La derecha de EEUU convierte a las personas trans en terroristas a causa de la matanza de Nashville

Cada vez que se produce en Estados Unidos una matanza originada por las armas de fuego, los republicanos insisten en que no se debe politizar la desgracia. “Thoughts and prayers” (pensar en las víctimas y rezar por ellas) son las palabras que salen de su boca, una expresión ridiculizada por aquellos que la consideran la receta perfecta para no hacer nada. Desde luego, para no tomar ninguna medida política que intente limitar la compra y venta de armas.

Esta semana, los conservadores han hecho una excepción con la matanza en un colegio de Nashville, Tennessee, donde seis personas murieron asesinadas, tres niños de nueve años y tres adultos. La identidad del asesino les ha permitido lanzarse a una cruzada contra las personas trans con la intención de criminalizarlas y señalarlas como un peligro.

Audrey Hale, de 28 años, entró el lunes por la mañana en el colegio del que había sido estudiante en 2005 y 2006. Con dos fusiles de asalto, una pistola y munición abundante, disparó contra seis personas a las que no conocía, antes de que la policía la matara cuando los agentes respondieron a una llamada de emergencia. 

En una primera rueda de prensa, el jefe local de policía identificó a Hale como trans, pero admitiendo que no contaba con una información confirmada. Un portavoz policial precisó después que “Audrey Hale era una mujer biológica que en un perfil de una red social utilizaba pronombres masculinos”.

A los pocos minutos de la rueda de prensa, se extendió en Twitter el hashtag TransTerrorism. Fue más significativo que al día siguiente políticos republicanos y programas de Fox News se dedicaran a utilizar el crimen para culpar a los trans y a los que apoyan sus derechos. 

JD Vance, senador republicano de Ohio, adjudicó una parte de la responsabilidad a la izquierda. “Es necesario que la extrema izquierda reflexione seriamente. Aceptar estas ideas no es compasión, es peligroso”, escribió relacionando directamente las leyes que reconocen sus derechos con un acto criminal. 

“Asesino transgénero ataca una escuela cristiana”, tituló con grandes caracteres el diario conservador New York Post en su portada al día siguiente. El presentador más influyente de Fox News dedicó un amplio espacio en su programa a lo ocurrido en Nashville, que situó en una ficticia campaña de violencia dirigida por las personas trans contra los cristianos. “Parece que estamos siendo testigos del ascenso del terrorismo trans”, dijo Tucker Carlson.

Carlson también aprovechó para descartar que el crimen tuviera que ver con una legislación que permite la posesión de armas en EEUU: “La masacre de ayer no ocurrió a causa de unas leyes permisivas sobre armas. Ocurrió a causa de una ideología trastornada y demoníaca que está infectando al país con el apoyo de gente como Joe Biden”.

Convertir a las víctimas en agresores es una forma tradicional de negar su sufrimiento. Una ONG ha identificado a 38 personas trans que fueron asesinadas en 2022. Los trans tienen cuatro veces más posibilidades de sufrir un ataque violento en EEUU, según un estudio reciente de la Facultad de Derecho de la universidad UCLA.

Varios estados de EEUU han aprobado leyes con los votos republicanos para convertir en delito los tratamientos hormonales que pueden solicitar las personas trans en centros sanitarios. Fue la excusa que empleó la congresista republicana Marjorie Taylor Greene para denigrar a todo un colectivo por las acciones de una sola persona: “¿Cuántas hormonas como la testosterona y fármacos para las enfermedades mentales estaba tomando el pistolero del colegio de Nashville?”.

Políticos ultraconservadores como Greene nunca cargan contra los hombres de raza blanca cuando son los autores de la muerte de varias personas, a pesar de que ellos son los responsables de casi todos los asesinatos múltiples que se producen en el país.

En las guerras culturales, tan habituales en EEUU y que ya han empezado a echar raíces en España, es esencial acusar al enemigo del horrendo destino que espera si sus ideas se extienden en la sociedad e inspiran nuevas leyes. El debate sobre la ley trans aprobada por el Congreso en España ha estado lleno de esas acusaciones con el argumento de que reconocer derechos a los trans pondrá en peligro a los menores o a las mujeres.

No hay ninguna información que haya confirmado que Audrey Hale estuviera en tratamiento. Tampoco se conocen las razones que le llevaron a disparar contra alumnos y profesores. La policía no ha querido revelar el contenido de una especie de manifiesto que se encontró en su casa y no ha difundido ninguna hipótesis. Eso no ha impedido que circule un texto falso atribuido a Hale y que surgió en el foro 4chan.

El jefe de policía de Nashville sólo dijo que “hay quien cree que había algún resentimiento por haber tenido que ir a esa escuela de primaria” cuando era más joven.

La familia de Hale informó de que se encontraba en tratamiento psicológico y que había intentado convencerle de que se deshiciera de las seis pistolas que había comprado legalmente.

“Supongo que esta trágica historia está siendo utilizada para extender el discurso ultraconservador de que los transgénero son una amenaza peligrosa para la gente”, ha dicho Jennifer Mercieca, profesora de Comunicación en la Universidad Texas A&M. “Estadísticamente, ese discurso es falso, pero esto es un ejemplo claro de que es valioso como propaganda para la extrema derecha, que prefiere centrarse en la identidad de género del autor de las muertes que en el hecho de que es muy fácil hacerse con armas”.

Lo mismo ocurrió hace años con el matrimonio gay hasta que los republicanos tuvieron que abandonar los aspectos más ofensivos de esa retórica por el gran apoyo que alcanzaron los derechos LGTBI en la sociedad.

Un 64% de los norteamericanos apoya las leyes que protegen de la discriminación a las personas trans. Sin embargo, hay una mayoría (46%) que se opone a que los profesionales sanitarios faciliten tratamiento médico para la transición de género a los jóvenes menores de 18 años, una medida apoyada por el 31%.

Los activistas de la comunidad trans en Tennessee temen ahora las consecuencias de la campaña que señala a todo el colectivo por las muertes del colegio. “Estamos aterrorizados por la comunidad LGTBI de aquí”, dijo una de ellas a la cadena NBC. “Se va a derramar más sangre y no va a ser en una escuela”.