El economista italiano Andrea Lorenzo Capussela fue uno de los principales dirigentes de la Oficina Civil Internacional que trabajó en Kosovo los tres años que sucedieron a la independencia del pequeño país balcánico (2008-2011). Capussela, que fue también asesor del ministro de Economía de Moldavia, acaba de publicar State Building in Kosovo: Democracy, Corruption and the EU in the Balkans (Construyendo el Estado en Kosovo: democracia, corrupción y la UE en los Balcanes), un libro durísimo sobre el papel de la comunidad internacional, especialmente con la misión de la UE en Kosovo (Eulex).
¿Cuál es el estado actual de Kosovo?
Es un Estado que todavía no ha hallado la vía para crecer de manera sostenible ni encuentra la manera de superar sus problemas económicos. Kosovo es una democracia ineficaz. La sociedad padece bajas rentas y desempleo. Y tiene dificultades para hacerse escuchar ante un Gobierno débil.
¿Qué vio durante su mandato?
Principalmente dos cosas. Por un lado, la progresiva consolidación de un sistema de Gobierno ineficaz e injusto que ha provocado la situación actual, con un débil sistema económico y una débil legislación. Paralelamente, la comunidad internacional es igualmente débil e incapaz de consolidar un sistema tan regresivo.
¿Se refiere a Eulex?
Me refiero a Eulex y a la oficina civil internacional, de la que yo era parte, pero también me refiero a la gobernabilidad de Kosovo cuando la misión termine en 2016. Los problemas de Kosovo proceden de antes de 2008 (año en que el país se declaró independiente con el apoyo de EEUU y de la mayoría de los países de la UE).
Eulex ha estado envuelta en varios escándalos, sobre todo dos que la fiscal Maria Bamieh denunció y que fueron difundidos por un diario kosovar.
En mi libro no abordo ambos escándalos. Las alegaciones de la fiscal Bamieh no fueron tenidas por demasiado creíbles. Pero incluso aunque fueran ciertas, creo que estos presuntos casos de corrupción tan concretos nos distraen de los problemas reales de Kosovo, que es lo que intento contar en mi libro: por qué durante seis años no se ha hecho nada para detener la corrupción general que recorre el país.
¿Las autoridades europeas eran conscientes de lo que pasaba?
Tuvieron que serlo al menos desde 2012, porque así lo denunció el Tribunal de Cuentas Europeo. Eulex no trató de enviar a ningún prohombre kosovar implicado en corrupción a la cárcel. Ni iniciar un proceso contra los autores. Así que si no se corta de raíz querrá decir que la misión no funciona bien. Es decir, sabemos que la élite política está entrampada en la corrupción pero no sabemos quién.
¿En su libro aparecen nombres?
Hablo de 22 casos específicos que han sido desclasificados con abundancia de detalles. Nombres incluidos.
¿Hubo alguno muy sangrante?
Podríamos sacar a colación el caso de las autopistas en Kosovo, por ejemplo. En 2010 se quiso hacer una gran carretera que uniese la capital Pristina con Albania, 100% financiada con dinero público. El problema era que todo el proceso era irracional: las condiciones de licitación fueron decididas una vez ésta se cerró. ¿Cómo se explica eso? Al final la autopista costó casi tres veces más que el precio inicial de la oferta, y casi tres veces más que el coste medio de una autopista en Alemania.
En el libro también denuncia algunas privatizaciones.
Yo no estoy en contra de las privatizaciones. Éstas pueden funcionar bien dependiendo de qué casos. Pero aquí obviamente no se implementaron bien por dos razones. Primero, los efectos macroeconómicos perversos que tuvieron sobre la economía nacional: la mayoría de las compañías adjudicatarias no eran nacionales y mucho dinero no repercutió en el necesitado circuito económico kosovar. Y segundo, que la corrupción afectó a muchos procesos. Yo paré algunos cuando vi irregularidades, pero ni pude frenar todos ni los más importantes.
¿Sabe cuánto se derrochó?
No, solo lo puedo intuir a partir de la prensa y de algunas sentencias judiciales. Según un veredicto, el 20% del total de los contratos en el sector transporte fue malgastado. Teniendo en cuenta que la corrupción atrapa a la mayor parte de los contratos, no hay más que extrapolar ese porcentaje al resto de sectores.
¿Qué sucederá cuando Eulex termine su misión en 2016?
Que no sé si dejaremos Kosovo en mejores condiciones que como lo encontramos. Si no es el caso, Eulex se tendría que ir. Otro efecto es que la existencia de Eulex a veces frena a la sociedad civil que quiere tomar medidas contra la corrupción, y entonces su marcha no sería tan mala. Eulex no debería quedarse a no ser que fuera reformada, pero hoy por hoy es algo muy difícil de reformar.