades de mayor participación de las mujeres en la vida política.
Para Arteaga, la pandemia alertó la necesidad de fortalecer la educación y la salud pública, y señaló como los principales desafíos para la sociedad superar la inequidad, buscar que las asimetrías no sean tan profundas, y seguir trabajando en valores.
Habló de un binomio indisoluble entre casa y escuela, que permitirá tener sociedades más equitativas: “Estamos asistiendo a un mundo donde parecería que los valores pasaron de moda, y no pasaron de moda”.
“La educación siempre es la clave, pero también tenemos que pensar que las leyes tienen que cumplirse y predicar con el ejemplo” para construir un mundo mejor y equitativo, dijo Arteaga.